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Crónica
Texto informativo con interpretación

Video Instan se reinventa

Abrirá un local con videoclub, cafetería y una pequeña sala de cine

Aurora Depares, propietaria de Video Instan
Aurora Depares, propietaria de Video Instanmassimiliano minocri
Tomàs Delclós

Video Instan está de mudanza. El subidón de alquileres los desaloja de la calle Enric Granados y se van a Viladomat, entre Provença y Rosselló. Cerca de la Escola Industrial, del Clínic y de mi casa!!! Un local que será cafetería, videoclub y mini cine, donde planean programar una película diaria. Los sábados, cine familiar. Y los jueves, un filme que hayan votado los clientes. El local ya está en obras. Abrirán en julio y la inauguración, “por todo lo alto”, será en setiembre. Para sufragarlas, Aurora Depares, la actual propietaria, lanzó una campaña de crowdfunding. Resultado: 638 aportaciones, que han dejado 40.112 euros. Pero lo más llamativo es que, con la campaña cerrada, muchos rezagados van al videoclub con su dádiva aunque ya no haya las simpáticas recompensas que se daban a los primeros. Una señal de lo querido, y necesario, que es.

Durante mucho tiempo, las empleadas de Video Instan —así en femenino, porque siempre ha habido dependientas— hacían una revista, de uso interno, con las anécdotas de cada año. Un recuerdo que se llevará Aurora al nuevo local es el libro Suma de la propiedad por apartamentos, un tomazo. Lo conserva porque un cliente espabilado lo había vaciado por dentro, como en las pelis de espías, para esconder un vídeo y llevárselo sin pagar. Lo pescaron. Pero la gran mayoría de recuerdos son cariñosos, divertidos. Lo que hace mejor el cliente, continua Aurora, es dar mal el título. Uno que ha demostrado ser particularmente difícil es Vicky Cristina Barcelona. Decir los tres nombres y en ese orden parece imposible. “Muchos clientes explican un trozo del argumento y hay que adivinar el título”. “Dame algo, que quiero llorar”, les pidió una vez una señora. Ahora hay menos clientes, pero más sabios, más cinéfilos. Excepcionalmente han alquilado películas para enviar a Alemania, Francia o... Pamplona, donde había un señor que quería ver un título añejo porque salía él. Curioso fue el caso del director noruego Marius Holst, que entró para comprar su propia película (La isla de los olvidados). Están acostumbradas. Más insólito fue encontrar en un VHS devuelto un mensaje de amor para una de ellas.

La historia ya es conocida. Jenaro Depares y Aurora Martínez tenían una cadena de impresión rápida, de ahí lo de Instan. Cuando el VHS empezó a ser popular dedicaron un rincón de su principal local al alquiler de una decena de videos. A los pocos meses, prácticamente todo estaba dedicado a las cintas. Fueron a ver cómo eran esos colmados del vídeo en París y Londres (a la HMV de Oxford Street, todavía viva) e importaron el negocio. Fueron los primeros en España. Abrieron en la calle Comerç en 1979. Y al año, se trasladaron a Enric Granados. Su hija es quien lleva ahora el negocio y quien ha hecho esta llamativa apuesta. Sigue empeñada en mantener la tienda porque, entre otras cosas, le gusta el cine. Mira una película cada día, por eso y porque quiere saber qué vende o alquila. Son 45.000 títulos, unas 80.000 copias ya que procura tenerlos todos duplicados. Las películas descatalogadas, por ejemplo, no se venden, únicamente se alquilan. Y lo que más duele, explica Aurora, es cuando un vivales no devuelve una de esas películas inencontrables.

“Dame algo que quiero llorar”, les pidió una vez una señora

En 2004, había 7.000 tiendas de alquiler de películas en España. Ahora quedan 450. Y hay una relación fraternal entre ellas, de ayuda mutua. “Tenemos un whatsApp y nos recomendamos películas que funcionan, nuevos tipos de ofertas, nos vendemos películas que a uno le sobran y a otro le faltan…”. En Video Instan también tienen un servicio, con una empresa especializada, de conversión de formatos (del súper 8 o el VHS al DVD o al blu-ray para, un caso, poder seguir disfrutando de los recuerdos audiovisuales de la familia). Aurora está convencida de que el blu-ray puede ser el último formato. “Los fabricantes de aparatos lectores son quienes tienen que inventarse cosas para fomentar el uso de sus herramientas. El problema del video no es de la Warner, es de ellos”.

El alquiler físico de películas ha menguado. Las plataformas de Internet son un competidor gigantesco. “Ya hace tiempo que nos dimos cuenta de que había que dar algo más al cliente. Empezamos con las presentaciones de películas y libros sobre cine. Y hemos tenido un apoyo enorme de los profesionales”. También alargaron el alquiler hasta un mes. “A diferencia de las plataformas, aquí tienes que regresar a la tienda a devolver el video, pero tienes un mes para hacerlo”. Todo eso no bastaba. Y lo dicho. El nuevo local será videoclub, cafetería y habrá un cine con 32 butacas. Un cine, dice Aurora, que ha de ser de todos, “por eso no he querido un inversor externo que llevara la programación”. Esta combinación es innovadora. Aurora solo tiene referencias de un local similar en Berlín. “Creo que será muy bonito, si no lo pensara… no lo haría”.

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