Colau relanza su nuevo partido tras la amenaza de plantón de Podem
La alcaldesa participa hoy en un mitin mientras se hace la consulta del partido morado
Ada Colau intentará hoy relanzar en un mitin en Barcelona el nuevo partido de izquierdas que auspicia tras el posible plantón de Podem. El partido morado ha convocado una consulta, que empezó el jueves y acaba esta noche, para que sus 52.000 afiliados decidan si deben retirarse o no de la confluencia al sostener que ahora no cumple con tres requisitos que cree imprescindibles. "Me hace mucha ilusión el acto de mañana en las Cocheras de Sants", colgó anoche la alcaldesa de Barcelona en la redes sociales. Colau participará acompañada de políticas de los partidos confluyentes, incluidas dos de Podem -la edil Laura López y la diputada Mar García- contrarias a la consulta organizada por su propia formación.
Tras mantener un perfil bajo durante toda la pugna con Podem —el miércoles sí dijo que la confluencia no corría peligro—, Colau se volcará hoy en defensa del proyecto que anunció en enero de 2016: la creación de un nuevo partido de izquierdas en Cataluña que no fuera ni una “coalición ni una sopa de siglas”. El plan aspira a aunar en una misma formación al partido de la alcaldesa, Barcelona en Comú, Iniciativa, Esquerra Unida i Alternativa y Podem. La dimensión del proyecto puede quedar truncada si los inscritos en este último secundan la posición de su ejecutiva. Albano Dante Fachin, líder de Podem, reivindica que los inscritos puedan votar de forma telemática el nuevo partido; un sistema proporcional de listas abiertas para elegir a la ejecutiva y un código ético ya cerrado.
Con independencia del desenlace de esa consulta, la nueva fuerza se fundará en Barcelona el 8 de abril. El mitin, convocado justo después de que Podem difundiera la pregunta de la votación, aspira a ser un llamamiento a los electores de izquierdas para que se inscriban en la página web de Un país en común y así votar en los documentos constitutivos. No se sabe oficialmente cuántas personas se han registrado, pero fuentes de los comunes, como así se denomina al núcleo cercano a la alcaldesa, aseguran que son alrededor de 3.000.
Iglesias viaja a Cataluña en plena crisis
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, viaja este domingo a Badalona para asistir a un partido de baloncesto invitado por el Club Joventut de Badalona. Su visita coincide con el conflicto abierto entre Podem y el resto de socios del nuevo partido impulsado por Ada Colau. Iglesias no tiene en agenda ningún encuentro con los implicados, y fuentes de su entorno aseguran que no está previsto. No sería raro, en todo caso, que mantuviera algún contacto discreto, aunque cuando esté allí las bases ya habrán decidido, porque la consulta se cierra el sábado, aunque los resultados se conocerán el lunes.
Iglesias afirmó ayer que no interferirá en el proceso porque respeta la “plena soberanía” de las organizaciones catalanas, aunque deslizó su apoyo a la alianza. El proceso, dijo, le parece “ilusionante”, y descartó la ruptura. “Las diferentes organizaciones políticas del espacio político en Cataluña van a seguir caminando juntas con una u otra forma”, aseguró.
El proyecto está concebido para aunar a toda la izquierda soberanista —es decir, partidaria del referéndum, pero no de la independencia— para poder alcanzar el Gobierno de la Generalitat. Su objetivo es relevar en las próximas elecciones autonómicas a la actual mayoría de Junts pel Sí, que ven como una simple prolongación de la antigua Convergència. El arquitecto del nuevo partido es Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem, cuyo liderazgo es aceptado por el resto de los socios.
Tras convertirse Colau en la líder indiscutible de la izquierda en Cataluña, los comunes creen que están en condiciones de disputar la Generalitat tras sus sucesivos éxitos en los comicios municipales de 2015 e impulsar En Comú Podem. La coalición venció contra todo pronóstico en las elecciones generales de diciembre de 2015 y ratificó su victoria en las de junio de 2016. Fue en ese paréntesis cuando la alcaldesa lanzó la idea del nuevo partido. Colau avisó entonces de que replicaría la fórmula de Barcelona en Comú: no a la sopa de siglas. Nadie rechistó: Iniciativa y Esquerra Unida, desarboladas por el proceso secesionista, acogieron con entusiasmo la idea.
La premisa inicial de los comunes era que todos los partidos acaben disolviéndose en la nueva marca pero esa estructura orgánica es tan compleja —algunos arrastran deudas y otros no— que la fusión y disolución de los partidos se ha aplazado a 2019. Pese a que proceden de historias y familias ideológicas diferentes, todos comparten básicamente el cuerpo ideológico: políticas sociales en defensa del bien común y del Estado del Bienestar al considerar quebrada la socialdemocracia. Apuestan por un referéndum “efectivo, con reconocimiento y garantías” y que Cataluña se convierta en una “república social, democrática y ambientalmente justa”. Con todo, su ideal —la mayoría son federalistas— es que España se convierta en un Estado plurinacional.
El futuro partido, que estará dirigido por 30 personas y tendrá un consejo nacional de 120, aspira a arañar votos tanto del PSC —y heredar su espacio histórico— como de la CUP. Los militantes votarán el cuerpo ideológico, el código ético, la ejecutiva y el nombre del partido. Las opciones no están cerradas, pero se dan por hechos En Comú Podem, Catalunya en Comú, Comuns y En Comú. Este último lo divulgó ayer Rac-1. La selección revela quién mantiene la hegemonía del proyecto. El gran interrogante es si el modelo de partido, exitoso en Barcelona, servirá también para la Cataluña interior, dominada históricamente por el nacionalismo y ahora por el secesionismo, y donde la izquierda tradicional tiene escasa implantación.
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