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“Malasaña siempre ha estado en continuo cambio”

Diego Casado es uno de los fundadores del periódico hiperlocal 'Somos Malasaña', que ahora cumple 10 años

Diego Casado, fundador del periódico local 'Somos Malasaña' en las calles del barrio.
Diego Casado, fundador del periódico local 'Somos Malasaña' en las calles del barrio. KIKE PARA
Sergio C. Fanjul

El periodista Diego Casado (Burgos, 1979) es uno de los fundadores del periódico hiperlocal Somos Malasaña, que se dedica a contar las grandes y pequeñas cosas que ocurren en uno de los barrios más icónicos y controvertidos de la ciudad. Ahora el medio digital cumple diez años de vida. Nos citamos con él, claro está, en Malasaña.

¿Cómo ha cambiado Malasaña en estos diez años?

Tenemos una sección de historia en la que hemos ido investigando y aprendiendo que este barrio está en continuo cambio desde siempre, quizás porque está en el corazón de Madrid. El cambio más notable últimamente es el de la gentrificación y turistificación. Fuimos de los primeros en hablar de esto porque los vecinos (sobre todos los más invisibles como estudiantes de paso o familias sin recursos) nos contaban que les expulsaban del barrio para poner pisos de AirBnb. Eso fue hace cuatro años, cuando el tema ni siquiera estaba en las agendas de los políticos.

¿Qué relación tenéis con los vecinos?

Muy estrecha. Nuestra idea es ser un agente más del barrio, implicado en sus problemas y su dinamización. La gente nos conoce y nos cuenta las cosas que les pasan, porque tienen confianza en nosotros. También muchas veces contactan preguntando por algo que está pasando en ese momento, como que haya un camión de bomberos en cierta calle.

De eso va el periodismo hiperlocal…

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Sí. Cuando empezamos vimos que los grandes medios no estaban contando lo que pasaba en los barrios. Veníamos de periódicos digitales y teníamos el blog Madrid me mata. Vimos algunos ejemplos de blogs hiperlocales que habían empezado en Estados Unidos y nos pusimos en marcha.

¿Genera suficiente información un barrio para llenar un medio?

Eso nos preguntábamos nosotros al principio, a fin y al cabo Malasaña solo tiene 35.000 habitantes, pero resulta que sí. Nuestro objetivo era publicar una pieza al día y ahora publicamos entre tres y cinco a diario, además de una nutrida agenda cultural.

¿Quedan vecinos de los de toda la vida?

Sí, quedan muchos. La gente no lo sabe pero las características del barrio permiten que haya muchos vecinos. Hay muchas corralas, que se asocian generalmente a Lavapiés, y hay muchos pisos pequeños, el 90% de los edificios no tienen ascensor. Son pisos incomodos, difíciles de gentrificar.

La fisionomía del barrio sí ha cambiado

Se han perdido muchos comercios tradicionales y han aparecido negocios enfocados al turismo. De los tradicionales solo sobreviven los que son propietarios de su local, e incluso estos tienen que adaptarse a la demanda turística. Por ejemplo, una carnicería que vende bocadillos o packs de jamón ibérico para llevar. No se puede obviar que cada fin de semana a lo mejor hay 8.000 o 10.000 mil turistas que consumen mucho. Donde había bares tradicionales ahora hay bares modernos. También aparecen creadores o emprendedores en pequeños locales ofreciendo cosas novedosas.

¿Cómo ves el futuro del barrio?

Creo que dependerá de la ordenación del fenómeno de los pisos turísticos, que no va desparecer de la noche a la mañana pero que sí que puede desaparecer de muchas comunidades de propietarios. Creo que en Malasaña siempre va a haber mucha diversidad y va a venir gente de todas partes. Para ver esa diversidad basta con ir a los colegios o pasear por el Malasaña de día, que reivindicamos mucho en el periódico.

Se ven muchas banderas en los balcones con el eslogan S.O.S. Malasaña.

Este es un colectivo vecinal reciente con el que estamos vinculados. Comenzó con la denuncia de un narcopiso en la calle Tesoro que estaba generando muchos problemas. Curiosamente, al mismo ritmo de la gentrificación se está creando un potente movimiento asociativo.

¿Qué otros problemas tiene el barrio?

De limpieza, de movilidad… Madrid Central ha sido un gran acierto, no conozco a ningún vecino que esté en desacuerdo con esta iniciativa.

¿Se puede montar un periódico hiperlocal en cualquier barrio?

Creemos que hemos generado un modelo que puede servir de inspiración para que otros lo repliquen en otros barrios e informen a la gente que vive en esos lugares. Hay experiencias en Sevilla, en Barcelona, en Guadalajara… Es bueno que se conozca una realidad que está sucediendo en las calles y a la que los grandes medios no llegan.

¿Cuáles ha sido vuestras mejores historias?

Como dije antes, estamos orgullosos de haber empezado hablar de la turistificación. Es bonito cuando un medio grande recoge una noticia que nosotros hemos sacado. Pero también me gusta mucho contar la historia del impresor que, con su mujer, lleva en la calle Madera tres generaciones, más de cien años, imprimiendo libros. Esas pequeñas historias son las que nos hicieron montar este periódico.

La vida cotidiana del barrio

Somos Malasaña, además de un medio de comunicación, se implica en la vida cotidiana malasañera. Por ejemplo, en la organización de eventos Pinta Malasaña, relacionado con el arte urbano, u Coctelsaña, una ruta de coctelería. También colaboran en las Fiestas del 2 de Mayo. Acaban de lanzar un crowfundind para la edición de Malasañeras, un libro sobre las mujeres que forjaron el carácter del barrio.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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