El aeropuerto de Castellón cambia de gestores
La base de Vilanova-Benlloch, en manos de SNC-Lavalin desde hace tres años, pasa al grupo francés Edeis
El aeropuerto de Castellón cambia de gestores. La compañía canadiense SNC-Lavalin ha cedido la explotación de la infraestructura aeroportuaria de Vilanova-Benlloch al grupo francés Edeis, integrado por la sociedad de participaciones Impact Holding y el fondo de inversiones Ciclad, que ya ha manifestado su compromiso de cumplir el contrato de explotación de la base provincial –de 24,5 millones de euros durante un periodo de 20 años- y de mantener los equipos existentes.
Edeis asume la gestión de los 19 aeropuertos que operaba SNC-Lavalin, entre los que se encuentra el de Castellón, y de todas las actividades del grupo canadiense en Francia y Mónaco, según ha informado en un comunicado.
El traspaso se produce casi tres años después de que SNC-Lavalin se hiciera con el contrato de adjudicación del aeropuerto castellonense. Fue en marzo de 2014 cuando el consejo de administración de Aerocas, la empresa pública promotora de la base aeroportuaria –dependiente en un 99% del Gobierno valenciano- acordó adjudicar su gestión y explotación a la firma canadiense, que se ponía al frente del aeropuerto hasta 2033 por 24,5 millones de euros, abonados por la Generalitat.
La propuesta de SNC-Lavalin se impuso a la presentada por el consorcio integrado por Hoteles Marina d’Or, Airavata, Inmaquip Europa y Gesnaer Consulting. Precisamente la consultora española Gesnaer recurrió la adjudicación del contrato a Lavalin. La oferta de Gesnaer suponía explotar el aeropuerto por 23 millones y el pago de 1,5 euros por cada pasajero por encima del 1,2 millones. La oferta de Lavalin implicaba un desembolso del Consell de 24,5 millones. El canon es de un euro por pasajero, pero los canadienses ofrecieron un extra de 1,2 millones al rebasar esa cifra de viajeros.
Un mes después, en abril de 2014, el Tribunal Administrativo Central desestimaba por “falta de legitimidad” el recurso de Gesnaer Consulting contra la adjudicación del aeropuerto a la firma canadiense. La justicia salvaba así el último escollo para adjudicar el aeropuerto de Castellón a Lavalin, que desde el pasado 30 de diciembre se desvincula de la infraestructura.
La dirección de Edeis ha trasladado a Aerocas su compromiso de cumplir el contrato de explotación del aeropuerto y de mantener los equipos existentes. Cabe recordar en este punto que Lavalin empleaba en Francia a 1.100 trabajadores, que pasarán a depender de Edeis a partir de ahora.
Por su parte, el director general de Aerocas, Joan Serafí Bernat, ha mostrado su voluntad de colaboración con la nueva empresa.
En un comunicado, el grupo Edeis señala que su oferta “ha sido seleccionada por una serie de motivos”, entre los que destaca el hecho de ofrecer “un proyecto basado en una experiencia profesional y unos conocimientos reconocidos” y “la capacidad de garantizar la continuidad y el desarrollo de las actividades en Francia y Mónaco, ya que se beneficia de una sólida posición financiera”. Indica además que la propuesta “no ejerce ningún impacto negativo en el empleo, de acuerdo con los compromisos de la nueva dirección” y “garantiza un conocimiento y una comprensión perfectos de los desafíos locales, al ser Impact Holding y Ciclad dos actores franceses”.
Según el presidente de Edeis, Jean-Luc Schnoebelen, la “prioridad” del grupo “ha sido la adhesión de los equipos al proyecto empresarial de Edeis, que constituye de hecho una formidable oportunidad para el desarrollo de las actividades hasta ahora gestionadas por SNC-Lavalin”.
“Estamos satisfechos y tenemos confianza en este acuerdo estratégico especialmente prometedor. Edeis es portador de valores positivos colectivos y estamos convencidos de que puede convertirse muy rápidamente en un grupo líder en el sector de la ingeniería y la explotación de las infraestructuras y los edificios”, ha añadido.
Más de 120.000 pasajeros en año y medio
El aeropuerto de Castellón ha superado los 120.000 pasajeros desde su apertura al tráfico, en septiembre de 2015. Los primeros vuelos regulares llegaron cuatro años y medio después de la inauguración oficial del bautizado como “aeropuerto sin aviones” en marzo de 2011 –ni siquiera se había solicitado la autorización para la navegación aérea- y tras haber ocupado decenas de titulares en la prensa nacional e internacional como ejemplo de despilfarro ligado, entre otros, a sus más de 150 millones de euros de coste. En la actualidad operan en la base de Vilanova-Benlloch las compañías aéreas low cost Ryanair y Blue Air, que cubren cuatro rutas regulares, dos a Reino Unido, una a Bulgaria y otra a Rumanía.
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