“Lo que he visto es un auténtico desastre”
El pánico se apodera del centro de Barcelona tras el atropello de gente en la Rambla
Poco antes de las cinco de la tarde una furgoneta blanca ha embestido a un grupo de personas en uno de los pasos de peatones existentes en la conexión de la plaza de Catalunya con la Rambla, una de las vías más concurridas de Barcelona y gran reclamo turístico de la capital catalana. Algunas personas han decidido refugiarse en el centro comercial del Triangle entre lágrimas, mientras empezaban a llegar los servicios de emergencia. Un joven que había sufrido el atropello y sufría un fuerte dolor en la espalda explicaba que "una furgoneta ha arrollado a la gente mientras cruzaba el semáforo".
Albert Tort, un enfermero de 47 años que vive en las Ramblas, explica que ha visto un auténtico “desastre” instantes después de que se produjera el atropello. “La policía no me dejaba pasar pero me he identificado como sanitario y he pasado. Lo que he visto ha sido un auténtico desastre. Yo he contado al menos 6 muertos, he intentado reanimar a un joven pero ha sido imposible”.
En esos momentos ya se podía ver Rambla abajo distintos grupos de personas atendiendo a víctimas del atropello tendidos en la calle. Isaac, de nacionalidad mauritana, explicaba que se había encontrado a su amigo Ama herido en la calle Vergara y explicaba que huía de una furgoneta blanca que estaba atropellando a personas en la Rambla.
Las calles colindantes de la concurrida arteria barcelonesa, en el distrito de Ciutat Vella, han empezado a ser desalojadas por dispositivos de la Guardia Urbana y los Mossos d’Esquadra minutos después del atropello. Los policías gritaban a los viandantes que despejaran la calle y entraran en locales, portales y “cerraran las puertas”. Decenas de personas se resguardaban en portales, otras corrían despavoridas. Una joven ha intentado saltarse el control de seguridad a gritos de “no sé dónde está mi hermano, dicen que están dando tiros y no lo encuentro”, ha dicho mientras corría calle abajo.
"Estábamos a las puertas del Hard Rock Café. Íbamos en dirección a la Rambla cuando hemos visto el choque de una furgoneta blanca contra la gente. Hemos visto cómo la gente salía volando por el atropello. Y también a tres ciclistas que han salido volando", explica Ellen Vercamm, testigo directo del atropello múltiple que se encuentra de vacaciones en Barcelona
Ellen, que viaja en un grupo mayor, decía: "No nos ha pillado allí por dos minutos. Ha sido terrible. Somos un grupo grande y no sabemos aún si todos están bien", agrega, conmocionada por el atropello, mientras un agente de los Mossos le anima a abandonar la calle de Fontanella.
El pánico se ha apoderado del centro de Barcelona que ha sido el escenario de hasta tres estampidas de personas corriendo, arrastrando aquello que encontraban. Tras una de ella junto al lugar del atropello, una mujer embarazada tenía que ser tratada en el suelo de una bajada de tensión. A partir de ese momento, los agentes de la policía han decidido ampliar el cordón de seguridad y han llamado a las personas a abandonar la zona.
En el bar La Cabaña, en la calle dels Àngels, se ha producido una pelea entre la media docena de clientes que estaban encerrados en el local. A las 18.20 un grupo de personas han llegado corriendo al local y han empezado a golpear la persiana suplicando que la abrieran para refugiarse. Dos clientes querían abrirla y otros dos no, mientras el dueño se veía superado por la tensión del momento. Finalmente, entre gritos y empujones, uno de ellos ha subido la persiana dos palmos y tres personas han entrado arrastrándose. Tras unos minutos más de discusiones --"¡Nos habéis puesto en peligro!, han dicho-- y viendo que no ocurría nada en la calle, la situación se ha calmado"
En uno de los locales más conocidos del mercado de la Boquería, la barra del Quiosco Universal, se advirtió un movimiento extraño. “Empezamos a ver gente tirar mesas”, relataba Miguel Arza, camarero del local en declaraciones a la Cadena Ser. El restaurante tiene un almacén en el sótano, así que los trabajadores se han escondido allí. “Hemos saltado allí dentro enseguida y, al cabo de un rato hemos subido y hemos salido a las Ramblas. Hemos visto a gente tirada por el suelo, herida, de hecho un compañero se ha acercado a ayudar a una chica, pero la Policía nos ha dicho que no podíamos estar allí”, explicaba Arza. Los agentes les conminaron a regresar al mercado, recoger las cosas rápidamente y abandonar el local. “Nos vamos para casa”, cerraba.
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