TEST: la maceta donde echa raíces el arte emergente valenciano
A la exposición colectiva de Marina Iglesias, Laura Salguero y Ester Pegueroles se une la intervención de Hyuro, que ampliará el museo urbano de Vila-real
Las calles de Vila-real (Castellón) llevan impresa la huella del TEST, que arranca este sábado con cuatro creadoras que arriesgan por el arte en cartel. El museo a cielo abierto que sigue perfilando la Mostra d’Art i Creativitat vila-realense, consolidada como plataforma para el arte emergente valenciano, exhibe ya las intervenciones urbanas de toda una celebridad grafitera como Pantone. También de otros titanes de esta rama del arte como Borondo, Escif, Sam3 o el pop trash del francés Louis Lambert (3TTMAN). A éste último, y su mural El rey de selva, estampado en la medianera de una casa de la calle Serra d’Irta, le toma el relevo en este sexto TEST la argentina afincada en Valencia Hyuro. La artista “que no pinta en la calle sino que habla con la calle y le regala pinturas", señala su homólogo Escif en el catálogo de presentación de Hyuro en el TEST, cuya edición 2018 culminará con una de sus creaciones en gran formato.
Su obra milita ya sobre el asfalto de ciudades de medio mundo, transformando espacios públicos de España -Valencia, Asturias, Madrid- e Italia a Francia, Alemania, Brasil, Estados Unidos o Nueva Zelanda. Y destaca por esas heroínas invisibles que construye en sus intervenciones urbanas. Por encumbrar la figura de la mujer y reflexionar sobre la carga que sobre ella deposita la sociedad patriarcal. El trabajo íntimo de Hyuro, y su universo, inquietante y seductor, saltará en mayo a la avenida Cardenal Tarancón de Vila-real para seguir impulsando el museo gráfico a cielo abierto del TEST.
La obra de Huyro pondrá la guinda a una edición de la Mostra d’Art i Creativitat vila-realense a la que dan forma este año las propuestas de otras tres creadoras, protagonistas de la exposición colectiva abierta hasta el 29 de abril en el Convent Espai d’Art. Son Marina Iglesias (pintura), Laura Salguero (acuarela, fotografía, escultura y grabado) y Ester Pegueroles (fotografía). Juntas tejen una edición que se asienta como plataforma para visibilizar y proyectar el talento artístico emergente que pivota sobre territorio valenciano. También, haciendo honor a su nombre, como espacio donde cultivar, gestar y hacer crecer los trabajos y las carreras de quienes han “dado el salto” y “quieren dedicarse al arte”. Con convicción, resalta su director, Pascual Arnal.
La cita, un referente por la selección de nuevos artistas y respaldada por el ayuntamiento de Vila-real, mantiene la variedad de disciplinas, desde la fotografía hasta el arte urbano o la pintura. Lenguajes hilados en esta edición “por una cierta querencia por el paisaje, la naturaleza, la biología”, con sus puntos de encuentro y desencuentro en los que prima, sin embargo, el “diálogo plástico” entre las diferentes propuestas, recuerda Arnal.
La gaditana afincada en Valencia, Marina Iglesias (1991), aterriza en el TEST con Paradojas de la imagen bélica. Un proyecto de experimentación plástica y de investigación del engaño que reside en las imágenes, “como fruto de la confianza ciega que depositamos en ellas”. Su propuesta pictórica parte de fotografías bélicas y del fotoperiodismo. “Me interesa la imagen repetida, en la que hay un componente homogéneo, como el uniforme de soldado, que a su vez se envuelve en paisajes naturales”. Ahí radica el “contraste” de la obra de Iglesias. En esa “curiosa relación” entre los elementos repetidos y el envoltorio, “lo natural, que es irrepetible”, dice.
Exceptiología es la apuesta para el TEST de Laura Salguero (León, 1987). Un nombre inventado que da pie a una posible ciencia de la excepción y que plasma en esta recreación de un museo de ciencias naturales que huye de la norma. Un bestiario de aves bicéfalas, reptiles mutantes, insectos siameses y otras alimañas excepcionales e inclasificables, carentes de lógica. Para la autora, la ciencia investiga el pensamiento racional: lo lógico, lo objetivo y lo absoluto. Mientras el arte debe descifrar lo contrario, el lado irracional del pensamiento, creando obras que investiguen dentro de lo emocional, lo subjetivo y lo relativo.
La castellonense Ester Pegueroles (1970) da el salto a TEST con Km 0: la distancia que une. Una serie fotográfica que plantea una recreación visual de trayectos entre la ubicación de una serie de presos de la escuela del Centro Penitenciario de Albocàsser, en Castellón, y los lugares que estos invocaron en sus escritos tras un taller voluntario con la artista. La estación del Norte de París, las Ramblas de Barcelona, la playa del Grao de Castellón o las minas del río Tinto componen el escenario de Km 0. Un título que evoca el vacío y supone, dice Pegueroles, “hacer el camino de alguien a quien le es imposible, para devolverle sus recuerdos”.
Con su sexta edición ya en puertas, el TEST ansía, un año más, “poner en valor a las personas que realmente están apostando por el arte, en una sociedad en la que parece que nadie se arriesga por nada”, indica Arnal. Consciente de que “dedicarse al mundo del arte en este país es una auténtica locura vocacional” porque “hay muchos artistas pero muy poca infraestructura y apoyo”, la muestra pretende ser eso: infraestructura, plataforma, escenario. Y lo consigue a través del espacio expositivo que visibiliza los trabajos, y de los cuatro libros de artista que edita el TEST para su promoción. Catálogos “sumamente cuidados” que estarán a disposición del público que visite la muestra y que proyectarán en el tiempo la obra de sus creadoras. El “mimo” que respiran los libros se mide en los textos, en el diseño y en detalles como la tipografía. En esta edición se utiliza la ‘Geomanist’, cedida por el estudio gráfico Atipo, que imprime idiosincrasia a cada uno de los catálogos. La misma idiosincrasia que define al TEST.
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