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Los pisos ocupados por traficantes en el Raval crispan a los vecinos

Las asociaciones del barrio se manifiestan en días diferentes contra los 'narcopisos'

Alfonso L. Congostrina
Algunos de los manifestantes de la asociación de vecinos del Raval
Algunos de los manifestantes de la asociación de vecinos del RavalCarles Ribas

Los vecinos del Raval daban la voz de alarma poco antes de que comenzara el verano. Si hasta entonces los habitantes del barrio barcelonés se quejaban sobre todo de los pisos turísticos y la subida de los precios del alquiler, a partir de entonces la alarma tenía que ver sobre todo con el tráfico de drogas que se lleva a cabo en algunos inmuebles y con su consumo en la calle. Según los vecinos, hay 60 pisos okupados en el interior de los cuales se trafica con droga. Los consumidores, muchos de ellos de heroína, se inyectan en las calles del barrio. Un fenómeno que ha dividido a las entidades del Raval.

Una veintena de vecinos de calles como d’en Roig, Picalquers, Riereta o Carretes llevan una setentena de noches tomando la calle y manifestándose —a golpe de cacerola— contra los okupas que trafican en pisos del barrio. Los primeros en hacerlo fueron los de la calle d’en Roig. Carlos, uno de los vecinos, asegura que tras las primeras protestas “aparecieron personas queriendo transmitir discursos xenófobos” que se encargaron de paralizar. Se creó un grupo, Acció Raval, que se encargó en marcar en un mapa en qué inmuebles se vendía droga.

La asociación del Raval, contra el Consistorio

"El pasado mes de mayo le dije a Gala Pin que se le había acabado [la tranquilidad]. Ya le anuncié que iba a movilizar al vecindario pidiendo su dimisión", aseguraba ayer minutos antes de la manifestación —en la que se movilizaron 23 personas—, Pep García, el presidente de la asociación de vecinos del Raval. García alertó de sus intenciones a la regidora después de que esta le transmitiera que su entidad debía trasladarse a otro local. "Que se venda droga en el Raval no es novedad, yo denuncié en julio 28 pisos a la Policía Nacional", asegura García que lleva en la asociación desde 1974.
Desde el Consistorio admiten que en Ciutat Vella hay una alta demanda de espacios municipales por parte de las entidades. Una portavoz aseguró que no dejarán sin local a la asociación: "Simplemente se busca que se trasladen a un local de tamaño más reducido teniendo en cuenta que las actividades y servicios que ofrecen se han reducido los últimos años".

Pronto comenzaron a pasear por la zona concejales de la oposición fotografiando a consumidores adormecidos. Los vecinos siguieron protestando y, como colofón, convocaron una manifestación para el próximo sábado. La asociación de vecinos de Raval se había mantenido al margen pero el pasado martes su presidente, Pep García, decidió contraprogramar la protesta y convocó una manifestación para la tarde de ayer. Aseguró que era capaz de movilizar a 1.800 personas, pero ayer fueron 23 los vecinos que protestaron por El Raval hasta la plaza Sant Jaume con pancartas que rezaban: Ayuntamiento, El Raval no puede más.

Pero quien acabó de crispar a los vecinos fue la inversora patrimonial MK Premium. La empresa es propietaria de edificios enteros en la zona e interpuso, en abril, una denuncia contra la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, después de que la regidora denunciara que MK Premium “ejerce la violencia inmobiliaria” para expulsar a inquilinos. La promotora publicó ayer un comunicado asegurando que el Consistorio ha dejado “desamparado” El Raval. En el documento, MK Premium se enorgullecía de “llevar años limpiando edificios de okupas” y aseguraba haber “cerrado 70 narcopisos”.

Carlos, vecino de la calle d’en Roig e integrante de la plataforma vecinal del Raval, denunciaba la actuación “especulativa” de la inversora patrimonial y tildaba la información de “oportunista”. El vecino también criticó a “Pep García y su asociación” al sostener que jamás se han acercado para preguntarles nada. Los vecinos afectados creen que el problema no es de las fuerzas del orden ni del Ayuntamiento. “Si una familia necesita ocupar un piso vacío para vivir nunca los denunciaremos. El problema es que las leyes no permiten desalojar rápido cuando se trafica en el interior de pisos”, lamenta.

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Mossos y Urbana han hecho 21 entradas en pisos del Raval desde enero y han detenido a 17 personas. El problema con el que se enfrenta el Consistorio es que una vez arrestados los traficantes hay consumidores que toman el relevo en el mismo piso ocupado. Al tratarse de ocupaciones de carácter delincuencial necesitan una orden judicial para actuar lo que, a veces, se demora meses.

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