Las patrullas ciudadanas ponen en guardia a los Mossos
Dos grupos de ciudadanos organizados, al estilo de los que operan en Nueva York, persiguen a carteristas en el metro de Barcelona
“Las autodenominadas patrullas ciudadanas que persiguen a carteristas en el metro no aportan nada bueno, generan mayor sensación de inseguridad y utilizan herramientas que están al límite de la infracción penal”, remarcaba este martes una portavoz de los Mossos a EL PAÍS, en la semana que cinco ciudadanos con un uniforme han empezado a patrullar por su cuenta en el metro. Son los autodenominados Guardian Angels Barcelona. Un grupo que sigue las directrices de los Guardian Angels de Nueva York, una polémica patrulla de ciudadanos voluntarios que nació en el Bronx a finales de los años setenta y que se ha ido desplegando por varios países. Aseguran ser una especie de ONG de ciudadanos autoorganizados, se forman —entre ellos— sobre todo en artes marciales y practican de alguna manera la justicia por su cuenta y riesgo. Actúan dentro del metro, pero ya anuncian que los Guardian Angels Barcelona también protegerán el exterior del suburbano.
La Patrulla Ciudadana de la cazacarteristas colombiana Eliana Guerrero —una agente inmobiliaria que lleva 12 años persiguiendo, a golpe de silbato y armada con aerosol de pimienta, a los ladrones del suburbano— llegó a su máxima popularidad el pasado julio. Entonces el recién nombrado teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle —al igual que la portavoz de la policía autonómica— aseguró que combatiría las patrullas ciudadanas. “La responsabilidad de la seguridad, el orden público y la ordenanza de convivencia en democracia corresponde a la Administración, no puede haber autoorganización, es peligrosísimo”, lamentó.
Los Guardian Angels, vestidos con ropa paramilitar, peinan
las estaciones
Tras el éxito mediático, Guerrero aseguraba el martes que 50 personas de su patrulla peinan a diario el metro. Los Mossos, lo niegan ya que cuando los agentes observan a las patrullas por las cámaras se movilizan para evitar conflictos. “Lo fácil es cargar contra los ciudadanos que nos hemos tenido que autogestionar. ¿Por qué no emplean toda esa energía en combatir a los carteristas?”, denunciaba el martes Guerrero. Los Guardian Angels Barcelona son una escisión de las patrullas de Guerrero. Son cinco y patrullan en el metro tocados con una boina roja, una camiseta blanca con logo de la organización y pantalón negro con amplios bolsillos. Una indumentaria paramilitar. “La sociedad está harta, por eso cada vez nos organizamos más”, lamentaba el martes Guerrero sin querer entrar en polémica sobre el nuevo grupo que le hace, en definitiva, la competencia.
La policía avisa de que esos comandos generan “sensación de inseguridad”
Nicole Orlando tiene 41 años, nació en Nueva York, lleva 13 en Barcelona y es la líder de los Guardian Angels de la capital catalana. “Tengo una caja con recuerdos de mi país. En ella hay una tarjeta de los Guardian Angels. Me acordaba de ellos y tras algunas desavenencias con Eliana me puse en contacto con el fundador, Curtis Sliwa”, mantenía el martes Orlando. La guardiana cuando patrulla cambia su nombre por Kiddo. Junto a ella, patrullan Rio, una joven originaria de Filipinas; un expolicía inglés que responde al apodo de Sarge; Ice el escocés, y Sifu, el único nacido en Cataluña, que se encarga de instruirles en artes marciales. Han hecho cursos de autodefensa y formación en el método marcado por Sliwa, el gurú de los Guardian Angels.
El líder de los taxistas barceloneses, Tito Álvarez, se unió a Guerrero este verano en la plataforma Salvalona contra la inseguridad. Álvarez cargaba este martes contra los denominados "tsunamis vecinales" que protestan contra la inseguridad asegurando que “detrás de ellos hay personas de ERC”. El taxista se ha apartado de la plataforma pero defiende “que la gente se organice en patrullas para que no roben a los turistas”.
Orlando aseguraba que no ha hecho todavía “detenciones” pero que si encuentran a algún ladrón “in fraganti” le detendrán y llamarán a la policía.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.