Una escuela religiosa mantuvo dos años a un profesor denunciado por abusos
Los Mossos han encontrado, según las fuentes consultadas, “material sexualmente explícito” en su teléfono móvil
Un profesor de informática de un colegio religioso —la escuela Vedruna Gràcia, en Barcelona— ha ingresado en prisión provisional por presuntos abusos a menores y por guardar, en su teléfono móvil, fotografías explícitamente sexuales de unos 15 niños, incluidos alumnos. Los Mossos d’Esquadra le detuvieron ya en 2015 tras la denuncia de dos exmiembros de una agrupación scout, donde ejercía de monitor. Entonces quedó en libertad con cargos, aunque la investigación siguió abierta. La dirección de la escuela conoció el caso y, aun así, le mantuvo en su puesto.
La investigación, que lidera un juzgado de Barcelona, echó a andar en 2015. Tras cumplir la mayoría de edad, dos jóvenes que habían pertenecido al Agrupament Scout Mas-31 —una asociación catalana de boy scouts— denunciaron que un monitor había abusado de ellos tres años antes. Los Mossos les tomaron declaración. El sospechoso ya no trabajaba como monitor, pero sí como profesor de informática de la escuela Vedruna del barrio de Gràcia, donde había aterrizado en 2011. Los agentes le detuvieron en el centro por los presuntos tocamientos. También registraron su casa por orden judicial, aunque no hallaron material explícito, sino “fotos extrañas en actitudes extrañas”, señalan fuentes cercanas al caso.
El profesor quedó en libertad con cargos. La policía autonómica informó de los hechos al director de la escuela, según esas fuentes. Pero los responsables de Vedruna —un centro de la orden de las Hermanas Carmelitas que agrupa 36 centros educativos en Cataluña, de infantil a secundaria— lo niegan. “Supimos que, por hechos muy antiguos, se le había abierto una investigación. Pero había pasado fuera de la escuela y tuvimos un conocimiento indirecto. No hay ninguna autoridad que nos avise”, dijo en Catalunya Ràdio (que avanzó la información) el coordinador del equipo de gestión de la fundación Vedruna en Cataluña, Josep Closa.
“Decidimos no tomar medidas porque creímos en la presunción de inocencia”, añaden fuentes de la dirección de Vedruna Gràcia. Fue el profesor quien informó de su caso y se proclamó inocente ante la dirección, que puso los hechos en conocimiento de “personas de confianza” del centro. No detectaron ninguna anomalía. “Desde entonces, no hemos recibido ninguna queja de ningún alumno ni de ningún padre”, explican las mismas fuentes, informa Santiago José Sánchez.
Pese a la denuncia por abusos y pese a que la investigación seguía abierta, Vedruna Gràcia decidió mantener en plantilla al docente. El centro le sometió, sin embargo, a vigilancia. “Hablamos con el equipo directivo e hicimos un seguimiento de él todo el curso. No hay ninguna circunstancia que nos haga sospechar por parte de los compañeros, los padres o los alumnos”, detalló Closa.
Mientras el profesor seguía con sus clases, los Mossos sacaban punta a la investigación. En 2016, una unidad de informática forense encontró, al fin, material incriminatorio en el teléfono del sospechoso. Se trata de fotografías en las que hay “material sexualmente explícito”, como “tocamientos” y menores desnudos, según fuentes policiales. Los agentes han identificado a unos 15 afectados. De ellos, cinco o seis son exalumnos del Vedruna, según fuentes del centro. El resto forman parte del “entorno del profesor”. En algunas de las fotografías también aparece el maestro.
Detenido y apartado
La policía entregó el material al juez, que tomó declaración a los menores. Algunos explicaron que se trataba de selfies tomados por indicación del profesor. Otros afirmaron que no saben de qué forma llegaron las imágenes a manos del profesor. En el transcurso de los interrogatorios, uno de ellos explicó que había sufrido una agresión sexual. Se desconoce, por ahora, si se trata de uno de los dos boy scouts que denunciaron inicialmente el caso, o bien de uno de los menores que aparece en las fotografías.
A principios de diciembre, los Mossos avisaron a los responsables del centro, a quienes pidieron “discreción para no entorpecer la investigación”, según Vedruna. El día 12, fue detenido de forma discreta en las instalaciones del colegio. El juez lo envió a prisión provisional. El colegio, entonces sí, le apartó de sus funciones.
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