Huevos fritos con algas marinas
El puesto La Mar de Algas, en el Mercado de Antón Martín, se dedica exclusivamente este producto “depurativo”
Wakame, ramallo de mar, dulse, codium... Estas son algunas de las algas marinas que la madrileña Silvia Covacho vende en La Mar de Algas, coqueto puesto en el Mercado de Antón Martín (Santa Isabel, 5) y única tienda dedicada exclusivamente a este producto en Madrid. Covacho lleva dedicada los últimos cuatro años a los vegetales marinos. Si bien estos aparecen recurrentemente en los menús de los restaurantes de vanguardia, Covacho los quiere introduciendo “poco a poco” en las en las cestas de la compra.
“Las propiedades y los beneficios de las algas son infinitos”, señala Covacho, que ofrece ocho variedades en tres formatos diferentes: frescas, en salazón y deshidratadas. Las primeras aguantan 15 días, las segundas seis meses y las últimas en torno a dos años. “Te depuran: arrastran lo que sobra del organismo y aportan lo que falta. Por ejemplo, la wakame tiene 12 veces más calcio que cualquier lácteo; el espagueti de mar tiene mucho hierro y vitamina C y la dulse es buena para los problemas intestinales”.
Pero no solo sus propiedades las convierten en un producto atractivo: las algas añaden textura, color y sabor —sabor marino intenso—. El ramallo de mar, por ejemplo, deja un potente poso a percebe. “Lo ideal es consumir entre 60 y 70 gramos a la semana”, señala Covacho, que también vende algunas plantas halófilas (vegetales que crecen en suelos salinos cerca del mar), como la salicornia o la mertensia.
Las algas las trae de Galicia y de la costa atlántica de Francia y un alga deshidratada ronda los ocho euros por 100 gramos ( al hidratarse su volumen alcanza los 800 o 900 gramos). La Mar de Algas también ofrece productos ecológicos con algas como tés, sales, salsa chimichurri o mostaza. Además, en su blog publica recetas para primerizos.
“Cuando la gente se para a mirar y les puedo explicar lo que vendo, normalmente se llevan sus 100 gramos”, cuenta orgullosa. También ofrece reparto a domicilio. La vendedora capta locales pequeños y castizos para que introduzcan las algas en platos tradicionales “como una tortilla con alga nori o unos huevos fritos con codium”. Su objetivo: “Que las algas estén en la nevera junto a productos cotidianos. Y lo voy consiguiendo”.
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