Los empresarios apoyan Distrito Castellana Norte
La CEIM defiende los beneficios económicos y sociales del proyecto urbanístico
Cuando pensamos en la zona norte de cualquier capital europea, imaginamos barrios con alto poder adquisitivo, amplias zonas verdes y modernísimas infraestructuras que, al mismo tiempo, son un atractivo foco de atracción de empresas generadoras de empleo. En el caso de Madrid, esto no es así en su totalidad todavía, ya que el norte alberga también déficit de comunicaciones, escombreras, asentamientos chabolistas, descampados, zonas colapsadas en horas punta, aparcamientos ilegales y un solo centro sanitario instalado en una caseta prefabricada. Así es difícil generar actividad económica. Son barrios como Begoña, Santa Ana, Prosperidad, Chamartín o Las Tablas, representados por asociaciones de vecinos que necesitan urgentemente una solución.
Al mismo tiempo, existe un importante colectivo formado por pequeños comerciantes que, a pesar de la situación, se mantienen en esa zona de Madrid, pero que están atravesando una situación límite al ver cómo se paraliza una solución apoyada mayoritariamente por todos los ciudadanos, lo cual preocupa enormemente a la Confederación de Empresarios de Madrid (CEIM-CEOE).
Para hacer frente a esta situación surge el proyecto llamado Distrito Castellana Norte como gran herramienta de modernización e integración urbana que pretende regenerar la zona y todos sus sistemas de equipamientos y servicios, respetando la idiosincrasia de sus barrios, con más de un millón y medio de metros cuadrados dedicados a equipamientos sociales, servicios urbanos y zonas verdes (superficie equivalente a 56 estadios de fútbol).
Además, el plan hace una apuesta concreta por el comercio de proximidad, contándose con un nuevo mercado de barrio y un bulevar dedicado al ocio y la restauración, además de un 20% de los terrenos dedicado para promoción de viviendas, comercios y oficinas, junto con un campus dirigido a empresas de nuevas tecnologías.
Esta actuación no tendría ningún coste para los ciudadanos y los ingresos fiscales para las arcas públicas —para hacer políticas sociales— superarían los 3.000 millones de euros. La inversión que realizaría la promotora y los propietarios suma 6.000 millones, que generarían 120.000 empleos, en una zona donde viven muchos trabajadores de la construcción. Frente a la cultura de la burbuja especulativa, afortunadamente pasada, este proyecto de economía real tiene 48 informes técnicos favorables de todas las administraciones y es un ejemplo en Europa.
Por todos estos argumentos, CEIM-CEOE sostiene que esta iniciativa debe ponerse en marcha de inmediato para que pueda sumarse al catálogo de evidencias con los que contamos para generar riqueza y empleo y lograr atraer empresas que el Brexit expulsará del Reino Unido. Si el Ayuntamiento de Madrid conoce bien todos estos datos, no hay razones para que no se sume a este proyecto de progreso para todos.
Francisco Aranda Manzano es el portavoz de la paotronal madrileña CEIM-CEOE
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