Los radares de Tráfico multaron a 490 conductores al día en 2016

En 2015 los radares de la DGT y de la Guardia Civil pusieron 382.502 denuncias, que supusieron una recaudación de 40 millones de euros. El año pasado se redujeron un 54% tanto el número de sanciones como la recaudación. Estas cifras no incluyen los radares de los Ayuntamientos de la región, en especial los de la capital. Esas denuncias son controladas por los respectivos departamentos municipales de gestión de multas y no entran en la estadística del Ministerio del Interior.

La región cuenta con una treintena de radares fijos, que están instalados en pórticos y en postes en las principales autovías. Además, algunas carreteras con alta circulación, como la de Colmenar Viejo (M-607) o la de Fuente el Saz de Jarama (M-111), cuentan con cinemómetros. Todos ellos están señalizados con un enorme panel de nueve metros cuadrados situado a suficiente distancia para avisar al conductor, recuerdan desde la DGT.

A esos radares se unen los 22 móviles, instalados en vehículos camuflados (sin ningún distinto externo) de la Guardia Civil. Estos se suelen ubicar en las carreteras secundarias, que es donde se producen los accidentes más graves, sobre todo en adelantamientos y en incorporaciones a la vía. La DGT ha incidido en las últimas campañas de prevención de siniestros en intentar que los conductores reduzcan la velocidad en estos tramos.

El grueso de las denuncias (136.244) provienen de los radares fijos, con 14,5 millones de recaudación. De media, cada denuncia tiene una cuantía mínima de 100 euros, que se queda en la mitad en caso de que se pague en el periodo voluntario. Entre estos cinemómetros se encuentra uno de los 20 que más multan de toda España. Está emplazado en el kilómetro 12,500 de la autovía de Extremadura, en el término municipal de Alcorcón, en los carriles de entrada a la capital. Consta de dos dispositivos colocados en un pórtico sobre los carriles centrales. Están perfectamente señalizados, y los conductores deben circular a 90 kilómetros por hora tras haber salido de una pronunciada curva con un límite de velocidad de 120 kilómetros por hora. Durante 2016, detectó a 22.281 infractores (2,3 millones recaudados), según los datos del Ministerio del Interior. Durante 2015, y pese a haber sido instalados a mediados del mes de agosto, detectó a 35.746 vehículos que iban por encima de la velocidad permitida. Estos dos radares de la A-5 fueron, junto al situado en el kilómetro 18,200 de la autovía de A Coruña (A-6), con 76.832 denuncias, los que más infractores cazaron en 2015. Este último captó en un solo día, el 12 de febrero de 2015, 1.979 vehículos con exceso de velocidad.

Los cinemómetros móviles de la Guardia Civil fotografiaron a 43.247 infractores en las distintas carreteras de la región, lo que supone una cuarta parte del global. Las denuncias sumaron 6,4 millones de euros. En este caso, la sanción media es de unos 150 euros, porque muchos conductores son cazados a velocidades más altas que en los fijos.

Diversas causas

Tráfico reconoce que influyen muchas variables en el descenso de las denuncias por exceso de velocidad. Entre ellas puede destacarse que los radares que más sancionaron en 2015 ya eran conocidos por los conductores en el último año. Por tanto, estos reducen la marcha al pasar por delante de ellos. También influye que no siempre los radares funcionan. A veces fallan y otras tienen que ser llevados a reparar o a que sean revisados por los organismos de metrología.

El número de radares se ha mantenido fijo; tan solo se les puede cambiar de ubicación para reducir la velocidad en puntos conflictivos, según fuentes de la DGT. España tiene una de las ratios más bajas de cinemómetros de toda la Unión Europea, con 19 aparatos por cada millón de habitantes, frente a Bélgica que llega a los 206 radares.