Los médicos hallaron gran cantidad de aire en la paciente fallecida en Alcalá
Ese nivel de aire hacía imposible que se tratara de una negligencia, según varios especialistas
Los médicos del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares hallaron una cantidad masiva de aire en el cuerpo de la paciente de 86 años que falleció la semana pasada. Esto le produjo la muerte de forma prácticamente inmediata y sin posibilidad de reanimación por parte de los facultativos. Además, ese nivel de aire hacía imposible que se tratara de una negligencia, según fuentes médicas consultadas por este periódico. Los facultativos avisaron de inmediato a la policía y al juzgado de guardia de la localidad ante la sospecha de que se encontraban ante un caso de asesinato.
La paciente, cuyo nombre corresponde a las iniciales C. D. F., estaba ingresada en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (195.900 habitantes) pendiente de recibir el alta médica en las siguientes 24 horas, según fuentes de la investigación. La enferma sufrió justo después de comer, poco antes de las cuatro de la tarde, un fallo múltiple multiorgánico. Los médicos de la planta iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar durante bastante tiempo, sin que lograran revertir en ningún momento la parada cardiaca. Alrededor de las cuatro de la tarde certificaron el fallecimiento, según fuentes del caso.
Este empeoramiento repentino llamó la atención de los facultativos, máxime cuando la paciente iba a recibir el alta médica tras haber estado unos días internada. Rápidamente localizaron a su familiar más cercano, un hermano, y, tras comunicarle la luctuosa noticia, le pidieron autorización para someter a la paciente a una prueba de diagnóstico por imagen. El allegado accedió sin ningún reparo, por lo que le realizaron un TAC (un escáner).
“Mi hija es muy trabajadora”, dice la madre
Los padres de Beatriz L. D., la auxiliar de enfermería del hospital Príncipe de Asturias acusada de asesinar a una paciente de 86 años, defendieron ayer su inocencia al ser preguntados en la calle por los periodistas. “Mi hija es inocente y una trabajadora muy trabajadora”, afirmó la madre, visiblemente enfadada. También recordó que el caso está bajo secreto del sumario.
Los progenitores se enfadaron con los informadores, a los que llamaron “carroñeros” hasta en dos ocasiones. “Demasiado estoy pasando, que mi hija está en la cárcel y la están tratando ustedes de asesina”, se quejó el padre de la auxiliar, Alejandro L. M. Este dijo a los periodistas que hablaran con su abogado.
Allí es donde surgió la prueba de que se había producido una muerte violenta. En un principio se dijo que había una burbuja de aire en el corazón. Sin embargo, el TAC reveló que había presencia de aire en las cavidades del corazón, en las arterias pulmonares y en las del cuello, entre otras zonas. Así lo confirmaron ayer fuentes de la investigación.
“Con esa cantidad de aire en el flujo sanguíneo, la paciente debió morir en muy pocos segundos. Era imposible la reanimación por mucha medicación que le inyectaran o por muchas descargas de desfibrilador que se le aplicaran”, señalaron fuentes médicas.
Ante estas circunstancias tan extrañas en la muerte de una paciente, los médicos aseguraron que nadie tenía acceso al cuerpo para evitar que se pudieran destruir las posibles pruebas. De esta forma, se confirmaban las sospechas que venían desde atrás de que se estaban produciendo muertes en raras circunstancias en la unidad de Medicina Interna.
Los investigadores de la comisaría de Alcalá de Henares y del Grupo VI de Homicidios contaban en esta ocasión con las grabaciones de una cámara de seguridad instalada en el pasillo de la unidad, según adelantó ayer EL PAÍS. De ahí que la detención de la auxiliar de enfermería, Beatriz L. D., de 37 años, se produjera en cuestión de días frente a lo que ocurrió con la muerte de otra paciente en verano de 2015. En aquella ocasión no se pudieron recabar pruebas que permitieran incriminar a ningún empleado del hospital Príncipe de Asturias. Por ello, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Alcalá de Henares autorizó la instalación de la citada cámara.
El forense realizó la autopsia al cuerpo de la mujer fallecida al día siguiente. Después, el juez autorizó la incineración, cosa poco habitual en estos casos. Lo normal es que se obligue a enterrar el cuerpo durante unos años por si es necesario realizar un segundo estudio forense. La cremación se realizó en el cementerio de San Fernando de Henares, según fuentes del caso.
La policía detuvo la mañana del pasado sábado a la auxiliar de enfermería del Príncipe de Asturias en el domicilio de sus padres, acusada de un delito de asesinato con alevosía. La titular del Juzgado de Instrucción número 2 ordenó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza el pasado lunes. Ahora se encuentra en el módulo de mujeres de la cárcel de Alcalá-Meco.
“Se ha vulnerado su presunción de inocencia”, afirma el abogado
La auxiliar de enfermería del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, Beatriz L. D., de 37 años, ha negado “taxativamente” los hechos que se le imputan. Así lo explicó ayer su abogado, José Julián Raboso López. El letrado, designado por el turno de oficio, asistió a la detenida en la comisaría y ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2.
“Mi cliente no se explica cómo le puede estar ocurriendo todo esto, cuando ella lleva diez años trabajando en el hospital Príncipe de Asturias y nunca ha tenido ningún problema. Tan solo se dedica a su trabajo y a su hija de nueve años”, explicó Raboso en conversación telefónica con este periódico.
El letrado se quejó de que los medios de comunicación estén difundiendo datos que él mismo, pese a llevar la defensa de Beatriz L. D., desconoce por haberse decretado el secreto del sumario y, por tanto, de todas las diligencias practicadas. “Se está vulnerando su presunción de inocencia y su legítimo derecho de defensa, porque están saliendo a la luz pruebas que se han realizado y que no debería de conocer la opinión pública, al menos en este momento del proceso”, mantuvo el abogado.
José Julián Raboso anunció que, si continúa con la defensa de la auxiliar de enfermería del Príncipe de Asturias, pedirá la nulidad de pleno de todo el proceso al haberse vulnerado, en su opinión, su derecho a un juicio justo.
Al tratarse de un delito de asesinato, un jurado popular será el encargado de dirimir si Beatriz L. D. es culpable o no, en caso de que se celebre el juicio.
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