Las fiestas de Gràcia piden la libertad de los políticos presos
El pregón oficial y el alternativo reivindican la causa feminista
El barrio barcelonés de Gràcia ha dado este martes el pistoletazo de salida a su fiesta mayor con la lectura del pregón oficial y el alternativo. Ambos coincidieron en reivindicar el papel de la mujer y en recordar a los políticos y líderes independentistas encarcelados o huidos.
Como marca la tradición, antes del pregón oficial miembros de las juventudes de la izquierda anticapitalista leyeron el pregón alternativo en la plaza de la Vila de Gràcia. “Este año no podemos hacerlo desde el balcón”, dijo una de las jóvenes que leyó la arenga señalando al piso desde el que se procedía a la lectura. Un piso cuyo balcón estaba al lado de la terraza de la sede del distrito desde donde se realiza el pregón oficial. El motivo por el que no podían acceder a ese piso este año es simple: “Al chico que vivía le subieron el alquiler y tuvo que marcharse”. Comenzaba así un conjunto de críticas que leía una joven mientras mostraba una de las urnas en las que se votó el referéndum independentista el pasado 1 de octubre: “Esta es nuestra pregonera”. El pregón exigía la legitimidad del referéndum y criticaba lo que consideraba un paso atrás en las fuerzas independentistas.
Las jóvenes recordaron también la manifestación feminista del 8 de marzo y finalizaron la lectura con una plaza abarrotada en la que se mostraron carteles que exigían la libertad de los políticos presos.
Tras el pregón alternativo fue el turno de la pregonera oficial: Elena Carreras, jefa de Obstetricia y Ginecología del Hospital Vall d’Hebrón. Carreras recordó su trayectoria por diferentes asociaciones del barrio. La médica finalizó su pregón recordando a los líderes independentistas: “Enviar un abrazo muy fuerte a nuestras presas políticas, la consejera Dolors Bassa y presidenta Carme Forcadell, un abrazo especial a los familiares de Gràcia de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart así como a todos los presos políticos, personas en el exilio o recluidas en casa, castigadas de manera arbitraria e injusta y que este año no podrán compartir la fiesta con nosotros. Quiero que nos conjuremos a coger fuerzas durante estos días para conseguir que el próximo año estén aquí en este balcón”. Tras estas palabras, la plaza volvió a reclamar, al unísono, la libertad de los políticos presos.
La pregonera no fue la única que tuvo un recuerdo para los presos. También lo hizo el concejal de Gràcia, Eloi Badia. Esas expresiones no fueron del agrado de todos. El concejal de Ciutadans, Koldo Blanco, exigió a la alcaldesa Ada Colau que “retire la simbología partidista” de las calles de Gràcia “porque no representa a la mayoría de ciudadanos y todos deberían sentirse invitados” a las fiestas. De hecho, la decoración de algunas de las calles presentaba lazos amarillos y carteles pidiendo la libertad de los líderes independentistas. Incluso la propia sede del distrito, desde donde se leyó el pregón, lucía un lazo amarillo.
El presidente de ERC en el Ayuntamiento, Alfred Bosch, respondió a las críticas: “La mejor manera para que no haya símbolos políticos es que no haya presos políticos”. Bosch reiteró que las “pancartas, colores y símbolos” en recuerdo de los presos son “libertad de expresión”.
El líder del PSC, Jaume Collboni, mantuvo que “se debe respetar el espacio público y compartido” y que, por tanto, “se deberían evitar símbolos partidistas o legítimas reivindicaciones políticas no compartidas por todos los ciudadanos”. Pese a ello, el socialista se quiso distanciar de los independentistas y del discurso de Ciudadanos.
La noche de ayer fue larga para los vecinos de Gràcia que ultimaban la decoración de sus calles. Entre ellas, comenzaba a vislumbrarse la calle la Perla, que este año critica el exceso de turismo que amenaza la ciudad o la calle Providencia, que este año ha dejado el protagonismo a personajes infantiles como Peppa Pig.
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