Madrid celebra un san Antón muy animal
Decenas de personas se acercaron a la parroquia del santo para bendecir a sus mascotas
Como cada 17 de enero, no faltaron en el día de san Antón el ambiente festivo con una orquesta tocando en la calle y largas colas de madrileños a las puertas de la iglesia del santo para bendecir a sus mascotas. El padre Ángel fue uno de los protagonistas de la jornada. Dedicó la mañana a consagrar a cientos de animales -peces, periquitos, tortugas, perros o gatos entre otros- a las puertas de su parroquia. Los feligreses también acudieron para comprar los tradicionales panecillos por entre cinco y 10 euros. El momento cumbre fue la Misa Mayor que se celebró a las 12.00 horas. Los presentes se sentaron en las bancadas con sus animales de compañía en brazos, mientras algunos periquitos piaban y los perros ladraban en un oficio de lo más pintoresco que reunió a decenas de personas.
"¿Y esta elegancia a que se debe?" le preguntaba sonriente uno de los párrocos de la iglesia de san Antón a una mujer que llevó a bendecir a su perro. Al can no le faltaba detalle, se tocaba con un gorro con plumas y un abrigo a medida. A su lado, el madrileño Carlos Ossorio esperaba la cola para que sus peces, Lukas y Jimmy -dos machos betta azules de Indonesia- también fueran glorificados. Ossorio los llevaba en la mano, dentro de dos botes de cristal transparentes en los que había colocado carteles con los nombres de los animales. "Espero que después de que reciban esta bendición me duren mucho tiempo", explicó.
En el acceso a la iglesia se encontraba María Elisa Moreno con sus dos bichón maltés y un carlino. "Estas razas cuando llegan a los nueve años son propensas a los tumores, entonces traigo aquí a mis perros para que me duren más", explicó con ilusión. Dentro de la parroquia se desarrollaron escenas poco habituales. Una mujer intentaba escuchar el oficio mientras su dogo de grandes dimensiones no paraba de moverse. Apoyado sobre una pared, un hombre rezaba abrazado a su gato persa que dormitaba al calor de un radiador. Al mismo tiempo, un galgo y un perro salchicha miraban asustados la figura de san Antón, que preside la Iglesia vestido de monje y con un cerdo a sus pies.
A su vez, algunos madrileños como Mari Carmen Alcaide, que llevaba a sus dos periquitos en una jaula, se sintieron afortunados este año. "Estoy contenta porque en 2016 san Antón coincidió en domingo y esto estaba abarrotado, hoy nada más llegar el padre Ángel bendijo a mis pájaros", aclaró.
Oportunidades para el barrio
Los negocios y mercados del barrio aprovecharon la ocasión para llevar a cabo iniciativas alternativas. Una agencia inmobiliaria repartió mantas para perros gratis con la publicidad de la empresa. "Solemos poner en marcha iniciativas en las grandes fechas. Cuando fueron las fiestas del Orgullo repartimos abanicos, paella cuando la crisis del PSOE y ahora pensamos en las mantas", afirmó.
Por su parte, el Mercado de San Antón organizó una pasarela de mascotas. Decenas de curiosos se acercaron y se fotografiaron con sus animales ataviados con gorros de fiesta, coronas e incluso guirnaldas.
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