Cuando Fortuny viajó a Granada a pintar más deseos que realidad
El Caixaforum de Sevilla acoge hasta el próximo 7 de enero una muestra con un centenar de obras del pintor catalán en Andalucía
Delicadas pinceladas de acuarela y grafito sobre papel que levantan el patio de la casa granadina de unas monjas, tinta a la pluma que esboza en precisos trazos unos músicos árabes, un óleo sobre lienzo que ilustra con un elaborado celaje la Plaza de Toros de la Maestranza de Sevilla, o una recreada escena de La matanza de los abencerrajes en la Alhambra de Granada... Son todas obras que el pintor catalán Mariano Fortuny realizó en un periodo de ensoñación, de 1870 a 1872, entre Granada, Sevilla y el recuerdo de su paso por Marruecos. Son un centenar de pinturas y dibujos que se pueden contemplar en el Caixaforum de Sevilla desde este jueves y hasta el próximo 7 de enero en la exposición Andalucía en el imaginario de Fortuny.
Bajó al sur de Europa para pintar sus sueños, para acercarse más a sus deseos de crear imágenes orientalistas y callejeras antes que a la realidad, que era la demanda del mercado. Fortuny disfrutó del éxito profesional del Occidente del siglo XIX. Sus obras se vendían, sus propuestas eran aclamadas por los compañeros, tenía clientes, pero prefirió replantear su carrera. "En un momento álgido de su carrera artística, decide alejarse del encumbramiento de la vanguardia creativa e instalarse en la periferia del sistema artístico. Probablemente tiene la necesidad de reinventarse", apunta Francesc Quílez, comisario de la exposición.
De esta forma, Fortuny se centra en representar escenas virtuosistas, preciosistas, gran cantidad de ellas de pequeño tamaño "en las que muestra un estado de bonheur, de gran felicidad por trabajar en lo que le interesa. Rompe las cadenas con el circuito comercial", añade Quílez, que considera al pintor de Tarragona como "el mejor pintor español del siglo XIX despúes de Francisco de Goya". Quizás más considerado en el extranjero que en España, esta muestra recoge obras cedidas por el Museo del Louvre, el de Orsay, el Palacio Fortuny de Venecia, el Museo Nacional d´Art de Catalunya, el Museo del Prado, la Biblioteca Nacional y el Museo Goya de Castres, además de piezas de coleccionistas privados.
La muestra, formada por 133 obras y que ya ha sido vistada por 11.000 personas en Granada y Zaragoza, son en su mayoría dibujos y bocetos del autor que se completan con piezas de su hijo y otros artistas que fueron influenciados por el tarraconense como Martín Rico o José Villegas. Flores, puertas, tapias, calles, mujeres al sol, hombres caminando, e interiores de la Alhambra, a la que accedía con total libertad y por todas las esquinas por su amistad con el guía oficial del monumento consiguieron encandilar a sus contemporáneos y dejar para la posteridad un legado histórico.
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