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La compañía Sixto Paz invita a ir al teatro suplantando a Donald Trump

La obra ‘Dybbuk’ indaga en lo ficticio, y los creadores del montaje regalan la entrada al público que finja ser el presidente de los Estados Unidos

El actor Víctor Pi caracterizado como Romain Gary en la obra 'Dybbuk'
El actor Víctor Pi caracterizado como Romain Gary en la obra 'Dybbuk'

En la cultura popular judía un dybbuk es un espíritu que se entretiene poseyendo a seres humanos. El alma maligna, según la Cábala, solo puede abandonar el cuerpo afectado si un rabino toca un cuerno de carnero en una ceremonia pautada. La compañía Sixto Paz ha recurrido a estas creencias populares para dar nombre a su nuevo montaje, que se representa desde hoy en la nueva Sala Beckett del barrio de Poble Nou.

El trabajo evoca la leyenda del dybbuk para abordar las mil vidas de un judío legendario, Romain Gary (Vilnius, 1914 — París, 1980), quien llevó hasta el extremo la creación de una identidad ficticia. La obra, escrita por Jan Vilanova Claudín, se representa después de estrenarse en el Festival Temporada Alta y tras el éxito cosechado con hISTÒRIA.

Dybbuk, dirigido por Pau Roca, intenta desentrañar qué movió a Gary a crear uno de los mayores fraudes conocidos de todos los tiempos. Roca, Patrícia Bargalló, Pepo Blasco y Víctor Pi interpretan la obra, que destapa el complejo universo del personaje. “Me fascina una pregunta: ¿Qué impulsa a construir un engaño? A todos nos puede afectar el peso de las máscaras que llevamos. Algunas nos las colocan los demás por las expectativas que tienen de nosotros”, dice Vilanova.

Gary, nacido en Lituania como Roman Kacew, cruzó una Europa en ruinas tras la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. Lo hizo junto a su madre, ya que su padre les había abandonado. Se instalaron en Niza, y allí empezaron las mil vidas de Gary. Su madre decía que era hijo de un actor famoso, fue piloto condecorado por Charles de Gaulle, héroe de guerra, diplomático, cineasta y escritor de éxito. Hasta que decidió inventarse otros seudónimos y otra identidad.

“Llevó la ficción al terreno de la realidad, fue una creación total”, desgrana el director de Dybbuk. Gary decidió jugar con la industria editorial publicando sus obras bajo el nombre de Émile Ajar. Un familiar, Paul Pavlowitch, prestó su cuerpo y rostro para dar vida al engaño. La fabulación fue una revelación. Sus textos cosecharon millones de lectores, premios y hasta un Óscar.

En Dybbuk, en cartel hasta el 12 de marzo, los actores dan vida a Gary, al impostor, a la madre, y a la pareja del escritor. “He huido del biopic. La ficción muchas veces responde más a nuestras expectativas que a la realidad. No es una comedia, aunque tiene sus momentos, como los hay de tragedia”, opina Vilanova.

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La escenografía, detalla Roca, es un espacio vacío dominado por una pared con reminiscencias de los barrotes de una cárcel. Además, la compañía pagará las entradas al público que acuda al teatro suplantando la identidad de Paulo Coelho, Joan Dausà, Pilar Rahola, Donald Trump o Whitney Houston. Personajes famosos, todos ellos, para trasladar al espectador la sensación de haberse convertido, por un rato, en otra persona. O, algo peor, de estar poseídos por una criatura superior... como un dybbuk.

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