_
_
_
_
_

Joan Llinares, en el juicio: “El Palau se usó para financiar a CiU”

El exdirector revela que el exdirigente de CDC Felip Puig llamó a su despacho para preguntar por los convenios con la Fundación Trias Fargas

Jesús García Bueno
Joan Llinares, exdirector general del Palau saluda la exconcejal Itziar González este martes.
Joan Llinares, exdirector general del Palau saluda la exconcejal Itziar González este martes.TONI ALBIR (EFE)

Joan Llinares, el hombre que sucedió a Fèlix Millet al frente del Palau de la Música, ha declarado este martes que, en su opinón, la institución musical sirvió para "financiar a CiU". En su declaración como testigo en el juicio del caso Palau, Llinares ha explicado que la financiación ilegal del partido "se desprendía de la documentación" que él y su equipo de auditores aportaron a la Fiscalía y al juez que investigaron el expolio.

Llinares ha lamentado que tanto el Palau y el Orfeó renunciaran a acusar a Convergència por una maniobra ilegítima de Josep Maria Busquets, que ocupó de forma interina la presidencia del Palau antes de las elecciones. "El señor Busquets hizo un uso no autorizado y alineó a la asistencia letrada con la tesis de que no se tenía que apoyar a la Fiscalía. Desde mi punto de vista, eso iba a generar un daño al Palau, porque pasaba de ser víctima a encubridora", ha dicho Llinares en una declaración de unas dos horas. "Me parecía muy grave y así lo expliqué, porque se había usado e instrumentalizado una institución como el Palau en beneficio de una formación política".

El gestor denuncia que desapareció documentación "en carritos y bolsas" tras el registro del Palau

El exdirector del Palau ha explicado otros episodios curiosos de su gestión al frente del Palau (de julio de 2009 a diciembre de 2010). Por ejemplo, que Felip Puig, dirigente histórico de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) llamó al despacho de Jordi Montull, uno de los saqueadores confesos del Palau de la Música, después de que los Mossos d'Esquadra registraran el coliseo modernista.

Durante su mandato, Llinares halló, entre otras cosas, documentación relativa a unos convenios firmados entre el Palau de la Música y la Fundación Trias Fargas, afín a Convergència. Según la acusación, esos convenios "aparentes" fueron una de las vías por las que la constructora Ferrovial pagó comisiones al partido a cambio de la adjudicación de obra pública.

Llinares ha explicado que la llamada de Felip Puig se produjo cuando ya había trascendido, públicamente, la existencia de esos convenios. En noviembre de 2009, de hecho, Convergència anunció —tras una ardua negociación con el Palau— que devolvería los más de 600.000 euros que su fundación obtuvo con los convenios. Llinares ocupaba el despacho de Montull cuando oyó "el sonido de un teléfono que estaba sonando en un cajón". Descolgó y "una vez que se identifica como el señor Felip Puig" le preguntó por el asunto de la Trias Fargas. "Me preguntó si esto de los convenios ya estaba claro y si había más cosas. Le dije que estaba aclarándose, y ahí se acabó".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El exdirector, que colaboró activamente con la Ficalía, ha señalado que se trataba de una "línea directa que no pasaba por centralita" y que la llamada "llegaba directamente a quien estaba en la mesa".

En su extensa declaración, Llinares ha explicado uno a uno los documentos que se hallaron en el Palau y que sacaron a la luz la presunta financiación ilegal de Convergència. "En un auditorio de música, encontrarte documentación relacionada con obra pública, con trasiego de cargas de cargos públicos... Me llamó la atención y lo envié al juzgado", ha dicho en una nueva sesión del juicio por el caso Palau.

A Llinares no le recibieron precisamente con los brazos abiertos cuando se hizo cargo del Palau de la Música días después de que los Mossos d'Esquadra registraran la institución musical. Llinares halló "reticencias" entre los responsables del Palau que, durante décadas, había estado bajo el férreo control de Fèlix Millet. Llinares tomó posesión del cargo el 30 de julio de 2009, siete días después del registro. "Ese primer día, una trabajadora de contabilidad ya me avisó de que se estaban destruyendo documentos en la planta de contabilidad". Gemma Montull, ha recordado Llinares, ejercía aún "de directora financiera y jefa de aquella planta".

Los obstáculos y las "sorpresas" se sucedieron en días sucesivos. Sin conocer la documentación incautada por los Mossos, Llinares y su equipo analizaron las facturas del Palau. Y descubrieron que Millet y su mano derecha, Jordi Montull, habían disfrutado de viajes de placer a costa de la institución musical. "Eran viajes particulares a la Polinesia y a otros lugares a los que el Orfeó no había viajado nunca. Fue una primera sorpresa ver que de forma tan burda se habían colado facturas falsas.

Ante la sospecha de que se estaba destruyendo documentación, Llinares pidió al director de seguridad que comprobara las cámaras de seguridad. Las imágenes desde el día 23 hasta el día 27 ya habían sido borradas. Pudieron recuperarse, sin embargo, las de los días 28 y 29 de julio de 2009, previos a la llegada de Llinares. "Vimos un movimiento de salida de documentación en carritos y bolsas".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_