Atrapado en una estación

Estación de Chamartín. Es el sitio de Madrid donde más tiempo paso, al vivir entre dos ciudades. Nos conocemos todos: los seguratas, los de la cafetería, el que barre... Hemos hecho mucha amistad y algunos van a ver mis espectáculos. Estos años he visto todos los cambios: donde había un sitio de comida sana ahora hay un Burger King. Y donde antes apenas había policías, ahora hay unos maderos con unos fuscos que acojonan.

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Mimos para el chásis

Pachanga en Valdebebas

Esquina de Goya con Alcalá. Había una cervecería, no sé si seguirá estando, pero lo que importa es la esquina. Es donde me citó Pablo Motos después de que Trancas y Barrancas me vieran actuar en un bar. Siempre que paso trae recuerdos. Le tengo mucho cariño a ese vértice.

Restaurante Vicky. El restaurante en el que como todos los días. A veces me iría a comer a otro sitio, no lo hago por presión social. Allí van también los de mi curro, y si no voy un día los dueños me ponen falta y mis compañeros me preguntan: "¿Te pasa algo? ¿Estás bien?" (calle Alcalá, 508).

Plaza del Dos de Mayo. Cuando mis hijas no habían empezado el colegio podía escaparme allí con ellas, porque tiene dos parques de columpios y terracitas muy chulas. Y vive el Diablo Sobre Ruedas, un monologuista amigo mío que va en una silla de ruedas que parece un tractor. A veces me subo y me lleva.

Malas Intenciones. El nombre lo dice todo. Mis hijas viven en Valladolid, así que cuando me quedo de Rodríguez, solo tengo malas intenciones. Este bar está cerca de mi casa, y cuando vi el rótulo por primera vez pensé que era una señal, que solo lo veía yo. Pero no: somos muchos más fieles. Cierra a las seis (calle Luva, 5).

Mayser. Es el sitio donde mejor se come de Madrid, y está al lado de mi casa. Fíjate si se come bien que cuando me planteé mudarme, mi familia no me dejó, porque quieren tener el Mayser bien cerca cuando vienen a verme. Además, yo apenas uso el móvil y no tengo whatsapp. Los dueños me recogen los recados porque suelo dar su número (calle Sambara, 95).

Teatro Alcázar. He sido muy feliz actuando en muchos teatros de Madrid, pero en este es donde he estado haciendo la obra En bruto con Iñaki Urrutia. Fíjate lo bien que hemos estado en este sitio que, con lo ratas que somos los dos, propusimos incluso darle una cesta de Navidad al técnico del teatro (calle Alcalá, 20).

Parque La Quinta de los Molinos. En Suanzes. Lo tuve enfrente de casa cinco años sin saber ni que existía. Hasta que un taxista me dijo: "¿Has entrado a ver el cerezo en flor?" Pensaba que estaba loco, pero no: ahí estaba, un parque espectacularmente bonito, y con solera: no tiene columpios. Toda una declaración de principios.

Plaza de la Cebada. Vinimos a ver el partido de la Selección contra Francia en la pantallaza de la Puerta del Sol. Perdimos 3 a 1, pero acabamos montando un fiestón en esta plaza, tocando flamenco con cajas de cartón y lo que pillásemos. Creo que si hubiéramos ganado, aún seguiríamos allí.

Beer Station. Venimos un grupos de siete cómicos todos los martes (si no hay Champions, claro) y probamos aquí monólogos futuros, para ver si funcionan. Si no se ríe nadie (y me ha pasado unas cuantas veces, es el peor momento de tu vida), lo desecho inmediatamente. Nos llamamos los Comikaces (Cuesta Santo Domingo, 22).