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Una negociación contra reloj con la Asamblea como premio

Los partidos tienen que alcanzar antes del día 11 un pacto para la Mesa de la Cámara, que avanzará el que luego firmen para gobernar la Comunidad

Isabel Díaz Ayuso, Pablo Casado y José Luis Martínez Almeida, en una imagen de archivo. En vídeo, declaraciones de Manuela Carmena, este sábado.Vídeo: ULY MARTIN / epv (efe)
Juan José Mateo

Los cinco partidos implicados en las conversaciones para formar los gobiernos del Ayuntamiento y la Comunidad (PSOE, PP, Cs, Más Madrid y Vox) negocian sabiendo que tienen que haber alcanzado un acuerdo en los próximos diez días, ya que el 11 de junio se constituye la Asamblea regional y se elige a su presidente y al resto de miembros de la Mesa. No son unos puestos cualquiera: otorgan a sus ocupantes el poder para marcar el ritmo de toda la legislatura, acelerando y frenando los asuntos que les interesen. Eso obliga a priorizar las negociaciones regionales por encima de las capitalinas, pese a que se intentará vincular ambas: el Ayuntamiento de Madrid no se constituye hasta el día 15. Así, el acuerdo que definirá la composición de la Mesa de la Asamblea avanzará el pacto de Gobierno.

“El tiempo corre”, advirtió ayer al respecto Iván Espinosa de los Monteros, que coordina las negociaciones de Vox. “Hemos perdido una semana. Espero que no perdamos la semana siguiente, porque no es solo que el día 15 se constituyan los Ayuntamientos, es que el día 11 se constituyen las mesas [de los distintos parlamentos regionales]”.

¿Puede ser la presidencia de la Asamblea una moneda de cambio en la búsqueda de apoyos para lograr la presidencia de la Comunidad? “Sí. Lo digo con claridad”, contesta con contundencia uno de los negociadores de los principales partidos, bajo la condición de mantener el anonimato. En consecuencia, ese puesto, como las tres vicepresidencias, y las secretarías, entrarán en el juego de compensaciones por votos favorables o abstenciones para la investidura.

Ningún presidente autonómico se puede arriesgar a que la Asamblea esté dirigida por un rival, pero sí puede abrirse a que la comande un socio, o a que este tenga un poder decisivo en la construcción de mayorías a través de las vicepresidencias. Ha ocurrido, por ejemplo, en Andalucía, primer ejemplo del pacto de las tres derechas (PP, Cs y Vox) que Isabel Díaz Ayuso aspira a reeditar en Madrid. Allí gobierna Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), pero la Cámara es presidida por Marta Bosquet (Cs), lo que cimenta la alianza de un gobierno de coalición sin Vox, que es con lo que sueñan las dos formaciones en la Comunidad. Como compensación, el partido de extrema derecha tiene un puesto en la Mesa.

Vox, sin embargo, no está por ahora por la labor de facilitar la reedición de un pacto que se labró sin que le dejaran sentarse a negociar al mismo tiempo con PP y Cs, y que culminó con un Ejecutivo de coalición en el que no se le dio cabida. Dos aspectos que la formación de Santiago Abascal aspira a corregir en Madrid, precisamente por su descontento con la aplicación de las medidas que ha propuesto para Andalucía.

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El precedente de Andalucía

“El gran problema es que hay un beneficiario de ese pacto que es Ciudadanos, que no jugó, no arriesgó absolutamente nada, no vino a la mesa de negociación, pero está disfrutando del poder”, lamentó Javier Ortega Smith, líder capitalino de Vox, en una entrevista televisiva. “Y podrá decir: yo con usted no he pactado nada, puedo hacer lo que me dé la gana”, añadió. “Y en el fondo tiene razón”, reconoció. “Ese es el gran problema, que en el fondo tiene razón”.

La aritmética parlamentaria y el reglamento de la Asamblea se combinan en Madrid para obligar a alianzas lo suficientemente significativas de cuál será el acuerdo para la investidura del presidente.

La presidencia se decide por mayoría absoluta (las más fáciles son las que obtendrías las sumas de PP, Cs y Vox, o las de PSOE, Cs y Más Madrid). Si no se alcanza, se vuelve a votar a los dos diputados que hayan logrado más papeletas en la primera vuelta, y se elige al que sume más apoyos (lo que abre el juego). Las vicepresidencias se destinan a los tres diputados que obtengan más votos cuando llegue el momento. Y las secretarías, también. El reglamento da al PSOE una ventaja: si hay cuatro empates sucesivos en cualquiera de esos puestos, resultará elegido el representante de la lista más votada, que fue la socialista.

El cronómetro ya descuenta el tiempo hasta el martes 11. Queda apenas una decena de días para decidir el futuro de Madrid.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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