Barcelona se replantea su Biblioteca Provincial
El Ministerio de Cultura, Generalitat y Ayuntamiento, de acuerdo en modificar el proyecto para modernizarlo
Más que grandes salas, tendrá espacios abiertos y diáfanos, con áreas polivalentes pensadas para realizar múltiples actividades, muchas compartidas, no solo consultar libros. Es la idea en la que están de acuerdo el Ministerio de Cultura, la Generalitat y el Consorcio de Bibliotecas de cara al diseño de la futura Biblioteca Provincial de Barcelona que, una vez más, vuelve a ocupar a técnicos y responsables de las tres administraciones implicadas en su construcción. Un proyecto decidido a finales del siglo pasado que inicialmente iba a ubicarse en el antiguo mercado del Born (1997), que mudó de localización por el hallazgo de los restos de la ciudad de 1714 y la situó en un solar alargado entre las vías y la propia estación de Francia y el paseo de Circunval.lació (2005), que estuvo durmiendo el sueño de los justos durante los años de la crisis económica y que despertó tantas reticencias en la administración de Partido Popular que no reservó ni una partida presupuestaria de la última legislatura para que el proyecto empezara a caminar. En 2010, el ministerio convocó el concurso para la realización y lo adjudicó al despacho de arquitectura Nitidus con un presupuesto de unos 38 millones de euros.
Ahora, se han producido los primeros pasos para que el equipamiento pueda llegar a ser realidad. De momento, está prevista una dotación económica para derribar en 2019 la edificación preexistente en el solar que ocupará. Se trata de un edificio que ocupó la Universidad Pompeu Fabra y que está conectado con otras edificaciones de la estación de Francia. La licencia para derribarlo se tenía desde 2011 “pero debido a los cambios en las normativas se ha tenido que contratar a un redactor de proyecto para que actualice el existente” apuntaban desde el Ministerio. No será una demolición sencilla al ser un edificio de hormigón armado, apuntaban desde el despacho de arquitectura.
Además, está conectado a otro edificio, por lo que se tendrá que reconstruir lo que resulte afectado por el derribo y se construirá una escalera de incendios. De paso, se adecentará el solar que sigue invadido de arbustos para que se visualice la estructura de la muralla de la Ciudadela que salió en las excavaciones realizadas hace años y que ha quedado sepultada por la maleza.
Reuniones a tres bandas
Técnicos de las tres administraciones han mantenido un primer contacto después de que el ministro de Cultura, José Guirao, se reuniera con la consejera de Cultura, Laura Borràs, y, posteriormente, con el Ayuntamiento de Barcelona a principios de otoño. "Se tiene que ir a un equipamiento del siglo XXI con las necesidades de los usuarios de lo que será la biblioteca central de la ciudad. Se trabaja con la idea de dibujar espacios abiertos, acogedores, que inviten a estar. Que sean prácticos, como lugares de coworking, y para otros usos.
Por eso, el programa en el que se ha empezado a trabajar apunta hacia espacios polivalentes. Siguiendo, en cierto modo, el modelo que se ha aplicado en las bibliotecas más modernas de Barcelona, la de Sant Gervasi de Cassoles y la de Montserrat Abelló”, apuntaban desde el Consorcio de Bibliotecas de Barcelona. Un modelo de biblioteca que se tendrá que concretar en la comisión de seguimiento a tres bandas que será convocada por la Generalitat una vez se apruebe el proyecto de demolición del edificio preexistente en el solar.
La futura Biblioteca Provincial es un conjunto de tres paralelepípedos de cristal escalonados a lo largo del triángulo de la parcela de unos 6.000 metros cuadrados que arrancará en el frente de la avenida del Marquès de l'Argentera y se adentrará en paralelo al paseo de la Circumval·lació. La superficie de construcción será de 18.000 metros cuadrados con una capacidad para almacenar hasta 600.000 volúmenes. “No está en discusión la edificabilidad del centro, no se perderá ni un solo metro cuadrado, lo que sí se replantea es el programa de la futura biblioteca, cómo se definirán sus espacios”, añadían en el despacho de arquitectura Nitidus. En principio, están previstos dos auditorios, de 300 y 120 plazas, una sala de exposiciones, un espacio joven de 640 metros cuadrados, una zona infantil y más de 7.000 metros cuadrados para fondos generales, entre otros espacios.
Una idea que está bastante definida es que el acceso sea como una gran ágora abierta: “Precisamente por su proximidad al Parlamento catalán se piensa en que la biblioteca sea una cámara de discusión y participación popular en el que tenga cabida la creación en todas sus posibilidades, especialmente literaria pero también musical y audiovisual y con nuevas formas de aprendizaje y experimentación en laboratorios”, concretan desde el departamento de Cultura de la Generalitat.
El modelo es el de las modernas bibliotecas de ciudades del norte de Europa, especialmente el de la central de Amsterdam y la que se acaba de poner en funcionamiento en Helsinki. Esa biblioteca se proyectó a modo de una grandísima sala de estar, con espacios multidisciplinarios, desde salas de cine, estudios, salas de juego, espacios para trabajo y talleres, además de lugares de descanso y cafeterías.
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