Colau estrena el apoyo de CiU y Ciutadans en votaciones clave
La alcaldesa inaugura la geometría variable, votando en un mismo pleno con los partidos de izquierda y los de la derecha
El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha logrado cerrar esta última semana tres carpetas. Si el miércoles entraba en vigor el presupuesto vinculado a una cuestión de confianza ante la que la oposición ha sido incapaz de armar una alternativa, ayer sacó adelante dos grandes proyectos del mandato: el plan de vivienda con los votos de CiU y Ciutadans, y el de hoteles (el PEUAT) con el sí de ERC y la abstención de la CUP. Colau estrena así la “geometría variable”: pactar con todo el mundo, como lo definió su socio del PSC, Jaume Collboni.
El consistorio tiene 250 pisos vacíos
El mismo día que el pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó el Plan de Vivienda, el gobierno reconoció que el consistorio tiene 250 pisos vacíos. Fue cuando en una de las preguntas a la alcaldesa, ERC —que votó no al plan— se interesó por la cuestión.
La alcaldesa Ada Colau respondió que todo el parque público está en uso y que los pisos que están vacíos lo están temporalmente y “están en proceso de ser adjudicados”. El 1 de diciembre, dijo, había 250 pisos públicos vacíos, un 3,7% del total de 6.772 viviendas de alquiler que gestiona el patronato.
De estos, 93 pisos están siendo rehabilitados para volverlos a adjudicar; 74 están en trámite de adjudicación; 27 pendientes de firma, y 56 reservados para realojar a afectados por planes urbanísticos.
Por primera vez en mucho tiempo, la parte ejecutiva del plenario del Ayuntamiento de Barcelona incluía ayer cuestiones clave para el mandato de Barcelona en Comú: la ordenación de los alojamientos hoteleros y el impulso a la vivienda de alquiler. Los dos planes son promesas electorales de Colau. Al finalizar este bloque del pleno, la alcaldesa abrió el micrófono y celebró haber aprobado “acuerdos muy importantes” y añadió: “Aprovecho para dar las gracias a los grupos que los han hecho posibles”. Colau acababa de estrenar la “geometría variable”.
Unos y otros no perdieron la ocasión para echarse los trastos en la cabeza. A propósito del plan de vivienda, por ejemplo, Montse Benedí (ERC) dijo que “es lo de siempre con los de siempre”. “¿Un plan de izquierdas acaba teniendo el apoyo de la derecha?”, espetó.
El concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner, le respondió afirmando que en los distritos, la militancia de ERC apoyó ampliamente el plan que en este momento los republicanos rechazaban en el pleno. Desde CiU, el portavoz, Joaquim Forn, le recordó que ERC ha votado afirmativamente a todos los planes de vivienda que el Ayuntamiento ha aprobado en el pasado. Forn también celebró el cambio de actitud y la “voluntad de acuerdo” de Barcelona en Comú tras 19 meses en el gobierno.
Montaner quiso zanjar el tema afirmado que “es irrelevante si el plan es derechas o de izquierdas, nos hemos inspirado en las mejores prácticas de Europa”, defendió de un plan “ambicioso” que prevé triplicar el parque de viviendas de alquiler asequible en una década, sumando 13.500 pisos. El concejal Koldo Blanco, de Ciutadans, afirmó también que el plan de vivienda “no es de derechas ni de izquierdas”. El de la formación naranja, precisó Blanco, es un “sí crítico”, porque consideran el plan “insuficiente”.
Desde la CUP, Maria Rovira criticó la participación privada en el plan y espetó a Colau: “Sin voluntad política, no se puede”, en alusión al “sí se puede” que exclamaba la alcaldesa en su etapa de activista por el derecho a la vivienda. El PP, por boca del presidente del grupo, Alberto Fernández-Díaz, afirmó que el plan es “inconsistente”, no tiene calendario y prevé una inversión, aseguró, inferior al último gobierno de izquierdas que tuvo Barcelona.
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