“Nos ha tocado la lotería por adelantado”
Torres de la Alameda celebra que una empresa de EEUU pretenda construir un macrocomplejo de hoteles y ocio en la localidad
Entre los verdes montículos otoñales del corredor del Henares aparece Torres de la Alameda, un pueblo de 7.900 habitantes (700 desempleados) que vive mayoritariamente del sector servicios. Hay también un pequeño polígono industrial a las afueras, por lo que no rompe el paisaje de casas unifamiliares que conforman su centro urbano. Varios operarios trabajan junto a la carnicería de la plaza del Sol, sede del Ayuntamiento. Este jueves las cámaras de televisión se agolpaban a sus puertas ante la noticia de que un grupo estadounidense invertirá 2.200 millones de euros en el macrocomplejo de hoteles y ocio que planea construir en la localidad. Dará empleo a 56.000 personas pero, de momento, las calles son un desierto. Será porque el día ha amanecido gris, un color que contrasta con la felicidad que invade el municipio.
“Nos ha tocado la lotería por adelantado”, exclama Mari Carmen. Se ha enterado de la noticia por los medios. Espera que esta sea una oportunidad para que su hijo, de 20 años, tenga algo más que un trabajo temporal. Comparte optimismo con Ana (nombre ficticio). La mujer no había escuchado nada sobre el tema, pero considera que toda iniciativa que dé trabajo es buena.
“El pueblo está muerto, apenas hay donde ganarse la vida, pero lo que falta sobre todo son lugares para el ocio. Los jóvenes tienen que ir de fiesta a Alcalá (15 kilómetros) o a Madrid”. El proyecto también tiene sus detractores, aunque son los menos. Entre ellos, Gema, de 38 años. “Me parece fatal. Elegí vivir en un pueblo porque tengo dos hijos pequeños y aquí pueden salir a jugar. Si quisiera otra cosa, viviría en el centro de Madrid”. La joven sostiene que, al principio, creía que se trataba de un bulo. “Me extrañaba que para algo así se fijaran en Torres”. Sobre la falta de ocio dice estar en desacuerdo: “Precisamente este sábado abro un pub”.
Las 134 hectáreas de superficie que ha comprado The Cordish para su resort se encuentran íntegramente en término de Torres. Se trata de una gran explanada que se extiende a partir del kilómetro 26 de la M-224. Al fondo se observa la silueta de las cuatro torres de la plaza de Castilla. La mayor parte de los terrenos pertenecen a vecinos del municipio. Es el caso de Yolanda Gómez, que acaba de ser abuela. “El primer contacto lo tuvimos en mayo y en julio ya habíamos cerrado el acuerdo”, explica. Al principio, no sabían para qué querían tanta superficie, solo que una empresa de EE. UU. estaba relacionada con la operación. “A ellos les convenía mucho la zona y nos pusimos de acuerdo. Tuvimos varias reuniones y firmamos todos, menos un propietario”.
El suyo era un solar de 43.000 metros cuadrados y el beneficio obtenido lo tendrá que repartir con otros tres familiares. No desvela la cantidad que ha cobrado, pero sí que le da “para un pisito en la playa”. Hay quien ha obtenido hasta un millón de euros en la operación. Todos los vendedores han recibido la misma cifra: 13 euros por metro cuadrado. Algunos afirman que no valían más de uno, ya que las tierras están en suelo rústico y solo sirve para la agricultura.
Recalificar terrenos
“Tenemos que colaborar con la Comunidad de Madrid para recalificar los terrenos, ahora no se puede construir en ellos”, avanza el socialista Carlos Sáez, alcalde de Torres. El proceso comienza por presentar una modificación del PGOU en el pleno, que debe ser aprobada. Luego se eleva hasta la Comunidad, que ha de realizar los pertinentes informes de impacto.
“Lo bueno de la zona es que esta no tiene ninguna fricción medioambiental”, reconoce Sáez. Si las conclusiones del Gobierno regional son positivas, se realiza su aprobación parcial en un pleno y total en la Comunidad. El regidor afirma que conocía por los vecinos la venta de tierras, pero que fue ayer miércoles cuando recibió una llamada de la empresa americana. Le explicaron brevemente sus pretensiones y acordaron reunirse este viernes. Luego, Sáez acudirá a la Comunidad para ver cómo gestionan el proyecto. “No se trata de levantar un Eurovegas, ya que solo el 10% de la inversión se destinará a zona de juego”. Evita hacer declaraciones sobre el impacto económico y se limita a decir que es “una buena noticia para los vecinos y para toda la región”.
Clara Torre, concejal del PP, asegura estar expectante por conocer el proyecto. En un primer momento lo valora como positivo, pero reconoce que “es pronto para entrar en los pormenores”. Resalta que la operación precisará hacer modificaciones urbanísticas y que la venta atiende a que la localidad, aunque mantiene un porcentaje de agricultura, se basa fundamentalmente en el sector servicios y en la industria que ocupa el pequeño polígono industrial.
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