El compañero robot
La tecnología se convierte en herramienta para mejorar las habilidades del alumno
El tiempo de la competencia para meter la pizarra digital en todas las aulas y cambiar los bolígrafos por las tabletas o los ordenadores ha quedado atrás. Los mejores colegios apuestan por despertar el emprendimiento en los alumnos y encauzar sus habilidades emocionales, y la tecnología ha quedado como una herramienta para conseguirlo. La dotación tecnológica y el uso que se hace de ella es bandera de los colegios privados para atraer alumnos.
“Todos los profesores son conscientes de que el uso de la tecnología en el aula es nota diferencial para enseñar de otra manera. Hoy se usa para fomentar el trabajo colaborativo, el emprendimiento y la investigación; son habilidades del siglo XXI”, afirma Ovi Barceló, responsable de la Comunidad Educativa en Microsoft Ibérica.
Los cambios son notables. Los kits de robótica acompañan a los alumnos de los colegios más aventajados desde el jardín de infancia para fomentar las profesiones tecnológicas y responder a la demanda de profesionales STEM (científicos, tecnólogos, físicos, químicos, ingenieros y matemáticos).
En estos centros los alumnos hacen vídeos, páginas web y usan el ajedrez para aprender matemáticas
No solo eso. “La neurociencia dice que sin emoción no hay aprendizaje. Se han desarrollado unos tableros de plástico con abejitas, por ejemplo, para aprender patrones de programación de forma natural, porque las abejitas alcanzan objetivos por las órdenes dadas por los niños. Los colegios introducen estos kits robóticos y las tabletas en edades cada vez más tempranas, superando las pizarras digitales”, cuenta Daniel Perelló, fundador y director general de Schoolmars (aplicación que puntúa a los colegios españoles).
Las tabletas permiten a los profesores ver en tiempo real la respuesta de los alumnos a sus explicaciones. La clase invertida es otro hallazgo de la docencia digital. “Los contenidos educativos se suben a la nube de los colegios de forma atractiva, mediante vídeos o explicaciones muy gráficas. Así, los alumnos anticipan en sus casas las materias de las clases, y preguntan las dudas a los profesores. Son clases interactivas. Casi un tercio de los colegios de la Comunidad de Madrid han realizado este cambio”, afirma Ismael Sanz, director general de Innovación de la Consejería de Educación.
Los profesores deben ser sabios y aprendices a la vez. Lo que utilizan hoy se queda obsoleto en solo un año
Los docentes trabajan de forma continua para mejorar la enseñanza con las nuevas herramientas tecnológicas. “Asistimos a un cambio de paradigma tan potente y rápido que apenas valoramos el momento histórico que vivimos. La tecnología está transformando los colegios y la forma de enseñar, y los profesores debemos ser aprendices y sabios a la vez. Lo que usamos hoy está obsoleto en dos días”, cuenta Jorge Moreno, coordinador de tecnología de Institución Educativa SEK, que es formador de formadores, y ha trabajado en la escuela pública, y en Red.es para llevar la pizarra digital a toda España.
“Hacemos muchos cursos online de tecnología con entidades punteras como Microsoft o Google para actualizar a los profesores. En 2016, más de 2.500 docentes madrileños participaron en cursos de tecnología, programación y robótica”, desgrana Ismael Sanz, que recuerda cómo la Comunidad de Madrid añadió por primera vez la robótica a la asignatura general de Tecnología y programación, en el curso 2015-2016.
Como regla general, los profesores manejan las nuevas tecnologías, y suben los contenidos a las webs de sus centros. “Los colegios españoles tienen un equipamiento mínimo tecnológico y están conectados, generalmente, por Internet a alta velocidad, salvo en zonas rurales con problemas. Esto es fundamental para que el profesor pueda implantar sus proyectos de innovación educativa”, indica Jorge Moreno.
Queda tarea por hacer. “Casi el 30% de los 30.000 colegios y escuelas infantiles españoles carecen de página web”, puntualiza Daniel Perelló. Ligar la estrategia educativa al color político del Gobierno de turno dificulta las experiencias educativas con la tecnología.
La Comunidad de Madrid prefirió quedarse al margen del plan Escuela 2.0, desarrollado por el Gobierno central entre 2009 y 2011. “Escuela 2.0 no se acompañaba de un mantenimiento a largo plazo de los equipos, y de la formación adecuada de los profesores. Optamos por hacer nuestra propia política”, cuenta Ismael Sanz.
Pizarras digitales y ordenadores aún no han llegado a todas las aulas de la Comunidad, aunque los centros están conectados
Los centros públicos de Madrid tienen aula digital y están conectados. “Aunque no todos tienen la banda ancha que nos gustaría”, apostilla Ismael Sanz. Sin embargo, las pizarras digitales y los ordenadores no están en todas las aulas de los centros. “Sacamos convocatorias para dar dinero a proyectos de innovación ligados a la tecnología y acompañados de una metodología educativa. Queremos que cada centro desarrolle su modelo de dotación tecnológica para evitar que se infrautilicen”, explica Ismael Sanz. La modélica experiencia de enseñanza digital del colegio público de Algete, por ejemplo, solo se está trasladando a quienes así lo deciden.
La última convocatoria a proyectos concretos, con un millón de euros, llegó a los centros en el pasado curso. “Además, invertimos dos millones de euros para comprar una impresora 3D a cada instituto, y 1.500 portátiles para centros de ESO”, añade Sanz.
La formación ecléctica
La Cooperativa Gredos San Diego tiene siete colegios de formación concertada. En cada centro hay tres aulas informatizadas con 90 ordenadores, donde los pequeños aprenden a dibujar y a escribir, y los mayores de nueve años, ofimática, programación, desarrollo de aplicaciones e Internet en todos los cursos. Los profesores tienen ordenador, y las aulas proyector, pizarra digital y conexión a Internet. Los paquetes de tabletas y kits de robótica rotan por las aulas. “Se usan las tabletas habitualmente para hacer proyectos. Se dispersarían por Internet si las tuvieran todo el tiempo. Hay trabajos manipulativos como el montaje de un circuito eléctrico, que salen mejor sin tabletas”, explica Andrés González, director del centro de innovación del grupo Gredos.
La formación de Gredos es ecléctica. Alternan los libros en papel con los contenidos albergados en la nube del grupo, utilizan técnicas de gamificación (uso de videojuegos), realizan formación invertida de algunos contenidos, emplean la inteligencia emocional, usan el ajedrez para aprender matemáticas, o sacan a los niños del aula para crear historias en cartón con la información sacada de Internet, como los mercadillos medievales (aprenden matemáticas, historia y dibujo, por ejemplo). Los alumnos hacen vídeos, páginas webs, presentaciones gráficas, y desarrollan proyectos conjuntos de emprendimiento en cooperativas.
El público ejemplar
Óscar Martín Centeno, director del centro de educación infantil de primaria y secundaria Santo Domingo de Algete, utiliza la tecnología para impartir una formación de élite con presupuesto público. Cambió la inversión en pizarras digitales por proyectores, 10 veces menor, y con el ahorro compró tabletas para los niños hasta ocho años. Suben la información a padres a la web del colegio, y con el ahorro en fotocopias (6.000 euros al año) compran kits de robótica, ya tienen 15. El director y el secretario del centro optimizan la web del colegio con información y los contenidos realizados por los alumnos. Tienen las lecciones en vídeo, y un portátil por profesor.
No hay libros de texto a partir de los nueve años. Se hacen compras conjuntas de tabletas para abaratar, una tableta cuesta 280 euros y dura seis años. Los niños crean los contenidos a partir de un mapa mental (esquema gráfico con la información jerarquizada de cada lección) mostrado por el proyector del aula desde el ordenador del profesor, y buscan información por Internet para completar el esquema. Con el resultado hacen un programa de radio, otro de televisión y un reportaje, enriquecidos con audio, vídeo e imágenes. También hacen proyectos de inteligencia emocional transversales.
Educación privada privada internacional
Los colegios internacionales SEK (nueve colegios, tres en Madrid) tienen un gran departamento para facilitar la tecnología y coordinar los proyectos formativos con una docena de profesionales y visionarios de la talla de Marc Prensky o Stephen Heppell. Desarrollan proyectos de innovación educativa de forma transversal sobre temas de interés para los alumnos. Siguen el modelo de clase invertida con píldoras en vídeos de cinco minutos y contenidos muy visuales para reducir el estudio en casa a media hora. Se fomenta la crítica y el trabajo en equipo. Los alumnos salen al exterior para recopilar información. Se hacen proyectos en movilidad.
La wifi domina los centros. Los profesores tienen ordenador y suben los contenidos a la nube del colegio. Las aulas tienen pizarras digitales y proyectores. Cada alumno tiene ordenador o tableta, salvo los más pequeños, que comparten dispositivos móviles y kits de robótica para mejorar la fonética del lenguaje y de otros idiomas. En Primaria se trabajan las habilidades STEAM (ciencias, tecnología, ingeniería, arte y fabricación). En Secundaria cambian los libros por contenidos digitales, y los alumnos trabajan en la nube del colegio. Se enseña lenguajes de programación. Tienen casi un 100% de aprobados en el acceso a la universidad.
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