El MNAC expone la obra excelsa de Bartolomé Bermejo

Bartolomé de Cárdenas, el Bermejo, (hacia 1440-1501), es uno de los pintores góticos más destacados de finales del siglo XV. La veintena de obras preciosistas y extraordinarias que se le atribuyen están repartidas por museos de Europa y Estados Unidos. Ahora, la mayoría de ellas se han reunido en la exposición que el Prado y el MNAC han organizado para darlo a conocer. En Madrid 100.000 personas las han visto, un éxito de público que espera repetirse en Barcelona en la muestra que podrá verse hasta el 19 de mayo.

Bermejo utilizó de forma magistral la técnica del óleo creando composiciones originales superiores a las del resto de los pintores de su entorno. Historiadores del arte como Joan Molina, el comisario de la muestra, no dudan en calificarlo como el mejor pintor de la Corona de Aragón y máximo representante de la influencia flamenca en España.

Entre las piezas más destacadas: San Miguel triunfante (The National Gallery), la primera obra documentada del pintor en 1468 para la iglesia de Tous, en Valencia, de la que solo ha llegado la tabla central con el santo triunfante sobre un demonio alucinado; Escenas de la Vida de Cristo (MNAC), cuatro tablas que formaron la predela del retablo de Santo Domingo de Silos que pintó para Daroca, Zaragoza, entre 1474-1479; el Tríptico de la Virgen de Montserrat, de la catedral de Acqui Terme (Italia) que le encargó el mercader italiano Francesco delle Chiesa entre 1483 y 1489 y su obra cumbre, la Pietat Desplà, de la catedral de Barcelona. En todas ellas destaca el gusto por los colores intensos, verdes y granates, y el detalle de paisajes naturales. En la Piedad llegó a representar de forma minuciosa hasta 73 especies de plantas y animales.