Nuevo enfrentamiento entre urbanos y manteros en Barcelona

Un vídeo grabado con un teléfono móvil el pasado sábado a los pies del monumento a Colón en Barcelona muestra una intervención de la Guardia Urbana requisando materiales pirata a un grupo de vendedores ambulantes ilegales. En la operación, que acabó sin detenciones ni heridos, se presencia algún conato de enfrentamiento entre manteros y agentes, que incluso utilizaron porras extensibles para disuadir a los manteros.

La oposición municipal en Barcelona repite, desde que Barcelona en Comú llegó al Consistorio en 2015, que el gobierno de Ada Colau ha concedido a los manteros una suerte de impunidad que les da poder para vender allí donde deseen. De hecho, culpabilizan a la alcaldesa de agresiones como la que perpetraron el pasado uno de agosto un grupo de manteros a un turista estadounidense en la plaza Cataluña. Lo cierto es que el gobierno de Ada Colau es el que más denuncias ha interpuesto por venta ilegal, en 2016 fueron 79.255 multas y el pasado año 63.971.

El gobierno de BComú no ha reducido la presencia policial. Ahora, los urbanos evitan el enfrentamiento directo con los manteros y utilizan técnicas de desgaste para evitar que prolifere la venta ambulante.  El equipo de gobierno sigue denunciando que las mercancías de los manteros atraviesan fronteras donde tiene potestad el Estado y la venden grupos organizados que deberían investigar Mossos d’Esquadra.

La Guardia Urbana de Barcelona diseñó en 2015 un protocolo —bautizado como Víctor Alfa— para determinar cómo debían actuar los agentes ante el fenómeno de la venta ambulante ilegal. Desgastar zonas, realizar patrullajes continuos y, en caso de problema de orden público, ponerse en contacto con los Mossos. El equipo de Colau tampoco optaba por criminalizar al mantero ya que considera que alguien al que el Estado no le proporciona un permiso de trabajo tiene complicado ganarse el sustento. Por tanto, se evita realizar detenciones.

El pasado sábado un turista gravó una intervención de la Guardia Urbana, algunos de paisano, requisan material falsificado mientras se observa algún conato de los vendedores ambulantes intentando recuperar el material. Los agentes tuvieron que llamar a la Unidad de Apoyo Policial (USP) —los antidisturbios de la policía municipal— para intervenir y ahuyentar a los vendedores. Pese a los momentos de tensión y la espectacularidad de las imágenes, los manteros acabaron abandonando el lugar sin incidentes remarcables.