El Gobierno de Garrido se queda congelado

A las 20.00 horas del viernes terminaron las tribulaciones de Pablo Casado y comenzaron las de Ángel Garrido. El actual presidente de la Comunidad de Madrid acudió a la sede nacional del PP, en la calle Génova, convencido de sus posibilidades de ser el candidato regional de su partido en las elecciones de mayo. Lo que se encontró fue el anuncio de que ese puesto lo ocupará Isabel Díaz Ayuso y la promesa de que podrá elegir si su futuro está en el Senado, en el Congreso o en Europa, según fuentes populares. Tras una jornada de máxima tensión, en la que el chat que comparte con sus consejeros hirvió de mensajes, Garrido se despidió de Casado con bonhomía, pero sabiendo que su decepción personal puede tener importantes efectos colectivos. Su Gobierno corre el riesgo de entrar en parálisis.

Con la elección de Díaz Ayuso nos hemos quedado fríos dicen en el Ejecutivo regional

"Con la elección de Ayuso nos hemos quedado fríos", reconoce un integrante del ejecutivo autonómico, que seguirá en el poder durante los próximos cuatro meses. "La sensación es de tristeza", subraya. "Vamos a ser sinceros: hay proyectos que estábamos pensando para lanzar a Ángel como candidato", añade. "Ahora Isabel tendrá que reunirse con todos los consejeros. No es lo mismo hacer una campaña con el presidente como candidato que con ella, que está fuera del Gobierno", prosigue, recalcando que la aspirante tendrá que luchar por conseguir la exposición pública que obtiene de manera natural el líder autonómico. "Ya en la época de Ignacio González, cuando Mariano Rajoy eligió a Cristina Cifuentes como candidata, el partido iba por un lado y el Gobierno por otra, casi con la guardia baja, desaparecido de toda actividad".

Ocurrió en 2015. Se decidió en marzo. Quedaban tres meses para las elecciones. Ahora, el margen de tiempo para que se noten las grietas y las discrepancias es aún mayor. Además, el factor desestabilizador de la convivencia entre el líder saliente y el entrante se agrava: el equipo de Garrido siempre señaló que no compartía la contundencia con la que se expresa Díaz Ayuso. Y los peligros son los mismos que entonces: pese a que el actual presidente ha comprometido su máxima colaboración a la candidata, y a Casado, es inevitable que los integrantes de su equipo empiecen a preocuparse por su futuro.

Presentación de candidatos

En paralelo, y de forma natural, los proyectos pendientes del Ejecutivo madrileño para lo que queda de legislatura —como la ley de farmacias o la nueva reglamentación de los pisos turísticos— serán opacados por el traspaso de poderes.

No hay época más envenenada en un partido que la de la elaboración de las listas electorales. El PP la vive, además, con un triple cambio de líder, lo que multiplica la inestabilidad interna y los miedos de cada uno de los implicados: de Rajoy a Casado en el PP nacional, de Garrido a Ayuso en el liderazgo político de Madrid, y de Cifuentes a Pío García-Escudero en el PP regional

"Y cuando ven que no vas a ir en las listas, deja de llamarte todo el mundo. El teléfono deja de sonar", reconoce un veterano dirigente sobre la inestabilidad que se avecina.

El vértigo que provoca ese vacío llena de dudas el presente de muchos integrantes del PP de Madrid, igual que rodeó de incógnitas la elección de los aspirantes. De hecho, fuentes populares señalan que Casado dudó hasta el final sobre la candidatura de Martínez-Almeida, y que tuvo dos alternativas sobre la mesa hasta el último instante.

"Pero cuando uno es del Atleti, está acostumbrado a los finales apretados", bromean fuentes del entorno del portavoz municipal, que venció en una carrera en la que también aparecieron nombres como el de Adolfo Suárez Illana; las exministras Isabel García Tejerina o Fátima Báñez; el economista Manuel Pizarro; o el vicesecretario nacional de organización, Javier Maroto.

Para cuando Martínez-Almeida había sido confirmado en la candidatura, Garrido había puesto ya fin a su calvario. Durante toda la jornada del viernes, los políticos que le acompañan en el Gobierno buscaron noticias con gran inquietud. La consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras, Rosalía Gonzalo, se distinguió por aportar calma a los suyos. Y cuando se conoció la decisión, el presidente les agradeció escuetamente su trabajo a sus colaboradores, según uno de ellos. Hubo muchos mensajes y pocas llamadas. Todos dejaron espacio para el duelo.

Sin embargo, para el PP la carrera preelectoral comienza ya hoy. Díaz Ayuso y Martínez-Almeida serán presentados como candidatos por el propio Casado. Al mitin acudirá Pío García-Escudero, el presidente interino del PP de Madrid desde la dimisión de Cifuentes, a quien muchos en la formación conservadora consideran decisivo para que Garrido no haya logrado la candidatura.

El actual presidente autonómico de Madrid también estará presente, según detalla su equipo. Será el último intento de taponar la crisis interna. Con el Ejecutivo en estado de shock, y algunos de sus integrantes más importantes profundamente dolidos por la decisión de que Garrido no continúe, cada gesto cuenta para la elaboración de las listas madrileñas, que pilotarán dos hombres de la máxima confianza de Casado: García-Escudero y David Erguido, presidente del comité electoral regional.