Todos juegan en Aluche
El parque del barrio acoge una jornada en la que mayores y niños rescataron antiguos entretenimientos
En el parque de Aluche, un grupo de mayores disfruta con la petanca, el chito y la calva —todos ellos juegos tradicionales de puntería y precisión que utilizan diferentes materiales— mientras ríen y conversan. Algunos, como José Luis del Pozo, enseñan a los más pequeños cómo jugar a la rana (una tabla con agujeros en los que hay que meter una chapa), a la cuerda (dos equipos se miden las fuerzas tirando de ella), al aro (una llanta de bicicleta que es guiada con un palo), a las canicas o al fútbol con chapas. “Les he puesto las caras de los futbolistas, como solíamos hacer nosotros antiguamente”, se ríe Del Pozo, quien ha traído todo el material de su casa. Los niños se amontonan a su alrededor, impacientes por empezar a jugar.
Esta gran zona verde del distrito de Latina se convirtió ayer en un espacio de encuentro intergeneracional con motivo del evento ¡A La Calle A Jugar!, organizado por Veranos de la Villa en colaboración con el club de calva La Mina, el Club de Tenis de Mesa de Aluche, la Federación Madrileña de Ajedrez, Kalimera Estudio y La Parcería Infancia y Familia. “El objetivo de una jornada así es recuperar el espíritu de entretenimiento colectivo frente al surgido en los últimos tiempos, que tiene un carácter más individualista”, explica Javier Benedicto, asesor de participación popular de Veranos de la Villa. Y añade: “Un evento con especial protagonismo para aquellos juegos tradicionales tan arraigados históricamente a nuestra cultura como son la petanca, los bolos, la calva, el chito, la rana, etcétera, pero combinados también con juegos más actuales, como el ping-pong, el reto de la botella o una guerra de globos de agua”.
Del Pozo, presidente del club de calva La Mina —que juega federado en la Liga madrileña—, explica que aprendió a jugar a esta modalidad en la plaza de su pueblo, Navas de Buitrago, observando a los mayores. “Por aquel entonces nos pasábamos todo el día jugando en la calle. Pero ahora todo eso ha cambiado. Los niños se entretienen con las nuevas tecnologías y todos estos juegos se están perdiendo”, dice Del Pozo, quien quiere crear una asociación para enseñar esta forma tradicional de recreo en los centros educativos de la región.
Tradicionales y todavía populares siguen siendo el escondite inglés, el pañuelo, las carreras de chapas y sacos, la comba, los juegos de construcción o el ajedrez. A todos ellos se jugó también ayer en actividades de participación abierta distribuidas por diferentes puntos del parque. “Jornadas así permiten rescatar esa escena, a veces olvidada, en la que gente de todas las edades convive en el parque”, dice Gonzalo Pascual, director de Kalimera Estudios, agrupación organizadora del evento. “Una estampa en la que hay mayores jugando a la petanca o al chito, mientras los niños corretean y juegan al escondite o a los globos de agua. Eso es lo que da sentido al parque como espacio natural de juego”, añade.
El evento concluyó con el concierto de la AP Big Band, una banda de los años noventa, conocida por varias generaciones, que versionó canciones del grupo británico Radiohead. Según Benedicto, “un guiño también a la convivencia entre todas las edades”.
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