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La fiesta de River Plate en Madrid: la Puerta del Sol se tiñe de rojo y blanco

Cientos de seguidores se reúnen de madrugada en el emblemático punto de la capital para festejar el triunfo en la Copa Libertadores

Aficionados del River Plate celebran el triunfo de su equipo en la puerta del Sol.
Aficionados del River Plate celebran el triunfo de su equipo en la puerta del Sol. Santi Burgos

“Y no me importa donde jugás porque yo voy a cualquier lugar, River Plate, cada vez te quiero más”. Pocas veces un cántico tuvo tanto sentido como el que han entonado los seguidores de River durante la madrugada de este domingo mientras teñían de blanco y rojo la Puerta del Sol. La final más larga de la historia de esta competición deportiva vivió en Madrid su capítulo final con la victoria de los millonarios en el Santiago Bernabéu. "Es un sueño. Yo quería jugar en el Monumental. Venir a Europa, tan lejos, me parecía una locura. Pero estos días aquí han sido como estar en casa. Me voy enamorado de la ciudad, y emocionado por salir campeones", cuenta Hernán Bernat, de 52 años, residente en Buenos Aires y seguidor del club.

Poco después de que el capitán del River, Leo Ponzio, levantara el trofeo que les acreditaba como campeones de la Copa Libertadores 2018, sus seguidores se han dirigido, al ritmo que marcaban los bombos y platillos, a uno de los puntos más emblemáticos de la capital: Puerta del Sol. “Poder vivir esto como argentinos y ciudadanos de Madrid es muy emocionante. Es algo que jamás habríamos esperado. Aunque el motivo por el que la final vino aquí es triste, para nosotros ha sido un sueño", asegura Alexis Encina, de 30 años y residente en la capital desde hace cuatro.

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“No podemos creer lo que estamos viviendo. Se trasladó el folclore argentino a Madrid. Es inexplicable el sentimiento que tenemos ahora mismo al ver esta plaza repleta de compatriotas”, cuenta Fernando Bo, de 34 años. Pasada la medianoche, alrededor de un millar de hinchas llegados desde el Bernabéu desembarcaron en Sol. "Tendría que haberse jugado allá", apunta Florencia Roseta, de 29 años, "en Buenos Aires ahora mismo habría una marea de gente en la calle, aquí hemos venido los que tenemos algo de plata. Es verdad que hemos vivido algo único, pero nos merecíamos vivirlo en nuestra casa”.

“Todo este quilombo me benefició”, reconoce Matías Alba, de 24 años. “Soy socio y no pude conseguir entrada para el Monumental, pero aquí sí. Me hubiera encantado que se jugara en casa; se siente distinto”, cuenta mientras disfruta de la celebración acompañado de su madre, que ha viajado con él desde Argentina. Varias familias, algunas de ellas con niños pequeños, se congregaron en la madrugada madrileña. “Es algo único que tiene que vivir. He recorrido con él Argentina de cancha en cancha, y esta final no nos la podíamos perder”, dice Iván Verón, de 35 años, y que sostiene en brazos a su hijo de ocho.

El colombiano Juan Fernando Quintero, autor del segundo gol de River y gran protagonista de la final, ha sido el jugador más aclamado en los cánticos de la afición millonaria. "Se merecía marcar este gol y darnos esta alegría: le viene bien para que le reconozcan más los hinchas", confiesa Javier Artiles, argentino de 40 años que vive en Canarias. "Cuando Quintero marcó el gol, fue una explosión de felicidad enorme. Se convirtió en un ídolo para toda la hinchada de River”, añade Micaela Peña, argentina de 22 años y residente Madrid.

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Europa Press

Tampoco han faltado los cánticos en recuerdo del eterno rival: "Un minuto de silencio... Para Boca que está muerto"; "El que no salta no va al Mundial". Estos dos mensajes han sido los más repetidos durante la madrugada madrileña. "Me moriré y seguirán existiendo hinchas de River que se acuerden de este día... Y para su desgracia, de Boca también", asegura Franco Robles, de 23 años.

Aún así, muchos de los seguidores han querido destacar el ambiente de deportividad que se vivió durante todo el fin de semana en Madrid. "Los argentinos y los hinchas de ambos equipos tenían la oportunidad de demostrar que los episodios violentos son cosa de unos pocos incivilizados, y lo han hecho. Tanto dentro como fuera del estadio ha habido un ambiente buenísimo", cuenta Enrique Villegas, colombiano de 22 años e hincha de River. En la misma línea se muestra el bonaerense Óscar Sánchez, que lleva 16 años viviendo en Madrid: “En el estadio el trato entre ambas aficiones fue excelente, hubo abrazos y gente de River consolando a nuestros rivales. Cuando veníamos en el Metro los hinchas de Boca nos felicitaban”.

Ahora, una buena parte de los que este domingo estuvieron en el Bernabéu tendrán que recorrer de nuevo los más de 10.000 kilómetros que separan Madrid y Buenos Aires. "La ida se hizo eterna. Con esta felicidad, la vuelta va a ser mucho más linda. Siendo campeones todo se ve de otra forma", dice Astrid Brico, de 24 años. Aunque para algunos, el regreso a Argentina todavía tendrá que esperar: “Ya no vuelvo hasta después del Mundialito”, dice Federico Lagache. Este argentino de 32 años tiene la intención de viajar directamente a los Emiratos Árabes, donde River disputará en los próximos días la Copa Mundial de Clubes, y en la que se enfrentaría en una hipotética final al Real Madrid. “Ojalá podamos acabar el año venciendo al Real", opina, "después de lo de esta noche sería magnífico”.

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