Dos acusadas del ‘caso Guateque’ defienden su inocencia y niegan haber recibido sobornos
La exjefa de Ceballos, el presunto cerebro del caso, dijo que era "bromista" y que hablaba por hablar"
Dos de los 30 acusados en el ‘caso Guateque’ (trama en la que se hicieron supuestos pagos ilegales a funcionarios para agilizar licencias), Carmen Eulalia Ibáñez, extécnica de la Gerencia de Urbanismo, y Ángeles Díaz León, funcionaria de Evaluación Ambiental, se declararon ayer inocentes en la sesión del juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial . Negaron haber recibo sobornos por parte del supuesto cabecilla de la trama, Victoriano Ceballos.
La primera en declarar ayer fue Carmen Eulalia Ibáñez. La acusada negó conocer las conversaciones en las que el presunto cabecilla de la trama, Victoriano Ceballos, pedía 15.000 euros al ingeniero Antonio Sanz Escribano (también imputado) por emitir un informe favorable para una sala de fiestas situada cerca de la calle de Fuencarral. “La licencia se denegó porque es una zona ya muy anegada de locales. Mi actuación se limitó a pasar la petición de licencia al jefe de departamento. Me fui de vacaciones y no volví a saber nada del expediente”, explicó.
La acusada negó también que junto a Joaquín Fernández (igualmente procesado) hubiera evitado que algunos expedientes estuvieran sujetos a evaluación ambiental. De esta manera, se favorecía la concesión del permiso municipal. Durante la sesión se produjeron momentos de tensión entre la procesada y el fiscal, César Estirado. “Usted no me acusa de prevaricación a secas, sino de prevaricación relacionada con un delito ambiental”, se quejó Ibánez.
La acusada se dolió de la duración de la causa (más de una década) y de sus consecuencias. “Cuando nos detuvieron, estuvimos más de 82 horas esperando para declarar. Además, me metieron en la cárcel por error, perdí dos trabajos y me echaron del Ayuntamiento de Madrid”, dijo enfadada.
A continuación, Ángeles Díaz León se sentó en el banquillo de los acusados. La procesada sostuvo que no estaba enterada de las conversaciones que mantuvieron Ceballos (del que era jefa en el Ayuntamiento) y el gestor Benjamín Valledor. Ceballos, supuestamente, le pidió a Valledor 3.000 euros para repartirse con Díaz León a cambio de concederle una licencia para un restaurante. “No he participado en eso. En el informe aparecía mi firma pero era protocolaria”, aclaró. “Ceballos era bromista y muchas veces hablaba por hablar”, adujo.
El juicio continuará con las declaraciones del funcionario David Jiménez López, el técnico Fernando Ruiz Torrejón y el empresario Santiago Castillo Morales.
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