Junqueras asegura a Santamaría que el referéndum se celebrará
La reunión entre los dos vicepresidentes constata la imposibilidad de alcanzar un acuerdo sobre la consulta
La vicepresidenta del Gobierno central Soraya Sáenz de Santamaría y su homólogo catalán, Oriol Junqueras, escenificaron ayer en Barcelona la colisión institucional que se avecina por el referéndum independentista. Tras una reunión de dos horas, Santamaría certificó que el Ejecutivo de Mariano Rajoy no negociará la soberanía porque no dispone de ella mientras que el republicano le transmitió su decisión irrevocable de la Generalitat de convocar la consulta aunque sea sin permiso del Estado. Los dos refrendaron la distancia entre los dos Ejecutivos en la principal reunión de la llamada por Rajoy operación diálogo.
El desenlace de la reunión era previsible desde el momento en que la vicepresidenta avisó a los periodistas, antes de entrar en la sede del Departamento de Economía de la Generalitat, de que su posición es sobradamente conocida: que el Gobierno central no puede negociar la consulta porque no puede disponer de la soberanía, que pertenece a todos los españoles, y porque, además, está en la línea de los Tribunales Constitucionales de otros países de la UE. “Un Gobierno puede hablar de lo que puede hablar. Y el de España, igual que el alemán o el italiano, no tiene capacidad para decidir porque corresponde al conjunto del pueblo español”.
Junqueras abordará también el aumento de la deuda de España y la hucha de las pensiones
La vicepresidenta aludió así a la reciente sentencia del Tribunal de Karlsruhe que señala la imposibilidad de que se pueda celebrar un referéndum independentista en Baviera. “Los tribunales de diferentes Estados de la UE han dejado muy claro lo que se puede y no se puede hacer con un referéndum de autodeterminación”, dijo Sáenz de Santamaría.
Su negativa fue tan meridiana como la conclusión que sacó Junqueras una vez concluido el encuentro, cuando sentenció que “el Gobierno español se va hoy plenamente convencido de que habrá un referéndum en Cataluña porque nosotros haremos todo lo que sea necesario”. El número dos de la Generalitat aseguró que “no condicionará la celebración del referéndum el hecho de tener un permiso”. Y remachó: “No vamos a renunciar al derecho a decidir a cambio de pedir permiso al Gobierno del PP”.
La denominada operación diálogo es, de momento, puro maquillaje", afirma la consejera Neus Munté
Las dos posiciones, diametralmente opuestas, dificultan enormemente la operación diálogo impulsada por La Moncloa. Fuentes próximas a la vicepresidenta reiteraron que no piensan negociar bajo ningún concepto el referéndum y que confían en que la Generalitat colabore con ellos porque tienen proyectos importantes para Cataluña. “Tenemos las dos partes la obligación de colaborar”, dijo Sáenz de Santamaría en asuntos que atañen a los catalanes como la sanidad, la financiación o las infraestructuras. Por ello, invitó a Carles Puigdemont a participar en la Conferencia de Presidentes del próximo día 17 porque no será solo un foro de debate sino de toma de decisiones en asuntos que afectan a todas las comunidades.
Junqueras recalcó que no debía “sorprender” a nadie la decisión inapelable de la Generalitat de celebrar el referéndum y de apurar los plazos para que se haga de forma pactada. Pero su decisión está tomada. La buena relación que mantiene con la vicepresidenta no evitó que, como sucedió hace una semana en la reunión entre el ministro Íñigo de la Serna (Fomento) y el consejero de Josep Rull (de Territorio), el encuentro culminara sin acuerdos.
Cordialidad
La reunión, celebrada a petición de Junqueras, se desarrolló, según ambas partes, de forma cordial. Y tuvo dos fases: la primera se centró en el referéndum y, la segunda, en analizar las 45 reivindicaciones que el Gobierno catalán ha planteado a La Moncloa. Al margen de sus discrepancias sobre el referéndum, ambos políticos realizaron un balance desigual respecto al otro paquete. La vicepresidenta se mostró optimista y deslizó que algunos puntos ya se habían resuelto —plan de inversiones en infraestructuras o la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre la ley de la unidad de mercado—, mientras Junqueras fue más escéptico. Se refirió básicamente al plan del Gobierno de convalidar un decreto ley sobre el bono energético. “Es lo que llevaron al Constitucional y ya lo tenemos resuelto”, dijo. Fuentes próximas al dirigente republicano señalaron haber quedado decepcionados por la falta de propuestas concretas a sus planteamientos, desde el referéndum a otras reivindicaciones. No fue mejor tampoco la conclusión final que extrajo el Gobierno central al constatar el inmovilismo de la Generalitat. Pese a todo, Junqueras no dio por cerrada la posibilidad de diálogo y se mostró dispuesto a mantener los encuentros.
"El Gobierno representará a los catalanes en la Conferencia de Presidentes"
La vicepresidenta insistió de nuevo ayer en la importancia de que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acuda a la Conferencia de Presidentes, aunque este se niega a participar. Pero si no acude, Saénz de Santamaría aseguró que, en ese caso, “los catalanes van a estar representados por el Gobierno de España”. Algunas de las 45 reivindicaciones de la Generalitat recogidas en el documento que entregó Puigdemont a Rajoy serán debatidas en el seno de este foro multilateral, según trasladó Sáenz de Santamaría a Junqueras. Uno de esos temas será el bono social en el recibo de la luz, vinculado a la ley contra la pobreza energética catalana suspendida por el Constitucional.
Tras la reunión, los dos temas más allá del referéndum sobre los que Junqueras quería hablar —el futuro de las pensiones y el endeudamiento de España— pasaron desapercibidos. La vicepresidenta puso el acento en la posibilidad de acuerdo que existe respecto a la Ley de Unidad de Mercado o sobre la normativa sobre voluntariado, sobre los que hay discrepancias en el Gobierno catalán.
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