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La Guardia Civil obliga a los coches a dar rodeos para no colapsar el Wanda

El estadio del Atlético de Madrid sufre grandes atascos durante los partidos de competición europea

F. Javier Barroso
Entrada de coches y aficionados en el estadio Wanda Metropolitano el pasado sábado, cuando el Atlético de Madrid jugó contra el Barcelona.
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Cada vez que el Atlético de Madrid juega un partido de fútbol en el recién inaugurado estadio Wanda Metropolitano (San Blas), se producen grandes atascos en los accesos, en especial en la M-40. La Guardia Civil de Tráfico alerta de estas retenciones kilométricas, cuya solución no se vislumbra hasta dentro de, al menos, cuatro meses con los nuevos accesos. Cuando hay partido, los agentes obligan a los coches a dar un rodeo por la M-201 para evitar el colapso.

El estadio Wanda Metropolitano fue inaugurado el pasado 16 de septiembre en un partido que enfrentó al Atlético de Madrid y al Málaga. Tiene una capacidad para 68.000 espectadores, a los que hay que sumar los cerca de 4.000 empleados que hay en distintos puestos y establecimientos. La entrada al campo se puede hacer por la avenida de Arcentales, si se proviene desde el centro de la ciudad, o desde la M-40. Esta es la más habitual para la inmensa mayoría de los aficionados.

“El principal problema que tenemos es que todas esas personas entran en el estadio en un periodo de tiempo muy corto. En apenas dos horas, se llena toda la zona, con lo que ello supone”, reconoce un mando de la Guardia Civil de Tráfico de Madrid. La principal incidencia se da en el anillo exterior de la M-40, ya que gran parte del público acude desde la zona sur. “Es un club que tradicionalmente ha estado en esta área y la gente se tiene que desplazar ahora hasta el nuevo estadio”, añade el mando.

Una de las medidas que toma la Guardia Civil es prohibir en la rotonda de acceso al estadio el giro hacia la izquierda (la avenida de Arcentales). Se obliga a los vehículos a circular hacia Coslada, por la M-201, para que allí sea donde den la vuelta y retornen al campo de fútbol. Esta operación alarga el trayecto, pero impide los atascos de entrada desde la M-40.

El metro también tiene una capacidad limitada

El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han insistido desde el primer día de apertura en que una de las mejores opciones para acudir al estadio Wanda Metropolitano es utilizar el transporte público. Y en especial, el metro y la parada de Estadio Metropolitano, de la línea 7.

Sin embargo, esta opción a veces se colapsa, dada la gran cantidad de personas que la utilizan, por lo que muchas veces no da abasto para acoger a los miles de seguidores que la utilizan. Estos problemas son más frecuentes a la salida, ya que la llegada al estadio se hace de manera más escalonada.

Pese a tener andenes de gran capacidad, los vigilantes de seguridad frenan a las personas en la calle para evitar que accedan al interior y se produzcan avalanchas junto a las vías, con el riesgo inminente para todos los pasajeros.

Este trayecto por la M-201 dispone de dos carriles por sentido y tiene 1,5 kilómetros de longitud, lo que significa que habría hasta seis kilómetros de asfalto para absorber coches en una y otra dirección. Aparte, se instalan vallas en los laterales para evitar los aparcamientos. La rotonda de Arcentales, que se levanta sobre la M-40, está regulada por cuatro policías municipales, lo que a veces es “un número insuficiente”, según la Guardia Civil.

Por el anillo interior de la rotonda entran los seguidores que acceden desde la zona norte. Estos son muchos menos que los que ocupan el exterior, que provienen del sur. A los vehículos que entran por la autovía de Barcelona (A-2) se les mete directamente al Wanda por un lateral del estadio, a través de la avenida de Luis Aragonés. “Poco a poco hay que acostumbrar a los conductores a que utilicen esta vía, que está más despejada que otras que circunvalan el estadio”, reconocen fuentes de Tráfico.

El Wanda cuenta con 2.900 plazas de aparcamiento en los alrededores, una cifra insuficiente para el aforo del estadio. A ello se une que el control del acceso al mismo se hace por personal que, de manera manual, mira si el conductor tiene reservada una plaza. Según la Guardia Civil, lo conveniente sería que estos aficionados tuvieran una tarjeta magnética o que el parking dispusiera de un lector de matrícula.

Los principales atascos se dan cuando el Atlético juega competiciones europeas. Al ser siempre martes o miércoles, todo este flujo se suma al tráfico de un día laborable y a una hora (generalmente, a las 20.45) en la que ya no vuelan los helicópteros de la Dirección General de Tráfico (DGT).

Ampliar el acceso

La solución a estos atascos no parece fácil en breve. Hace unos diez días empezaron unas obras en el anillo exterior de la M-40, junto a la salida desde Vicálvaro, para ampliar el acceso a la rotonda de Arcentales y a la M-201. Estos trabajos durarán unos cuatro meses y su único fin es incrementar la capacidad de acceso. Está previsto también que se construya una calle que vaya directa desde el área de servicio hasta un lateral del Wanda. De este modo, se evitará subir hasta la rotonda, con la consiguiente descongestión.

“Hemos visto que en este lateral se detienen muchos conductores al final del partido para recoger a gente, con el peligro que ello supone en una vía rápida de estas características”, añaden fuentes de la Guardia Civil.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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