El aclamado montaje de ‘Elektra’ de Patrice Chéreau llega al Liceo

El Liceo despide el año con un montaje de Elektra, de Richard Strauss, que tiene todos los ases en la manga para convertirse en el acontecimiento operístico de la temporada en España. Lleva la sabia y crepuscular firma teatral del director francés Patrice Chéreau, que falleció el 7 de octubre de 2013 en Clichy, pocos meses después del triunfal estreno en el Festival de Aix-en-Provence de su último montaje. Su lúcida versión, de estremecedora intensidad, podrá verse desde mañana hasta el 23 de diciembre, dirigida musicalmente por Josep Pons. El elenco vocal, fuera de serie, está encabezado por Evelyn Herlitzius.

“Venimos al Liceo con la misión de mantener vivo este espectáculo con la misma ilusión y energía que el añorado Patrice Chéreau puso al crearlo en los últimos meses de su vida”, explica Vincent Hughet, director de la reposición. El montaje es una coproducción de primera división a seis bandas: Scala de Milán, Metropolitan Opera House, de Nueva York, Staatsoper Unter den Linden, de Berlín, Ópera Nacional de Finlandia, de Helsinki, Liceo y el Festival de Aix-en-Provence, donde se estrenó con gran éxito en julio de 2013 bajo la dirección de Esa-Pekka Salonen.

La poderosa Elektra de la soprano alemana Evelyn Herlitzius es la gran baza de un reparto de voces de primerísima fila que prepararon sus respectivos personajes con Chéreau —una experiencia que, aseguran, fue fascinante— y ahora vuelven a reunirse para el estreno liceista. “Recuerdo su humor, su humanidad y su sabiduría teatral; no aceptaba clichés y era capaz de vivir y entrar en cada personaje con ideas nuevas”, comenta Herlitzius, la Isolda del último montaje de Tristán e Isolda en Bayreuth con Christian Thielemann.

El trío de mujeres que dominan el reparto del drama straussiano, con libreto de Hugo von Hofmannsthal sobre la tragedia de Eurípides, se completa con otras dos voces de primera fila, la mezzosoprano alemana Waltraud Meier (Clitemnestra) y la soprano canadiense Adrianne Pieczonka (Crisótemis). Las tres protagonistas de la genial ópera han acreditado en sus anteriores actuaciones en el Liceo su prestigio en el repertorio wagneriano y straussiano.

Dos cantantes estadounidenses, el tenor Thomas Randle (Egisto) y el barítono Alan Held (Orestes), destacan en un reparto en el que figura, como preceptor de Orestes, el veterano bajo alemán de 92 años Franz Mazura, que debutó en el Liceo en 1968. Randle y Mazura también actuaron en el estreno del montaje, grabado en directo y editado en DVD por el sello Bel Air.

“Tener estas voces tan extraordinarias es un lujo y una inspiración constante”, dice Josep Pons con cara de satisfacción. “Conocen a fondo los papeles y la producción, y ese rodaje se nota en el trabajo de los detalles. Te transmiten ese espíritu de compañía, de trabajo en equipo, de forma fascinante”, asegura el director musical del Liceo.

La virtuosa y refinada partitura de Strauss es un reto que la orquesta del Liceo asume tras una inmersión en Mozart con Le nozze de Figaro y el Réquiem. “Strauss decía que había que dirigir sus obras con la misma transparencia que las de Mozart. Lo esencial es mantener el equilibrio entre voces y orquesta. Strauss pide tensión permanente, poderosos contrastes y también matices delicados, de una transparencia milagrosa”, explica Pons.

Tensión especial

Waltraud Meier, que trabajó con Chéreau por primera vez en 1991 en un montaje de Wozzeck, de Alban Berg, y mantuvo una estrecha colaboración durante más de dos décadas, destaca la “gran cultura” del malogrado director de teatro y cine francés. “Dominaba distintas disciplinas y también era actor, y sabía explorar a fondo la psicología de los personajes y crear una tensión especial a partir de la geometría del espacio y el movimiento de los actores y cantantes”, recuerda Meier.

En el equipo de comprimarios figuran otras seis voces del reparto original que estrenó el montaje hace tres años: Renate Behle, Bonita Hyman, Andrea Hill, Silvia Hablowetz, Marie-Eve Munger y Florian Hoffmann, parte de un sólido equipo al que se une el bajo aragonés Mariano Viñuales, miembro del coro del Liceo.