Nieve en la plaza de Ramales
El actor alicantino da un paseo por sus recuerdos en zonas emblemáticas de la ciudad y recomienda algunos restaurantes, rincones y cafés
1. Jota. Me unen lazos de amistad con los socios de este restaurante y, claro, su gastronomía; muy sencilla, muy casera, muy rica, obra del chef Javier Igartua. Recomiendo los pescados (el que me pongan, vengo a ciegas), el entrecot y los guisos, que yo soy muy de cuchara (Sandoval, 6).
2. Arco de San Ginés. Me gusta ese rincón, lo sinuoso de esa calle, que culebrea. Aunque parece más antiguo, la reforma se hizo en el siglo XVIII, cuando Carlos III. Me gusta también el conjunto con la librería de viejo San Ginés, que prácticamente es un armario grande.
3. Café del Real. Las camareras son maravillosas. Yo vivía cerca, en la calle Campomanes, y me iba a la parte de arriba a leer o a estudiar. Al poco de llegar a la ciudad estaba allí y escuché por el ventanuco un gran escándalo de cacharrería. Era como un regimiento de las guardias de corps, desfilando, fue impactante. Aquello era Madrid (Plaza de Isabel II, 2).
4. Plaza de Ramales. Allí estaba la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), donde estudié, así que siempre frecuentaba esa zona. Recuerdo que la primera vez que vi nevar en mi vida fue durante una clase de música, a través de la ventana. Por supuesto, salí del aula y bajé a que me nevara encima. Hasta llamé a mis padres desde una cabina.
5. El Madrid de los Austrias. Es un viaje en el tiempo al alcance de cualquiera, el lugar idóneo para perderse por las callejuelas llenas de historia. Creo que en Madrid hay pocas zonas paseables, pero en esta se pasea mucho y bien.
6. Cerro Garabitas. Tiene una historia tremenda: desde esta posición de artillería los golpistas bombardeaban la capital durante la Guerra Civil, sobre todo machacaban la zona de Ciudad Universitaria. Ahora hay unas vistas maravillosas de todo Madrid; a mí me gusta ir con la bici. Es una buena sudada, pero, vaya, tampoco es subir el Tourmalet (Casa de Campo).
7. Café Pavón. Lo llevan mis amigos Jorge Rueda y José Oliver, que han hecho un rescate maravilloso del local, incluyendo el artesonado del techo y la recuperación de unos azulejos con leyendas árabes. Lo suyo es casi arqueología. Me gusta el ambiente y la cocina; ojo a la ensaladilla rusa (Embajadores, 9).
8. Plaza Guardias de Corps. Uno no suele mirar mucho las fachadas de Madrid, a no ser que busque piso, cosa que yo he hecho mucho. Esta plaza tan coqueta, donde el centro cultural Conde Duque, la descubrí levantando la mirada del suelo y me maravilló. Allí me encuentro muy a gusto. Igual es que las energías telúricas convergen ahí conmigo, pero la cuestión es que estoy fenomenal.
9. Óscar Patanegra & Cía. Óscar, que tiene una banda de swing, ya tenía una taberna donde hacían maridajes muy chulos, junto con al famoso enólogo Félix Lanz. Ahora ha abierto este local más grande y con más posibilidades: música en directo y un buen terrazón que da al tramo de Madrid Rio más allá de Príncipe Pio (Aniceto Marinas, 98).
10. Todas las papelerías. Me encanta el mundo de las libretas, las agendas, los bolis, los lápices, el gramaje de los folios. Cada vez que tengo un proyecto nuevo lo primero que hago es ir una papelería y comprar un cuaderno. De hecho, aún conservo un estuche que estrené en el colegio y que todavía uso. No sé cuántos miles de bolis habrán pasado por él.
Entre las tablas y la tele
El actor Fele Martínez (Alicante, 1975), ganó el Goya a Actor Revelación en 1996 por Tesis. Aparece en la serie Estoy vivo, en cuyo rodaje de segunda temporada anda embarcado. Su próximo proyecto teatral es Todas las mujeres, basado en un texto de Mariano Barroso.
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