El juez ordena el ingreso en prisión sin fianza para el cazador de Lleida
El magistrado subraya la "inexplicable reacción" del hombre y cree que recargó su arma
El juez ha decretado el ingreso en prisión sin fianza de Ismael R. C., el cazador de 28 años que el pasado sábado mató a tiros a dos agentes rurales en un coto de caza de Aspa (Lleida). El cazador ingresará en prisión ante el riesgo de que se dé a la fuga y, también, de que vuelva a cometer actos violentos porque, según el juez, el doble crimen no tiene una "explicación racional". La declaración de Ismael no ha servido para aclarar qué pudo pasarle por la cabeza cuando disparó contra los dos funcionarios, que estaban haciendo un control rutinario e iban desarmados. Además del doble crimen, el juez le atribuye los delitos de atentado y tenencia ilícita de armas.
La calificación jurídica de los trágicos hechos de Aspa aún no está clara. Los informes periciales (forense, balística) determinarán si se trata de dos homicidios o de dos asesinatos. Aunque el juez, en su auto, parece decantarse por esta segunda opción. A favor de esa tesis juega el hecho de que Ismael disparó a poca distancia, en zonas vitales y de forma sorpresiva. Y, sobre todo, que pudo haber "recargado" el arma, lo que casaría mal con la idea de que disparó casi sin darse cuenta, tal como defiende su abogada, Montserrat Torres.
El auto de ingreso en prisión hace un relato de los hechos a partir de la declaración del cazador, de la reconstrucción del crimen (realizada hoy en Aspa), del atestado de los Mossos d'Esquadra y del informe forense. El pasado sábado por la mañana, Ismael salió de Terrassa junto a cuatro amigos para cazar en Aspa. Solo dos de ellos recogieron los pases para el coto de caza, ya que el resto ni siquiera eran cazadores. Se dispersaron e Ismael se quedó "solo en una zona de olivos" cerca de la carretera, donde "permaneció disparando un rato". Iban a cazar tordos.
Ismael iba armado con una escopeta Benelli del calibre 12 "pese a conocer que tenía caducada la licencia". La Guardia Civil se lo había notificado y le había ordenado que depositara el arma en sus dependencias. En lugar de hacerlo, Ismael puso la escopeta a nombre de un amigo cazador "para no tener que entregarla".
Poco antes de las 11 horas entraron en acción los dos agentes rurales que resultaron fallecidos: Francesc Xavier R., de 43 años, y David I., de 39. Ambos estaban casados y eran padres. Lo que ocurrió realmente se ignora, ya que no hay testigos. Lo único que se sabe es la versión del cazador. Según ha explicado hoy ante el juez, los agentes se dirigieron a él y le dijeron: "Buenos días, somos del Seprona, descargue el arma". El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) es, sin embargo, una unidad de la Guardia Civil, no un cuerpo de la Generalitat como son los agentes rurales.
Ismael, en cualquier caso, ha explicado que no se produjo ninguna discusión entre ellos. "Se volvió con el arma cargada en la mano", relata el juez, "y disparó a los dos agentes desde una distancia muy próxima". El cazador dice que disparó desde unos 10 o 15 metros. Por las heridas que muestran los cadáveres de los agentes, el juez cree que tuvo que hacerlo desde más cerca.
Una de las claves para determinar si se trata de asesinatos u homicidios será el informe de balística. El joven ha declarado que realizó tres disparos, justo los que puede tener el arma. El informe forense, sin embargo, deja claro que fueron cuatro. Cada una de las víctimas presenta "dos heridas por arma de fuego, todas ellas en zonas vitales": uno, en la cara y el cuello; el otro, en el tórax y en la cabeza. El cazador ha explicado que la escopeta no puede manipularse para introducir más cartuchos. Lo cual lleva al juez a concluir que, de ser así, "recargó el arma y realizó un disparo más".
La "inexplicable reacción" (son palabras del juez) no obedece a ninguna situación previa "de tensión o enfrentamiento", según se desprende de su declaración. El magistrado resalta, sorprendido, que Ismael R. tiene al menos diez años de experiencia como cazador y que tuvo encuentros previos con agentes rurales. Tras cometer el doble crimen, se fue "corriendo" a la zona de coches donde estaban sus compañeros. Les explicó que había matado a dos agentes. Pasados unos 30 minutos, todos ellos se reunieron y fueron en coche hasta el vehículo donde estaban los agentes. Desde allí, Ismael llamó a los servicios de emergencia. "Ninguno de ellos", reprocha el juez en su auto, "se acercó al lugar donde se encontraban los agentes".
Antes de la declaración, la abogada de Ismael ha defendido que Ismael actuó de forma instintiva: "Lo que hizo fue vaciar. Vació la escopeta. Fue un acto mecánico". Montserrat ha destacado que nunca antes había tenido problemas con los agentes rurales ni con la justicia. Preguntados por los mensajes antiindependentistas del joven, Torres ha afirmado que el cazador en las redes sociales muestra interés por el fútbol, la caza, las motos y "la movida independentista". Desde su punto de vista, esto no quiere decir que sea una persona más violenta y que por esas razones haya cometido "el acto que ha cometido".
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