“Una siempre es mejor madre antes de ser madre”
Laura Baena es fundadora del Club de Malasmadres e impulsora de la Asociación Yo No Renuncio
El Club de Malasmadres empezó como un desahogo de una madre que tocaba fondo y se ha convertido en uno de los fenómenos de Internet más relevantes en España. Laura Baena (37 años) es la fundadora del movimiento que ha dado la vuelta al concepto de mala madre. Llegó a Madrid desde Málaga tras estudiar Publicidad. Trabajaba de directora creativa en una agencia de publicidad y la realidad de la crianza le pilló por sorpresa, como a tantos.
¿Una siempre es mejor madre antes de ser madre?
Por supuesto. Siempre digo que era mejor madre antes de ser madre porque me imaginaba con paciencia infinita, sonrisa perfecta y una tarta en la mano. Tenía un concepto de maternidad que no existe, de ahí la frustración.
Y de la frustración, el club.
Yo sabía que mi situación a corto o medio plazo iba a cambiar porque en publicidad los horarios son imposibles. Empiezas a sentir que no eres superwoman, que no llegas, que pierdes el control. Y te sientes malamadre. Y mala esposa, mala hija, mala persona…
¿Qué descubrió al desahogarse en redes sociales?
Empecé en Twitter contando mis anécdotas y empezaron a salir del armario muchísimas malasmadres que se sentían igual. Había una necesidad de que alguien dijera la verdad de la maternidad para no sentirnos tan mal.
¿Ser madre fue el momento en que se dio cuenta de que la sociedad no es igualitaria?
Somos una generación de mujeres engañadas por una igualdad aparente, que no existe. Hemos hecho dos estudios sociológicos y hemos visto que la maternidad destapa los papeles tradicionales.
¿Vio al principio que el club era una idea que podía crecer?
Si le hubiera visto un desarrollo detrás no hubiera salido tan bien. Yo lo pasé realmente mal. Y cuando ahora la gente ve cierto éxito, a nivel de exposición y de redes... Yo toqué fondo realmente. Renuncié a mi carrera profesional y me fui de la agencia cuando el club tenía 1.500 seguidores. Toqué fondo. Y de ese tocar fondo a veces salen las grandes ideas.
¿Acabarán las malasmadres en el diccionario?
Lo creo firmemente. Una de las campañas que siempre hemos pensado hacer es pedirle a la RAE que incluya malamadrear.
En crianza hay muchos debates polarizados ¿Qué les une y qué les desune?
Nos une que siempre hemos defendido que no hay solo un tipo de crianza y nos une la conciliación. Y lo que más puede desunir, y para mí es un objetivo y una gran responsabilidad personal, es hacer entender a la comunidad que el feminismo es necesario. Me dicen muchísimo: con tu feminismo sí estoy de acuerdo. Y eso es porque tenemos que revisar cómo enseñamos el concepto, que busca la igualdad de derechos y oportunidades.
¿En la gran ciudad es más difícil la crianza?
Tiene sus cosas. Es más difícil para educar porque vamos tan rápido que parece que siempre nos falta tiempo. Mi hermana, cuando viene de Málaga, no entiende cómo somos capaces de vivir a este ritmo tan acelerado. Pero también te da muchas oportunidades: aquí están las grandes empresas que tienen que apostar por la igualdad, el teletrabajo, la flexibilidad. Aquí están las empresas que tiran y son ejemplo para el resto de ciudades. Y luego están los barrios, que son la zona de confort.
¿Se ha mudado de barrio?
Sí, ¡me he ido a un barrio de madre! El centro de Madrid para hacer familia es muy complicado. Y en tu barrio de madre hay muchos lugares donde los niños son bienvenidos y eso ayuda.
¿Cómo de malamadre es pasar del grupo de WhatsApp?
Es ser malamadre de verdad. Se merecen un monumento [ríe]. Aunque yo les tengo amor-odio porque me han salvado mucho.
¿Saben en el colegio de sus hijos quién es?
Tanto que estoy con la mosca detrás de la oreja [ríe]. La pequeña acaba de entrar al cole y no hay grupo. Y dudo si no lo hay... o no me están invitando.
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