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El exintendente de Sabadell asegura ante el juez que Bustos ordenó las cargas policiales del ‘caso Bemba’

El exjefe de policía de la ciudad sostiene en el juicio por los altercados de 2003 con jóvenes independentistas que desaconsejó esa intervención

Manuel Bustos, en el momento de dimitir como alcalde.
Manuel Bustos, en el momento de dimitir como alcalde.GIANLUCA BATTISTA

El exintendente de la policía local de Sabadell, Jordi Roviralta, ha dado un giro al juicio del conocido como caso Bemba —enfrentamientos entre jóvenes independentistas y la policía en 2003 durante la fiesta de clausura del bar con dicho nombre— al señalar al exalcalde de la ciudad Manuel Bustos como la persona que ordenó las cargas policiales contra este colectivo juvenil, con el que no simpatizaba. Este miércoles se ha celebrado la segunda sesión del juicio promovido por tres agentes locales que aseguran que sufrieron lesiones por los objetos lanzados por los jóvenes.

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Los hechos se remontan a la noche del 26 al 27 de septiembre de 2003 cuando la fiesta de despedida de un conocido bar en el centro de la ciudad, el Bemba, concurrido básicamente por jóvenes de la izquierda independentista, acabó con carreras y cargas policiales por diferentes calles de la ciudad y por otro local cercano, el Sorginak. Los enfrentamientos acabaron con 11 detenidos, entre los cuales está el sabadellense Oleguer Presas, exjugador del Barça. Para ellos el fiscal pide hasta dos años de prisión por daños, desorden y atentado contra la autoridad.

Roviralta ha detallado que esa noche se encontraba realizando un macrocontrol de alcoholemia en la Zona Hermética, el área de ocio nocturno de la ciudad, junto al alcalde, su hermano Paco Bustos, entonces concejal de Seguridad, y Josep Ayuso, concejal de Recursos Humanos. Cuando recibieron el aviso de madrugada de la presencia de más de un centenar de jóvenes a las puertas del Bemba, se trasladaron allí. “Como era la última noche del bar yo era partidario de darles margen. Había muchos jóvenes, pero no había violencia”, ha apuntado el exintendente. Pero la cosa cambió con la llegada de Bustos, cuya relación con los jóvenes “no era la más correcta”, ha añadido. Y lo ha enmarcado en la conocida época del “estilo Bustos”, cuando el alcalde era acusado por algunos sectores de déspota y de prácticas caciquiles. Los intentos de mediación de Bustos con los jóvenes fracasaron. “Tres de ellos se bajaron los pantalones delante de él”, ha concretado.

“Estaba todo controlado. La orden de la intervención fue del alcalde. Yo lo desaconsejé”, ha explicado el exjefe de policía. En la acción participaron una docena de agentes municipales, la mitad de los cuales eran de la recién creada Unidad de Refuerzo Policial, parecidos a los antidisturbios. También se pidió la colaboración de la Policía Nacional, que llegó a disparar salvas, porque Bustos así lo solicitó, según Roviralta y el comisario de la Policía Nacional, Gonzalo Simon. En su declaración, Roviralta ha insinuado que la intervención policial se hizo por motivos políticos. “Había la necesidad de detener a gente”, ha resumido.

Este miércoles también han declarado 11 agentes de la policía municipal, que han coincidido en el relato que los jóvenes les lanzaron piedras, botellas y otros objetos, pusieron barricadas en varios puntos e incluso llegaron a quemar algún contenedor. Después de persecuciones por el centro de la ciudad, los jóvenes se dirigieron, según su versión, al bar Sorginak, donde “se atrincheraron”. Allí se produjo una nueva carga y se realizaron la mayoría de detenciones.

Contradicciones en las declaraciones

Pero algunos agentes también han ofrecido detalles contradictorios. Mientras una policía ha asegurado que le lanzaron una bicicleta mientras practicaba una detención, su compañero ha dicho que se lanzó contra el vehículo policial. En otro caso, uno de los agentes de los antidisturbios ha subrayado no haber participado en los incidentes en el Sorginak, cuando su compañero ha admitido haber llegado de los primeros y no haberse separado de él en ningún momento.

La estrategia de la defensa se ha centrado en intentar desmontar las identificaciones de los detenidos incidiendo en aspectos como la poca iluminación de la calle, la distancia entre agentes y jóvenes, la similitud de vestimentas y la dificultad de distinguir un individuo de entre un grupo compacto.

De los políticos presentes en el incidente solo ha declarado Josep Ayuso. El juez no admitió la comparecencia de Paco Bustos, solicitada por la fiscalía y la acusación. Del exalcalde no se pidió. Ayuso ha asegurado que no vio ni agresiones a agentes ni las cargas policiales y que se limitó “a ir por detrás colocando los contenedores tirados”. Aunque este miércoles ha dicho no haber estado presente en la mediación de Bustos con los jóvenes, una abogada de la defensa le ha recordado que en 2004 declaró lo contrario y que admitió que la “presencia de políticos había violentado a los jóvenes”.

Por su parte, los 11 detenidos declararon durante la primera jornada del juicio, celebrada el pasado 18 de enero. Aseguraron que los agentes, de la recién creada unidad de antidisturbios de la policía local, actuaron con "desproporcionalidad" y reprochan que la persecución se extendiera a otros locales, como el Sorginak, también en el centro de la ciudad. Los acusados también negaron haber agredido a los agentes, tal y como sostiene la acusación. La defensa también pide que se archive el caso porque consideran que los hechos han prescrito, aunque el juez aseguró que dirimirá este extremo durante la sentencia.

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