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Bermejo y Maspons, al MNAC en 2019

Pintor y fotógrafo tendrán dos grandes exposiciones en la próxima temporada del museo

José Ángel Montañés
El 'San Miguel' de Bermejo (1468), una fotografía icónica de Maspons de los años sesenta y un autorretrato de Antoni Fabrés, de 1920.
El 'San Miguel' de Bermejo (1468), una fotografía icónica de Maspons de los años sesenta y un autorretrato de Antoni Fabrés, de 1920.

Bartolomé Bermejo es un pintor de finales del gótico tan excelente como misterioso. No se sabe, con exactitud, dónde, ni cuando nació; si era cristiano viejo o judeoconverso, como los eran algunos de sus clientes y su mujer, Gracia de Palaciano, condenada en 1486 por practicar ceremonias judaicas. Tampoco, cuando ni donde falleció, aunque se cree que fue en Barcelona alrededor de 1501. En esta ciudad pintó la que se considera su gran obra maestra: la Piedad Desplà, tras recorrer otras ciudades como Valencia, Daroca y Zaragoza. En todas ellas pintó una veintena de excelentes obras que lo convierten en un virtuoso de la pintura y en el artista más destacado de la Corona de Aragón y el mayor representante de la influencia flamenca en España.

La Piedad Desplà, la obra cumbre de Bermejo, que podrá verse en el MNAC.
La Piedad Desplà, la obra cumbre de Bermejo, que podrá verse en el MNAC.

A él está dedicada una de las grandes exposiciones de la próxima temporada del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), en la que podrán verse casi todos sus trabajos: la tabla central del Retablo de San Miguel, propiedad de la National Gallery, que encargó en 1468 Antoni Joan, señor de Tous, el Tríptico de la Virgen de Montserrat de la catedral de Acqua Termi que encargó un mercader italiano afincado en Valencia en 1483 y la famosa piedad, que en sus más de 500 años no ha abandonado nunca la catedral de Barcelona donde se expone junto a su comitente, el arcediano Lluís Desplà. La exposición, comisariada por Joan Molina, es fruto de la colaboración entre el MNAC y el Prado, el museo madrileño donde se inaugura la muestra el próximo martes.

Gala casi como Caravaggio

Mientras llega la esperada ampliación, Serra anunció que se liberarán dos salas para que la colección de posguerra crezca. Lo que han crecido han sido los visitantes: 724.000 personas en lo que va de año (866.271 en 2017), de los que 125.000 han visitado la exposición de Gala, pese a que hay unas previsiones de que cierre con 140.000 personas después de los 15 días que quedan para su clausura.

Estas cifras la elevan a la segunda plaza de las exposiciones más vistas, tras la de Caravaggio de 2005 (163.000), con permiso de la de Sorolla que fue gratis. Por detrás están la muestra de Fortuny, de 2003, con 100.000 visitantes y Grandes Maestros del Metropolitan, de 2006, con 80.000 visitantes

Bermejo, del que el MNAC tiene cuatro tablas (dos depositadas por el Institut Amatller d’Art Hispanic) y por lo tanto casi el 20% del total de su producción, no será el único artista que despuntará en la temporada 2018-2019 del museo. El fotógrafo Oriol Maspons (1928-2013), más de 500 años después que Bermejo, protagonizará otra retrospectiva del museo que cuenta con todo el archivo de su obra: unas 7.000 fotografías realizadas entre 1950 y 1980, además de 200 copias en papel. La exposición (comisariada por Cristina Zelich, entre julio 2019 y enero 2020) “será muy importante porque mostrará a un Maspons más profundo y más serio; no solo relacionado con su visión más simpática de la gauche divine”, explicó ayer Pepe Serra, director del MNAC, durante la presentación de la temporada, que insistió en que las muestras programadas redundan en un “mayor conocimiento de la colección, que tiene un potencial enorme”. Para la temporada que viene el MNAC cuenta con 1,3 millones (de los 15,5 totales del presupuesto) para programar.

Desde que Serra fue nombrado director del MNAC en 2012 se ha llevado a cabo la rehabilitación artística de autores que estaban fuera del canon, como Josep Tapiró, Carles Casagemes, Lluïsa Vidal y Xavier Gosé, entre otros. Serra anunció que ya no habría más recuperaciones, pero ahora anuncia que expondrá a Antoni Fabrés (1854-1936), uno de los mayores seguidores de Mariano Fortuny que se caracteriza por buscar la mirada del retratado. Se podrá ver entre mayo y septiembre de 2019 y su comisario será Aitor Quiney.

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La cuarta exposición de la temporada es sobre escultura de vanguardia durante la posguerra en Cataluña con trabajos como los de Àngel Ferrant, Leandre Cristòfol, Torres Monsó o la obra pionera de Josep Maria Subirachs.

El MNAC es un museo vivo. Es difícil adquirir nuevos fondos románicos y góticos, pero más fácil patrimonializar y formar colección del periodo de posguerra y las décadas siguientes y los inicios de la posmodernidad. Y en eso está centrado Àlex Mitrani, conservador de arte moderno del MNAC, que está consiguiendo, a partir de donaciones, depósitos y adquisiciones, como las de Aurèlia Muñoz, Joan Claret, Magda Bolumar, Fin o Francesc Todó, que se expondrán, a partir de ahora, según anunció Serra, en un nuevo espacio que hasta ahora era almacén, de la primera planta.

La comisión de la ampliación se reúne el día 19

El día 19 se reúne por primera vez la comisión mixta Ayuntamiento, Generalitat y Ministerio para tratar el tema del Plan Estratégico del museo que incluye su ampliación en el pabellón de Victoria Eugenia. “Se reunirá varias veces para consensuar un documento que se presentará a comienzos de 2019”, explicó Serra. “Lo queremos todo. Será para las exposiciones temporales, la colección de arte moderno, de Marià Fortuny a Benet Rossell y el centro de estudios y la biblioteca”, apostillo Serra, en contra de lo que anunció el Ayuntamiento de que cedería solo un cuarto del enorme edificio de Puig i Cadafalch.

Para Serra, existe "un conjunto de argumentos objetivos para desplegar el museo. Pedimos llegar a un acuerdo del dibujo final y luego ya se hará el proyecto arquitectónico", ha añadido.

Tampoco cree que a nivel presupuestario su propuesta suponga un problema, porque "se podría hacer en varios plazos hasta el año 2029", cuando se cumple el centenario de la Exposición Internacional de Barcelona. "Algo se podrá hacer para entonces".

En este punto, ha insistido en que con esta propuesta el museo se "acerca" a la ciudad, "sin necesidad de escaleras automáticas". "Ellos decidirán, pero nosotros estamos legitimados para pedir algo que no es marciano", ha apostillado. Serra ha enfatizado que el MNAC es "un museo de país, pero también de ciudad" y que "la ciudad tiene una oportunidad única y todo el que quiera ser alcalde de Barcelona debería poder contestar qué piensa hacer con esto hasta el año 2029".

Tampoco ha obviado que en la zona de la montaña de Montjuïc "hay droga, atracos, no se puede aparcar bien, por la noche hay problemas, está mal iluminado, mal señalizado" y ha considerado que "cualquier persona que quiera ser alcalde de Barcelona debería tener una idea de qué hacer con Montjuïc".

Serra, al que todavía le quedan cuatro años de mandato, se ha preguntado si "en once años [hasta 2029] seremos capaces de hacerlo" y ha recordado que el fundador del museo, Joaquim Folch i Torres, ya decía en 1934 que había que pensar sobre dónde ubicar la obra de los pintores del futuro. "No podemos estar en un limbo permanente", ha precisado.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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