Cinco ventiladores para 21 juzgados
Sindicatos y trabajadores denuncian la falta de inversión en los edificios
Sindicatos y trabajadores de Justicia achacan los problemas del calor que están sufriendo durante las últimas semanas a la falta de inversión de la Generalitat. Este miércoles se suspendió la declaración de la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés, en el marco de investigación del caso Mercurio, por las altas temperaturas de la sala y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha registrado en junio y julio incidencias similares en los juzgados de Girona y Gavà. Los problemas con el calor se unen a las inundaciones de los juzgados Rubí de la semana pasada, y las incidencias del mes de marzo en Martorell cuando el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cerró dos juzgados por el mal estado de los edificios. El Departamento de Justicia explica que están haciendo todo lo posible para solucionarlos y alega que son problemas puntuales en 5 de los 100 edificios que gestiona y que han coincidido con la ola de calor.
“Para la ola de calor de estos meses, nos trajeron cinco ventiladores para 21 juzgados. Todos los años pasa, y es indudable que algo está fallando. Yo invito a la consejera a que se pase un día por los juzgados”, señala Gloria Pérez, juez decana de Sabadell. El Colegio de Abogados de Sabadell pidió el jueves la dimisión de la consejera de Justicia, Ester Capella.
Pérez, juez decana desde el 2016, explica que los problemas con la climatización se repiten cada año. “En 2017, ya tuvimos un cierre, en aquel momento el primero de España, después de que Inspección de Trabajo dijera que no podíamos trabajar en esas condiciones”. Aquel verano, añade, se enviaron 40 ventiladores, pero pasada la ola de calor los tuvieron que devolver, así que algunos trabajadores han llevado los suyos.
Durante estas semanas en las que se han sucedido las denuncias, varios trabajadores han sufrido mareos y la propia decana relata que sufrió un golpe de calor. Los juzgados de Sabadell cuentan con 480 trabajadores entre funcionarios, jueces y fiscales, a los que hay que sumar los centenares de ciudadanos que cada día acuden. “Es como un microondas, en algunas salas no hay ventanas de climatización y llegamos hasta los 34 grados. Yo llevo varias semanas dispensando el uso de la toga. Aunque se pierde la solemnidad que debe tener un juicio, me veo obligada a hacerlo por las temperaturas de la sala”, lamenta Pérez.
Estos episodios de calor entorpecen y limitan el funcionamiento de la administración de Justicia. El cierre de las salas es la última de las medidas extraordinarias previstas. Según el protocolo aprobado el pasado 2 de julio, cuando la temperatura supera los 27 grados la jornada se debe reducir entre las 9.00 y las 14.00, estableciendo pausas de 15 minutos cada dos horas. Y cuando la temperatura alcance los 30 grados, se limitará la jornada de los trabajadores a dos horas y media, repartiendo los turnos a lo largo de la mañana. El cierre solo se aplica cuando las temperaturas superen los 33, y solo en los espacios que alcancen esta temperatura.
María Reyes Salazar, delegada prevención de riesgos laborales del Sindicato de Trabajadores de Administración de Justicia de Cataluña (STAJ), achaca estos problemas a una falta de mantenimiento de las instalaciones. Salazar destaca que son los edificios antiguos los que están teniendo más problemas, recordando el caso de Martorell, donde los juzgados están situados en la planta baja de unas viviendas y llegaron a padecer goteras y desprendimientos del techo. “Está claro que hay una falta de inversión que lleva a un deterioro de las instalaciones. Desde finales de junio, el trabajo en muchos juzgados ha sido muy duro”, señala.
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