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Puigdemont y ERC exhiben sus diferencias a cuatro días de la constitución del Parlament

El expresident desoye la llamada de realismo de Rovira para evitar que se "perpetúe" el 155

Carles Puigdemont, este sábado, en el mensaje que envió a su partido desde Bruselas.
Carles Puigdemont, este sábado, en el mensaje que envió a su partido desde Bruselas.Massimiliano Minocri (EL PAÍS)

Carles Puigdemont y Esquerra Republicana exhibieron ayer en sendos cónclaves sus profundas diferencias, a cuatro días de la constitución del Parlament, sobre cómo afrontar la legislatura. El expresident consideró, en un mensaje desde Bruselas a su partido, el PDeCAT, que sería un “fraude democrático” que se obstaculice su eventual investidura. Con esa posición, desoyó a Marta Rovira, número dos de ERC, que poco antes había considerado “urgente” recuperar las instituciones y afrontar “con absoluto realismo las dificultades”.

Junqueras: "Sería una temeridad y una huida hacia adelante no recuperar las instituciones"

À. P

Oriol Junqueras, presidente de Esquerra, ha sostenido que la prioridad es recuperar la gestión democrática de las instituciones catalanas. En una carta publicada en el diario Ara y titulada Recuperemos las instituciones, el exvicepresidente advierte con esta contundencia la necesidad de aplicar el resultado del 21-D: "No hacerlo es renunciar a revertir el 155 y una temeraria huida hacia delante. Necesitamos poner el hilo en la aguja y el primer paso necesariamente es constituir Parlament y la Mesa, un paso imprescindible para  no malbaratar un resultado claro que ha dejado el bloque del 155 en minoría y al PP como último partido del hemiciclo".

Paralelamente, Junqueras pide formar un Gobierno que sea "fuerte y estable" en la medida de lo posible o, al menos, con "un amplio apoyo parlamentario". Y pide poner los pies "en el suelo" con un ejercicio de "realismo imprescindible". "La legislatura no será fácil porque todo apunta a una retirada formal del 155 pero con el mantenimiento de un intervencionismo galopante del PP", añade. El exvicepresidente pide ampliar las alianzas y el "perímetro" para hacer frente a una política de "bloques que el Estado tiene interés en potenciar". Tras acusar al PP de estar interesado en "alimentar el odio" y persistir en la "agresividad y desprecio", Junqueras pide al independentismo tener una mirada "a medio y largo plazo". "Estamos en una carrera de fondo. Los independentistas eramos 10 hace cuatro días. Si hemos sabido esperar tantos años a tener mayoría en el Parlament, también sabremos superar el 50% de los votos sumando a la causa la democracia, la libertad, la justicia social y nuevos aliados". "Persistir hasta que ganemos", subraya. "No veo atajos, ni soluciones mágicas. Solo trabajar y continuar sumando hasta ganar".

Junts per Catalunya y ERC alcanzaron el miércoles un acuerdo de mínimos para desbloquear la legislatura pero la investidura sigue aún en el aire. La lista del expresident y la cúpula del PDeCAT defienden que Puigdemont asuma el cargo por la vía telemática mientras Esquerra aguarda que los letrados del Parlament desestimen un fórmula en la que no creen. Pero esa será la segunda parte de la historia porque ERC quiere ir paso a paso. Ante un centenar de miembros del Consejo Nacional, que recibió a la dirección con una larga ovación y puestos en pie, Rovira estimó “urgente” poner las instituciones catalanas en manos de la mayoría elegida por los ciudadanos para no “perpetuar” la aplicación del artículo 155. Y el primer paso “indispensable”, dijo, es constituir la Mesa del Parlament para no “malgastar” la victoria en las urnas.

Los dos socios desnudaron en sendos cónclaves sus diferencias y quedó constatado que caminan a ritmo desacompasado. Los dos coincidieron en que no pueden permitir que el PP, último partido del arco parlamentario en Cataluña —tiene, como la CUP, cuatro escaños, pero menos votos— siga dirigiendo la Generalitat pero discrepan de la estrategia.

Arropado por su partido —Neus Munté, la presidenta del PDeCAT, avaló la vía telemática— Puigdemont se aferró a su legitimidad y al resultado electoral —segunda fuerza tras Ciudadanos pero primera del independentismo— para que no se “subvierta” el mandato democrático con debates reglamentarios. “El Gobierno habla y actúa igual que antes de las elecciones”, criticó Puigdemont. Por ello, tachó de “fraude democrático” que se le impida acceder al cargo: “Los que gobiernan Cataluña desde Madrid, sin vergüenza, con el 4% de los votos [el PP] dicen que no se puede gobernar desde el exilio o desde la prisión con el 47% de los votos”.

Rovira, que evitó aludir a la investidura, tiró de pragmatismo y reclamó dar pasos “sólidos, firmes, claros y contundentes”. No fue casual su llamada a afrontar la delicada situación política y jurídica con “absoluto realismo” y optó por advertir de las consecuencias que acarrearía que el PP siga controlando la Generalitat. “Tienen en el punto de mira la sanidad, el modelo de escuela pública, las finanzas, TV3. ¿Cuánto tiempo aguantará TV3 la política del PP? ¿Cuánto nuestro país la internacionalización de la economía sin las delegaciones exteriores?”, se preguntó. No solo eso: dijo que les hará falta buscar alianzas y explorar “las fronteras del independentismo” para “seguir creciendo y ser más fuertes”.

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Fue ese un claro guiño a los comunes que, sin desearlo, se pueden erigir en claves. Catalunya en Comú-Podem cuenta con ocho escaños que resultarán vitales porque, a cuatro días de la constitución del Parlament, no se sabe con cuántos diputados contará la mayoría independentista. Junts per Catalunya (34), ERC (32) y la CUP (4) suman 70 —la mayoría absoluta son 68— y el interrogante se cierne sobre los ocho encausados (los tres en prisión y los cinco de Bruselas). El juez del Supremo impedirá a Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sánchez que salgan de prisión para acudir a la sesión. Pero, paralelamente, invita a la Mesa, a autorizar el voto delegado. No hay dudas de que lo hará con lo cual el voto independentista, en el peor de los casos, se quedaría, en 65 escaños.

La foto de cómo se constituirá el Parlament sigue, por tanto, borrosa y todo apunta que no estará fija hasta el final. El bloque constitucionalista suma 57 —Ciudadanos, 36; PSC, 17 y PP, 4— y alcanzaría los 65 con los 8 de los comunes. Pero eso no pasará: Elisenda Alamany, portavoz de los comunes, reiteró por tercera vez que no contribuirán a fraguar una mayoría alternativa que no existe y sustentada en la “vía represora”.

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