Barcelona habilitará polideportivos y escuelas para acoger a refugiados
El Ayuntamiento dispone ahora de 450 camas para atender a inmigrantes que lleguen a la ciudad
Ada Colau ofreció el domingo el “puerto seguro” de Barcelona para acoger a 1.000 refugiados que navegan a la deriva en siete barcas en el Mediterráneo. Pese al ofrecimiento, el Consistorio no dispone de un millar de camas. En los últimos días llegan a Barcelona 300 inmigrantes a la semana en autobuses procedentes de Andalucía. Estas llegadas obligaron al Consistorio a aumentar el número de camas hasta 450. La situación todavía es sostenible, pero el gobierno de Colau dispone de un plan b si se saturan las llegadas o amarran barcos con centenares de personas: habilitar escuelas y polideportivos.
La semana pasada, el Ayuntamiento de Barcelona y Cruz Roja llegaron a un acuerdo para desarrollar un plan que aumente la capacidad de acogida: se abrieron 150 nuevas camas en Barcelona. No tardaron en llenarse. En menos de tres días llegaron “casi un autobús diario” procedentes de Andalucía. Según fuentes municipales, hay consistorios en la “frontera sur” de España que pagan un billete de autobús con destino a Barcelona a aquellas personas que arriesgan su vida a bordo de una patera para llegar a Europa. Otras veces, es la propia Cruz Roja la que fleta los autobuses.
Gracias a las 150 camas se pudo atender en la última semana a tres centenares de personas, 50 de las cuales ya han abandonado Barcelona con destino al norte del continente. Estas 150 plazas se suman a las 200 camas fijas que el Consistorio mantiene en el Servicio de Atención a Personas Inmigradas, Emigradas y Refugiadas (SAIER) dispersas en varias pensiones de la ciudad. Y a estas, hay que sumar el centenar de camas del programa Nausica, el plan municipal para atender a los refugiados que no son atendidos por el gobierno central porque han acabado el programa de asilo pero no tienen recursos propios.
La Generalitat solo dispone de 500 plazas
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ofreció Cataluña el pasado domingo para acoger a 1.800 refugiados. En la actualidad, la administración autonómica ofrece 1.845 plazas a refugiados de las que 1.317 están ocupadas, por lo que en realidad el número de plazas disponibles es de 528.
Por su parte, el Consistorio barcelonés, según el tercer teniente de alcalde Jaume Asens, entre enero y mayo de 2018 ha atendido a "más de 8.000 personas en el SAIER de los que 3.500 son refugiados".
En total hay 450 plazas que, según el propio Consistorio, todavía no se han colapsado.
“Cuando hay alguien a la deriva en el mar, nuestra obligación es ofrecer el puerto no solo por una cuestión humanitaria, sino porque así nos obliga el derecho internacional”, aseguraba ayer un portavoz municipal. El respeto a las normas supraestatales abre la puerta a una llegada masiva similar a la del Aquarius en Valencia. Conscientes de ello, el Consistorio denuncia que no recibe ningún apoyo ni de la Generalitat ni del Gobierno central.
Si llegan a la vez centenares de inmigrantes, el Consistorio aprovechará que hay muchos colegios, polideportivos y equipamientos vacíos en plenas vacaciones escolares e instalará campamentos diseminados por la ciudad. En ellos se realizará la misma criba que se realiza ahora con los inmigrantes que llegan a la ciudad en autobús.
La mayoría de migrantes son de origen subsahariano y el Estado no les proporciona derecho de asilo, por lo que el Consistorio garantiza su alojamiento y manutención. Estos normalmente se encuentran de “tránsito” y, tras pasar unos días, se trasladan a países como Alemania. Si son menores, los tutela la Generalitat. Y si solicitan asilo, se garantiza su alojamiento mientras se pone en funcionamiento el programa estatal de asilo.
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