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Tribuna
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El espectáculo de la política

La portavoz del PSOE en el Ayuntamiento arremete contra el PP y Ciudadanos por "su abdicación de la inteligencia, encrespamiento y vacuidad"

Cuando la política se convierte en un espectáculo algunos compiten por ser la estrella. Hace unos días, el pleno del Ayuntamiento de Madrid debatía el documento más importante del año para la ciudad: sus presupuestos para 2017. Cabía esperar un debate profundo, denso, repleto de argumentos sobre cómo emplear mejor los 4.700 millones con que contará la ciudad. No fue así. La descalificación, el insulto y la vacuidad se apoderaron del hemiciclo.

Desgraciadamente, los dos grupos políticos que han decidido desertar de su compromiso con los madrileños y las madrileñas, el Partido Popular y Ciudadanos, impusieron su lodo en la discusión. Un debate desabrido en el que quienes acudíamos a Cibeles repletos de razones, no encontramos confrontación de ideas ni proyectos, acuerdos o desacuerdos, tal y como podríamos esperar.

Los vecinos y vecinas de Madrid se quedaron sin saber por qué ambos partidos están en contra, así lo votaron, de que el Ayuntamiento cuide de que todos los hogares puedan encender la calefacción y prender la luz en sus casas, garantizando así una mínima calidad de vida en el invierno. Tampoco escuchamos las razones que impulsan su negativa a facilitar el acceso a la cultura con un bono cultural.

En el tintero se dejaron los motivos que les impulsan a oponerse a que miles de familias puedan contar con 2.585 viviendas públicas en régimen de alquiler que les garantice un hogar a precio asequible. Y blindado, para que ningún buitre pueda poner sus garras en ese patrimonio construido con el dinero de los madrileños y madrileñas.

Para las miles de personas mayores que verán suprimido el injusto copago que tienen que pagar por acceder a unos servicios sociales a los que tienen pleno derecho, debió ser profundamente deprimente el nivel y la calidad del debate desarrollado. Y qué decir de los juicios emitidos sobre los 500 millones que se destinarán en los próximos años a corregir los desequilibrios en equipamientos que siguen teniendo los barrios de la capital. Ni una frase se merecieron.

Pero, también es verdad, poco importa que quienes se autodenominan de populares y ciudadanos olviden sus obligaciones de propuesta, mejora o crítica razonada, si quienes nos mantenemos fieles a nuestro compromiso con nuestros electores, no desviamos el rumbo y nos empeñamos en hacer que el Equipo de Gobierno ejecute con prontitud y solvencia los cientos de medidas que contienen los Presupuestos para mejorar y transformar Madrid.

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Entre el apocalipsis y la demagogia queda sitio para el apoyo responsable, la crítica exigente, el desacuerdo en el error o en la injusticia, y el aplauso en el acierto. Ese es el papel que el Grupo Socialista se ha impuesto, y del que no van a conseguir, con sus improperios, desviarnos.

Afortunadamente hoy la política nos exige ideales, compromiso con los problemas de los ciudadanos y eficacia para encontrar soluciones justas.

A la postre, cada cual firmará su legado. Unos, el mayor o menor acierto en la intención y voluntad de transformar Madrid, en convertirla en una ciudad más solidaria, más amable, más abierta y próspera. Con los servicios y equipamientos que merecen sus ciudadanos. Otros, su abdicación de la inteligencia, su encrespamiento y la vacuidad de un chascarrillo al que no debería denominarse oposición y menos política.

Purificación Causapié es portavoz del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Madrid.

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