La policía detiene a cerca de 200 chinos acusados de estafar a compatriotas
Los agentes llevan a cabo una veintena de registros en Barcelona, Madrid y Alicante
La Policía Nacional puso en marcha ayer una operación, de repercusión internacional, contra ciudadanos chinos acusados de estafar a compatriotas en su país de origen a través de llamadas por Internet desde viviendas ubicadas en Barcelona, Madrid y Alicante. Los agentes detuvieron a cerca de 200 personas, según fuentes policiales, aunque no se descartaban más arrestos. En la operación participaron también policías chinos, que fueron quienes descubrieron y comunicaron que los presuntos timadores actuaban desde España.
A las siete de la mañana, de manera coordinada por la Audiencia Nacional, decenas de agentes irrumpieron ayer en una veintena de viviendas de Barcelona, Madrid y Alicante. Pero lejos del típico edificio de viviendas apretado en el que los policías suelen actuar, se trataba de casas ubicadas algunas de ellas en lujosas urbanizaciones, como puede ser la de Valldoreix, del municipio barcelonés de Sant Cugat. Dentro buscaban a ciudadanos chinos que valiéndose de ordenadores, realizaban estafas por Internet a compatriotas en su país de origen.
Las modalidades delictivas son variadas, según fuentes policiales. En ocasiones, los detenidos se hacían pasar por policías, acababan generando confianza en las víctimas y lograban que depositasen sus ahorros en unas cuentas determinadas, controladas por los timadores, bajo la excusa de que así ponían a salvo su dinero. Otras veces, con la misma excusa de ser agentes de la autoridad, acababan teniendo acceso a las tarjetas de crédito y sus números secretos. Los arrestados también serían los presuntos autores de la venta de inmuebles inexistentes.
Comisión rogatoria
La mayoría de las personas detenidas vivían, dormían y trabajaban en los domicilios donde intervino la policía. Las casas eran una especie de call center, donde durante todo el día se llevaban a cabo los fraudes telefónicos, que afectan a centenares de ciudadanos chinos.
Fueron las autoridades del país asiático quienes descubrieron que algunas de las direcciones IP (el número que identifica un ordenador) desde las que se cometían las estafas provenían de España, y así lo comunicaron a través de una comisión rogatoria a España. Tras los primeros análisis, los agentes dieron con esas casas, en zonas aisladas, de las que supuestamente entraban y salían ciudadanos chinos.
Ahora los agentes deberán aclarar también cómo han llegado hasta el Estado algunas de las personas detenidas y si realmente trabajaban para un único reclutador. Podría darse el caso de que alguno de los arrestados fueran a la vez víctimas de trata de seres humanos, que hubiesen sido trasladados hasta España con el fin de delinquir. Esa es una de las modalidades de la trata que se incluyó con la reforma del código penal. Las más típicas hasta ahora son la trata con fines de explotación sexual o laboral.
Las autoridades chinas llevan varios años luchando contra la modalidad de estafas a través de llamadas telefónicas, que se han ido sofisticando a través de Internet. Según datos de la agencia Xinhua recogidos por la agencia Efe, el país ha llevado a cabo 47 operaciones en las que han detenido a 7.700 sospechosos.
De estos, 4.500 son de Taiwan, desde donde originariamente se perpetraban este tipo de delitos. Aunque el fraude se extendió a China cuando se endureció la lucha policial en la isla. En los últimos tiempos, los investigadores han comprobado que los fraudes se cometen prácticamente desde cualquier punto: sureste asiático, África o Europa.
En la operación de ayer, los agentes actuaron en su mayoría contra ciudadanos chinos, aunque no se descarta que algunas de las estafas pudiesen haber sido cometidas por personas de Taiwan. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, aprovechó el acto de presentación del nuevo director de la Policía Nacional, Germán López, para alabar la “magnífica cooperación” con la policía china en esta operación.
Un posible chivatazo en Valldoreix
“¿Pero usted ha visto si se han ido?”, preguntaba ayer un agente de la Policía Nacional a una vecina de la avenida de Can Monmany, en la urbanización de Valldoreix. Decenas de investigadores entraron en la casa, después de que los antidisturbios forzasen la puerta. Pero dentro no encontraron lo que esperaban. Había unos 60 colchones, en uno de los sótanos, pero poco más, según fuentes policiales. La policía sospecha que quizá las personas que durmieron en esos colchones pudieron recibir alguna información del operativo y escapar a tiempo. Los investigadores revisarán ahora las cámaras de vigilancia que había en la vivienda de lujo para ver si alguna de ellas pudo recoger los movimientos de quienes supuestamente vivían y estafaban desde allí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.