Un lío ‘shakespeariano’
Carlota Pérez-Reverte adapta ‘La comedia de los enredos’, obra del Bardo de Avon dirigida en esta ocasión por Alberto Castrillo
Dos parejas de gemelos separadas al nacer coinciden por casualidad, 25 años después de la última vez que estuvieron juntas, en la ciudad de Éfeso. Ese es el punto de partida de La comedia de los enredos, obra de teatro de Shakespeare, que se puede ver en el Teatro de Bellas Artes (hasta el 3 de septiembre; entradas desde 20 euros).
“Nos daba un poco de miedo estrenar en verano, pero nos hemos situado entre las cinco obras más demandadas”, afirma Javier Ortiz, que además de ser actor —interpreta a cuatro personajes— ejerce de productor del espectáculo.
La obra es una versión de Carlota Pérez-Reverte dirigida por Alberto Castrillo. “Carlota ha aportado mucho, porque hemos tenido la suerte de que ha estado presente durante todo el proceso de ensayos. En ese momento, el diálogo entre director, actores y dramaturgo genera interesantes ideas y permite la creación de escenas o situaciones de manera más dinámica”, añade Ortiz. No es la primera vez que Pérez-Reverte trabaja con un texto teatral —“ella hace cosas de teatro en la intimidad”, bromea Ortiz—: fue la responsable de la comedia Perdona si te mato, amor, dirigida también por Castrillo.
Pero sí que es la primera vez que Carlota Pérez-Reverte se atreve con un clásico de William Shakespeare (The Comedy of Errors en el original), la obra más corta del británico, datada en 1589, y que se basa en otra de Plauto, Los gemelos, que a su vez se inspira en un texto griego de Posidipo.
“El teatro clásico está un poco desprestigiado”, apunta Ortiz, que hace referencia a la honra, valor clave en las obras del siglo XVI y que ahora “suena algo viejuno”. “Parte del público escucha clásico y ya lo ve como algo sesudo o de museo. A pesar de ello, tras ver la función, muchos asistentes acaban reconociendo que se lo han pasado muy bien con la obra”.
Un clásico modernizado
Clave de ese divertimento es la adaptación y el trabajo de la compañía: “La comedia fue la primera expresión del teatro moderno, del teatro pop o popular, que llenaba plazas, locales, bares o palacios. Es un género que se adaptaba a todo”, agrega el maestro Angelo Crotti, que interpreta a tres personajes en la función. “En la época de la Comedia del Arte ya se revisitaron los clásicos y se adaptaron a todo tipo de espectáculos y de público. La idea era quitar el bla, bla, bla y dar preferencia a la acción”, añade Crotti.
Justamente eso es lo que han hecho con esta endiablada comedia shakesperiana: “Con todo el respeto al maestro, le damos una vuelta para que todo sea aún más divertido”, dice Ortiz. La vuelta ha consistido en acortar un poco el libreto, adaptar algunas tramas y añadir un personaje nuevo: La Duquesa, papel que interpreta Ortiz.
“Esta pieza es una obra de arquitectura teatral, de manera que cuando tocas una pieza, generas una hecatombe. En esta versión le hemos dado una vuelta metateatral, en la que jugamos con las referencias a la propia compañía”, explica Ortiz. “Todo con la idea de potenciar el juego escénico, que ya estaba en el originial, pero que es necesario traducir para conectar con el público actual”.
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