Insultos del público, plátanos y falsificaciones
‘Kingdom’ y ‘Falsestuff’, dos propuestas con un curioso maridaje en el Grec
El jueves, tras la función de Kingdom,hubo un coloquio en el Lliure con Àlex Serrano y Pau Palacios, de la Agrupación del Sr. Serrano. El público tuvo que escoger, a iniciativa de los organizadores, entre plantear preguntas como es habitual, que serían respondidas silábicamente, o aderezar las preguntas con insultos y palabrotas para conseguir una respuesta más elaborada e igualmente mal hablada. Se optó por lo segundo. Un Peter Handke (insultos al público y viceversa) de andar por casa. Un juego artificioso y tonto que no hacía falta para levantar los ánimos de algunas espectadoras que intervinieron particularmente enfadadas con el mundo teatral catalán o con la citada agrupación a cuyos titiriteros acusaban de falócratas por la ausencia femenina en el montaje y la narración.
Una ausencia, replicaron los autores, que se explica por la negación de la mujer que ha hecho históricamente el capitalismo más salvaje que es el protagonista de su relato. El debate, gracias a la gente del Sr. Serrano, está servido.
Kingdom es el último montaje de la Agrupación del Señor Serrano estrenado en un festival Grec donde ha coincidido con Falsestuff (hasta el 15 de julio en el Teatre Nacional de Catalunya, TNC), de Nao Albet y Marcel Borràs. Dos espectáculos donde domina un espíritu de creación libérrimo, sin la disciplina a códigos consagrados o que si se someten a ellos es para reírse un rato. Dos piezas con un curioso maridaje.
Falsestuff, sobre la falsificación en general y de montajes teatrales en particular, acude en un momento de la obra a narrar una historia a la manera como lo hace el Sr. Serrano, un plagio que se perdona por lo que tiene de homenaje.
Albert y Borràs son unos artistas de la falsificación —llegan a falsificar un coloquio académico que resulta de una autenticidad asombrosa—, como lo fue aquel mítico Orson Welles de Fake, pero no se acercan al tema para elaborar un ensayo sino para disfrutar con una serie de pastiches. Antológico el western musical con un Roy Rogers domesticado por Stanley Donen. Un espectáculo muy divertido al que le pesa tener que atar cabos argumentalmente lo que alarga excesivamente la representación.
Durante dos únicos días, con la sala llena, la Agrupación del Señor Serrano presentó su Kingdom, donde su utiliza la historia de la plantación y comercialización global del plátano para una irónica égloga del capitalismo. Fieles a su poética y muy singulares recursos escénicos—-audiovisuales, miniaturas…— , estos grandes titiriteros han levantado una pieza menos asombrosa que en otras ocasiones. El narrador empieza la obra asegurando que "vamos bien" y, a pesar de los pesares y de lo visto en la obra, lo sostiene al final en un ejercicio de candor más que de cinismo (porque se lo cree) del personaje.
Un espectáculo que termina con un espléndido y agresivo haka maorí, metáfora del gran capital. En el capítulo de los reproches: la presentación de un King Kong como cómplice de este capital cuando la historia de esta queridísima criatura demuestra que es víctima del sistema.
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