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ANÁLISIS

Astucia

El que fuera portavoz municipal de Izquierda Unida habla sobre la deuda de Madrid y el superávit de la capital durante el pasado ejercicio

La vieja izquierda doblegada y pastelera siempre tuvo, entre sus incontables déficits, la costumbre de analizar las posibles reacciones de sus adversarios, cuando no enemigos, a la hora de plantear una acción, protesta o manifestación. Parece que lo que se presenta como “izquierda revelación” prescinde de estas precauciones y de ahí esta preocupada reflexión. El caso es que así, con la cara lavada y al viento de la historia, estos indómitos desarrollan sus arriesgados cambios revolucionarios sin red alguna que les proteja.

La astucia en el tratamiento de lo que era deuda ilegítima y auditable se estudiará en los futuros. Estaba la oligarquía esperando que al llegar los Ayuntamientos del cambio, con los impuestos que les iban a caer encima, se empezarían a impulsar planes para corregir los desequilibrios territoriales y sociales tan presentes en nuestras ciudades.

Madrid, por ejemplo, tiene carencias vergonzosas, herencia de la derecha de escaparate. Escuelas infantiles, centros de día, equipamientos deportivos, culturales y asociativos, escuelas de música, mercados municipales, comisarias, etcétera, son reivindicaciones de años en los viejos barrios de la ciudad y que se revelan acuciantes en los PAU (programas de actuación urbanística) de reciente historia.

Y tampoco vendría mal un repaso a la red de autobuses municipales y sus deficiencias antes de planificar el desguace de coches y furgonetas de los de abajo. Disfruté, lo reconozco, viendo al concejal de Hacienda mientras pasaba por los “morros oligárquicos” el superávit de 1.000 millones de euros y su firme voluntad de devolverles la deuda tres veces antes, tres, que la excalcaldesa Ana Botella. Inenarrable. ¡Qué cara se les ha quedado! Cogido por sorpresa, el capital es incapaz de reaccionar.

Algún otro hay, que quería reformar un estadio ampliando edificabilidad, estableciendo un centro comercial y otras zarandajas. Y un hotel. En su día a nosotros nos pareció bien por el club y por la ciudad y así votamos. Pero ahora es otra cosa. Se le han puesto las cosas claras y con un espacio comercial y una ampliación de edificabilidad y alguna que otra zarandaja, se tendrán que conformar. Y un hotel.

Está claro que estos jóvenes saben cómo quebrar la mandíbula de la oligarquía. Nada de violencia. De risa es mucho mejor y más entretenido. Ah, no olviden... lo mejor para que las deudas ilegítimas dejen de serlo, es pagarlas cuanto antes. ¡Cuánto tenemos que aprender!

Ángel Pérez fue portavoz municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid.

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