El PDeCAT modula su giro en el Congreso manteniendo a Campuzano como portavoz

La concreción del giro radical del PDeCAT en el Congreso de los Diputados será menos visible de lo esperado. La semana pasada las bases del partido decidieron entregar la dirección al entorno de Carles Puigdemont, y por tanto dar más poder a la línea dura que promueve seguir con la unilateralidad, pero por el momento la formación se inclina por mantener en la Cámara baja al actual portavoz, Carles Campuzano. La también diputada Míriam Nogueras, que es la nueva vicepresidenta del partido y más cercana al expresident, ocuparía la coordinación del grupo parlamentario. El PDeCAT está dentro del grupo mixto pero tiene su propia jerarquía interna.

La veteranía de Campuzano —más de dos décadas en las Cortes— y su capacidad de llegar a acuerdos, que reconocen los miembros de otros grupos, son la principal razón para mantenerle en primera línea. Las declaraciones de Nogueras, el pasado lunes, apuntando a que ahora “le costaría más” al PSOE contar con el apoyo de los ocho diputados neoconvergentes no se alejan mucho de las advertencias que Campuzano ha hecho en diferentes ocasiones sobre la necesidad de que el diálogo con el Gobierno dé frutos pronto.

Nogueras, diputada desde 2016, sí podría ocupar la coordinación del grupo. La duda es si tendrá tiempo material. La vicepresidenta del PDeCAT tendrá que dedicar buena parte de su tiempo a recoser un partido muy dividido tras la asamblea de la semana pasada (un tercio de la militancia se opuso a la nueva ejecutiva) y a ver cómo será la integración con la Crida Nacional, el movimiento panindependentista que lidera Puigdemont. De ahí que se baraje la posibilidad de que la coordinación del grupo parlamentario la asuma Lourdes Ciuró, también cercana a la línea del expresident. La decisión se conocerá el lunes.

El PDeCAT jugará hoy un papel clave en dos votaciones en el Congreso: la del techo de gasto y la de la administración de RTVE. En el segundo caso, Nogueras ha asegurado que se votará a favor de la propuesta del PSOE. Respecto a la primera, continúa el secretismo. Fuentes del partido se limitan a señalar que, como de todas formas el PP bloqueará la reforma, la abstención o el no del PDeCAT carecerían de efectos reales.