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Colau impide más restaurantes en 50 manzanas del Eixample

El equipo de gobierno suspende la concesión de nuevas licencias antes de promover la supermanzana de la calle Girona

Alfonso L. Congostrina
Eixample de Barcelona
Un ciclista sube por el carril bici de la calle GironaCarles Ribas

El equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona anunció ayer la suspensión, durante un año, de la concesión de nuevas licencias de actividades en el entorno de la calle Girona con el objetivo de reconvertirla en una vía peatonal. La suspensión de permisos para negocios de restauración, juego, heladerías, espectáculos, comidas preparadas o degustación se extenderá en el área delimitada por las calles Roger de Llúria, Còrsega, paseo de Sant Joan, Ronda de Sant Pere y plaza de Urquinaona. Una zona que engloba 50 manzanas del Eixample.

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, aseguró ayer que el objetivo principal por el que se suspenden nuevas licencias de actividades en los entornos de la calle Girona es para evitar la gentrificación y preservar el comercio local y de proximidad. Sanz recordó que el equipo de gobierno pretende crear una supermanzana en el entorno y evita la presencia de nuevos restaurantes para no despertar el interés —como ya ocurrió cuando se convirtió en peatonal la calle Enric Granados— en negocios que acaban con el comercio local y de proximidad y fomentan la gentrificación.

Sanz sostuvo que se trata de una “medida preventiva” para que las mejoras que se hagan en la calle Girona no perjudiquen a vecinos y comerciantes. La teniente de alcalde aseguró que un ejemplo de barrio en el que se ha logrado mantener el equilibrio comercial pese a cambios y mejoras en su entorno es Sant Antoni, donde también se suspendieron licencias antes de abrir el mercado e instaurar la supermanzana con el objetivo de “ganar espacio sin que repercutiera en el día a día de los vecinos”.

La teniente de alcalde de Urbanismo mantuvo que la supermanzana de la calle Girona verá la luz “el próximo mandato”. Un proyecto del que forman partes vecinos y comerciantes de la zona, según aseguró Jordi Matas, consejero del Eixample de partido de Colau.

Jaume Artigas de la asociación de vecinos y vecinas de la derecha del Eixample reconocía ayer que la supresión de licencias es necesaria. “La asociación a la que pertenezco lleva meses reuniéndose para la creación de la supermanzana de la calle Girona y para eso es prioritario llegar a esta suspensión para que no se concentraran terrazas en la zona”.

El diseño de la nueva supermanzana está todavía en periodo de discusión aunque el grupo impulsor asegura que estará repleta de zonas verdes entre la calle Córcega y la calle Trafalgar. La calle Girona será peatonal en gran parte de estos tramos, más de diez manzanas del Eixample, aunque no todos los cruces con las avenidas horizontales —entre ellas la Ronda de Sant Pere, la Gran Vía de les Corts Catalanes o la avenida de la Diagonal— serán peatonales.

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La calle Girona seguía ayer tomada por los vehículos. Es una calle con dos carriles de subida, donde los coches solo pueden aparcar en la acera más próxima al Besòs y donde la acera Llobregat es un carril bici bidireccional. Esa vía da muchos sustos, ya que los peatones se ven siempre sorprendidos por los ciclistas que circulan por el único carril de bajada.

Los comerciantes ven con buenos ojos la peatonalización de la zona. El propietario de la Granja Vendrell espera la transformación de la calle. “Todavía falta que haya unas elecciones y que el nuevo gobierno apruebe la supermanzana. Aún así, creo que cuando haya menos coches, los vecinos de la ciudad harán suya la calle de Girona”, remarcaba ayer el propietario de la granja.

Janet Sanz está convencida de que la reurbanización de la calle Girona convertirá la zona en un nuevo punto de interés y, sin la suspensión de licencias para nuevos negocios, podría favorecer el monocultivo económico de actividades de ocio de forma descontrolada.

La oposición en el Consistorio no ha tardado en pronunciarse. La concejal del PDeCAT, Francina Vila, alertó de que la anulación de licencias supondrá “una nueva chapuza del gobierno Colau en la línea del de la supermanzana del Poblenou o la reurbanización de la Ronda de Sant Antoni”. Vila reclamó al ejecutivo municipal un proceso transparente de diálogo y conocer el proyecto de la calle Girona, “si es que lo hay” y, de no existir tal proyecto, retirar la suspensión. “No nos han explicado a qué responde la suspensión. No sabemos cómo actuará en la calle Girona. No han explicado qué proyecto tienen, ni cómo será esta pacificación”, denunció Vila.

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