“Todos tenemos que compartir la calzada”

La vida de Javier Jiménez (Madrid, 53 años) va sobre dos ruedas. Hace cinco años abandonó la dirección de una aseguradora porque sentía que sus días eran grises. Optó por un cambio radical. Después de mucho tiempo, por fin le llegaba la oportunidad de trabajar en algo relacionado con lo que había estudiado, Turismo. Se enroló en Wonder Tours y ahora es uno de sus 10 guías. Realiza rutas con grupos reducidos sobre segway, unos vehículos eléctricos de dos ruedas en los que el equilibrio es vital.

¿Cómo se ve la ciudad subido a este tipo de vehículos?

Muy bien, y más cómodo de lo que piensa la gente.

¿Qué permiso se necesita?

Ninguno, solo ganas y tranquilidad. La edad mínima son los 10 años. Cualquier persona puede montar. Conmigo lo ha hecho gente con 90 años. El vehículo es muy mecánico.

¿Qué peligros entraña?

Vamos con casco y chaleco reflectante. La velocidad máxima que alcanza es de 20 kilómetros por hora y si perdemos el control, la máquina cae al suelo. Es fiable.

¿Y la primera vez?

Siempre hay un entrenamiento previo basado en la seguridad. Dedicamos tres minutos por persona.

¿Qué le diferencia de un guía tradicional?

El guía tradicional deja mucha información, habla mientras la gente se traslada de un sitio a otro. En nuestro caso lo que quiere la gente es circular, disfrutar de la conducción y del paisaje.

¿Qué tipos de rutas hacéis?

No damos lecciones de historia, contamos curiosidades. El objetivo es conocer Madrid de una forma divertida. Hay 10 rutas, pero se pueden modificar. Añadimos otros valores, como probar una tapa. La cultura también es gastronomía.

¿Cómo son vuestros clientes?

Jóvenes, sobre todo si hay niños. Son los que incentivan a los padres.

¿Sois la solución para los turísticas con prisa?

Los tours a pie necesitan más tiempo. Si los haces andando, es inviable completarlos en hora y media.

¿Cuál es el sitio que más gusta a los turistas?

El Parque de El Retiro. Solo hay que ver la cara que ponen. Yo escucho exclamar por admiración en el estanque o el Palacio de Cristal.

La mejor ruta en segway por Madrid es...

Depende del interés. Lo mejor para conocer historia es el centro. Si lo que se quiere realmente es disfrutar, mi recomendación es la Casa de Campo o Madrid Río.

¿Ha cambiado el segway?

Cuando se inventa algo se piensa que va a ser una revolución. Nació como un vehículo de movilidad personal, no estaba pensado para aplicarlo en el turismo.

¿Qué dice la legislación?

La ordenanza municipal llegó en octubre. No es restrictiva, pero cambia mucho el panorama, porque antes podíamos ir por las aceras y ahora solo por los carriles bici o por la calzada. Esa limitación la achaco a la llegada de muchísimos patinetes eléctricos de forma indiscriminada.

¿Por qué?

Porque se dejaban tirados en cualquier sitio, provocaron accidentes en las aceras… El proceso de alquiler se hacía mediante una aplicación y la gente no entendía lo que leía.

¿Les afectó Madrid Central?

Nos ha beneficiado. Nos envían a circular por la calzada en una zona en la que hay pocos coches y, además, se concentra la mayoría de los monumentos.

¿Qué dicen otros usuarios?

Me gustaría pedirle paciencia a los taxistas y a los conductores de VTC. El segway alcanza una velocidad limitada y todos tenemos que compartir la calzada. Si tocan el claxon lo único que pueden hacer es provocar un accidente.

¿Hacen falta carriles exclusivos?

Hacen falta carriles para compartir con otros vehículos. Los de bici actuales son pequeños y, a veces, si vamos en grupo, tenemos que bajarnos porque no da tiempo a cruzar la calle. Hay pocos kilómetros, pero lo que más sorprende es que la mejor ruta se ha construido en La Chopera, en Madrid Río, donde la gente no lo usa. Hubiese hecho la inversión en otro lugar.

¿Hay zonas restringidas?

La Plaza Mayor no se puede atravesar montado en un vehículo, lo mismo que la Plaza de Oriente o la de la Armería. Podemos ir por los parques, aunque debemos adaptar la velocidad a la del peatón.