Varios campamentos se ofrecen a acoger a la niña con retraso madurativo que tuvo que abandonar el suyo
La empresa encargada insiste en que no la echaron y lamenta la situación con la familia y "el malestar que haya podido ocasionar"
Las reacciones han sido inmediatas. A la denuncia pública que hizo la familia de la niña de once años expulsada de un campamento por un retraso madurativo le han respaldado centenares de muestras de apoyo y varias asociaciones se han ofrecido para acogerla en sus grupos. I. V. G., que vive en Madrid, tuvo que abandonar las actividades que tenía reservadas con la empresa Diverbo por las quejas de los padres de sus compañeras, según la versión de su madre, Carolina Gómez.
La pequeña está diagnosticada de “retraso madurativo” que se manifiesta en “dificultades motoras y del lenguaje”, pero, según su madre que no implica una atención especial en sus diferentes facetas vitales. “No tiene ningún problema. Lo único es que tarda unos segundos en comprender y le cuesta si le hablan muy rápido. Pero ella actúa como una más”, explica.
Gómez afirma que nada más llegar al pueblo salmantino de Aldeaduero, donde iba a pasar la primera quincena del mes, le pusieron pegas por un “comportamiento raro” y decidieron retirarla de la habitación que compartía con otras dos asistentes. El día después, fue a recogerla ante tal “discriminación” y porque tampoco era partidaria de aceptar el ofrecimiento de la empresa, de una monitora que estuviera solo con I. y que durmiera con ella. Este martes, Diverbo, la empresa encargada, ha negado que la echaran y ha lamentado “el malestar que haya podido causar”.
“Diverbo no ha discriminado ni expulsado a la niña que ha dejado nuestro campamento. Esta decisión ha correspondido a su familia. Lamentamos la situación y, sobre todo, lamentamos profundamente el malestar que haya podido ocasionar en la niña. Nuestro proyecto educativo persigue por encima de todo velar por el bienestar de los niños que participan en él”, han respondido en un comunicado enviado por correo a EL PAÍS. “Como en otros casos de alumnos que requieren cualquier tipo de apoyo, tras la llegada de la niña al campamento, hemos estado en todo momento en comunicación con la familia y hemos propuesto alternativas para contribuir a la mejor integración posible utilizando las herramientas que tenemos a nuestro alcance”, han apuntado.
Denuncia del Cermi
El Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi) ha denunciado este martes ante la Fiscalía y la Comunidad de Madrid el caso de I.. El delegado del Cermi para los Derechos Humanos, Jesús Martín Blanco, ha anunciado a Efe la denuncia presentada este martes por la mañana. Además, reclama al Gobierno de la Comunidad de Madrid que actúe contra la empresa Diverbo, inscrita en el Registro Mercantil de Madrid, para conocer la situación producida con la expulsión de la menor.
Mientras, varios campamentos se han puesto a disposición de Carolina Gómez, la madre de I. V. G. “Nos han avisado por redes sociales, por amigos… por todos los medios. Está siendo una barbaridad”, comentaba Gómez por teléfono. “Estamos muy agradecidos. Solo podemos dar las gracias. Por una parte, sentimos un respaldo enorme después de lo pequeños que nos sentimos el sábado pasado. Por otra, queremos que esto siga con normalidad. De momento, la niña está con sus abuelos y sus primos, feliz, y preferimos que se olvide de todo y esté tranquila”, ha remarcado, valorando como “increíble” el cariño recibido.
Uno de los campamentos que ofreció un hueco en sus grupos según escuchó la noticia fue El Colladito. “José Antonio García, el director, lo vio y dejó todos nuestros datos a disposición de la familia, para que avisara si quería unirse a alguna de nuestras actividades”, responde uno de los encargados desde la sede, en la sierra noroeste de Madrid. “Durante el año trabajamos con colegios con necesidades especiales. Intentamos que ningún niño, tenga el problema que tenga, se pierda un viaje o un campamento. Nos ha parecido adecuado ofrecerlo”, afirmó el director en conversación con la Cadena Ser, que avanzó la noticia.
“Inculcamos que hay que buscar la igualdad entre todo. Cuando los niños ven que los monitores son los que están muy implicados en este asunto, son los primeros que nos ayudan y colaboran. Llevo siete años con la empresa y jamás he visto un caso parecido”, añadió Fernández. La Asociación Juvenil Caravela, de Huelva, y el King’s College School también se pusieron en contacto con la emisora. “Estaríamos encantados de que I. compartiera con nosotros esta experiencia, que llevamos disfrutando 12 años”, indicaron los primeros.
Desde el colegio Sagrado Corazón de Chamartín, donde acaba de terminar quinto de primaria la niña, han defendido su compromiso con la integración. Miembros del equipo directivo han esgrimido por vía telefónica -sin detallar la situación concreta de I. V. G., por protección de datos- que jamás han tenido quejas de nadie por tener alumnos con necesidades especiales y que abogan por una pedagogía inclusiva, proporcionando todos los medios necesarios. "Dentro de la palabra diversidad cabemos todos, ya que ninguna persona es igual a otra. Por ello tratamos de potenciar al máximo las capacidades de cada uno de nuestros alumnos, desde el que presenta NEE (Necesidades educativas especiales), hasta los alumnos con a Altas Capacidades. En ese gran “abanico” se encuentra cada uno de nuestros alumnos", explica una portavoz del centro.
“Estamos convencidos de que siempre es posible mejorar para evitar que vuelvan a producirse incidencias de este tipo. Por este motivo, vamos a poner en marcha un proceso de consulta con nuestros equipos de monitores y profesores, así como con el colectivo de padres de alumnos para identificar ámbitos de mejora”, han subrayado desde Diverbo, “asimismo, nos gustaría resaltar que continuamos abiertos al diálogo con la familia de la alumna y a disposición de todas aquellas personas que soliciten una explicación sobre este asunto”.
Juan Carlos Medina, socio y fundador de la empresa, declaró el lunes por la noche en el programa La Brújula, de Onda Cero, que ellos no expulsaron a la niña y definió como “indignantes” las acusaciones que están recibiendo. “No somos un campamento integrador, pero integramos. En ningún momento hemos tenido críticas, aunque las asumo si no lo hemos sabido hacer mejor”, concluyó, “no hemos discriminado a nadie por ningún tipo de de razón: ni por su raza, ni por su sexo. Es más, estamos integrando siempre”.
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